Son quizá las gemelas más conocidas de Valladolid. Siempre juntas y exactamente igual peinadas y vestidas. Acostumbrados a verlas pasar por la calle desde hace más de treinta años con paso ligero y casi militar, siempre a la par. Se han convertido en un icono de la capital vallisoletana.
Siempre juntas a todos los lados... menos hoy. Las elecciones autonómicas de Castilla y León les han separado, dado que a una de ellas le ha tocado ser miembro de una de las mesas electorales en un colegio de la zona centro.
A pesar de que el día ha amanecido con cuatro grados, desapacible y nublado, ya había ciudadanos esperando a su apertura de este colegio electoral para ejercer su derecho al voto.
La apertura de este colegio, prevista como todos a las nueve de la mañana, se ha demorado diez minutos a la espera de terminar de constituir las mesas porque en dos de ellas no han hecho acto de presencia los presidentes titulares, por motivos que aún se desconocen, y han tenido que ser sustituidos por suplentes.
Uno de los apoderados se ha dado cuenta de que, en la cabina donde escoger la papaleta y meterla en un sobre, quedaban ocultos los logos y nombres (lo que diferencia al partido) de algunas formaciones políticas, lo cual dificultaba hallarlas a simple vista, por lo que han procedido a ponerlas lo mejor posible