"Yo cuando nací, nací con el casco puesto". Son las palabras Santiago Rivas "un veterano de guerra" como él mismo se define cuando bromea sobre su edad. Un apasionado de la moto desde que tiene memoria, de hecho, es el único medio de transporte que usa a diario para desplazarse por Arriondas, la zona asturiana en la que vive.
Desde hace 21 años Santiago llega el día 6 de enero como un regalo de Reyes a la localidad de Tordesillas. Es el primero que 'corona' la concentración de Motauros. Santiago es casi una institución y los vecinos del pueblo se alegran cuando le ven llegar cada año, pues marca el inicio de una de los eventos más importantes de la localidad. 'El Solitario', como le llaman desde hace dos décadas llega quince días antes de la celebración de Motauros y se instala en su tienda de campaña sin más compañía que sus enseres. No tiene redes sociales ni televisión y le encanta vivir como "el abuelo de Heidi". Para el la soledad del pinar no es un problema, es un regalo.
Llega a Motauros sin ninguna pretensión, con el único objetivo de disfrutar de la experiencia, de la gente y de la zona. Los vecinos, la Policía Local, la Guardia Civil, los organizadores…todo el mundo le conoce y mantiene con él una relación de amistad entrañable durante los días en los que disfruta de Tordesillas y de una deseada soledad.
Su 'leyenda' comenzó por casualidad en 2001 (un año antes de que la concentración de Motauros viera la luz). “Me gustó mucho el ambiente de familia y de hospitalidad que viví y medio en broma medio en serio dije que vendría el primero el año siguiente y hasta hoy”.
De eso hace ya veinte años y 'El Solitario' no ha faltado desde entonces a su 'temprana' cita con Motauros. Sin pereza, recorre las tres horas de viaje desde Asturias hasta la Villa del Tratado y disfruta de quince días de tranquilidad. "Aunque no significa que esté todo el día parado, salgo a comer, a pasear por el pueblo a disfrutar de la zona, veo a los equipos de fútbol locales y salgo a conocer lugares como Torrelobatón que me encanta, conozco gente en cada edición y la verdad que voy a seguir viniendo hasta que el cuerpo aguante", explica Rivas.
Su inseparable compañera, su Suzuki V Strong 6,50 le acompaña en cada experiencia desde 2004 y ve cada año cómo el recinto va tomando forma. "Cuando llego no hay nada luego ya veo cómo va todo el proceso, cómo van montando todo, la zona de acampada, de conciertos y cómo va llegando la gente", añade.
Este mítico anfitrión de 'Motauros' que se ha recorrido casi toda Europa con su moto tiene buenas sensaciones con esta edición 'El Reencuentro', "aunque aún haya algo de miedo siempre hay más ganas que cualquier temor y hay muy buen ambiente ya, aún queda por venir mucha gente y el ritmo de las inscripciones está siendo muy bueno", puntualiza el veterano motero.
Va fuertemente equipado contra el intenso frío y para asearse cuenta con la hospitalidad de Óscar Serrano, el presidente del Atlético de Tordesillas. "Quiero agradecerle especialmente como se implica y como se preocupa por mí en cada edición, al igual que lo hace Montse al mando de la organización de las inscripciones".
Aficionado al senderismo, la naturaleza, el levantamiento de pesas y, por supuesto, amante de las dos ruedas para el "viajar es aprender. Hay que empaparse de otras culturas y cuando vuelvas a casa ves las cosas de otra manera", comenta Rivas.
Por eso, en Motauros se siente feliz, "porque durante todos estos años he conocido a mucha gente, unos con los que forjas amistad, otros que son de paso y gente que viene de otros países con lo que al final tenemos muchas cosas en común".
'El Solitario' anima a todo el mundo a acudir "al menos una vez en la vida a Motauros, porque esto no se olvida jamás. Es una experiencia única, por eso no hay que dejar que vaya para abajo y que siga por muchos años más la historia de esta familia motera".