Aunque carecía de experiencia política y su profesión poco tenía que ver con este mundo -es ingeniero de Renault- Javier García Bartolomé ha tenido que aprender a marchas forzadas el funcionamiento del Ayuntamiento. En 2019 salió elegido concejal de Vox siendo además presidente del partido en Valladolid.
En su despacho descubrimos montones de carpetas y un panel improvisado sobre la puerta de un armario en el que cuelgan las propuestas estrellas de su formación. Una de ellas el plano de la Zona de Bajas Emisiones al que le quieren dar un giro y reducirlo a más de la mitad en relación a la propuesta del equipo de Gobierno.
García atiene a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León en su despacho en el consistorio en el también que luce un cartel de su líder, Santiago Abascal. Se le ve cómodo y tranquilo a la hora de valorar los temas municipales, así como recordando el momento en que se le ofreció encabezar la lista de Vox al Ayuntamiento siendo su familia la que le tuvo que dar permiso.
- ¿Qué balance personal hace de estos tres años de legislatura?
- Una experiencia. Yo vengo de la empresa privada, soy ingeniero y no tienen nada que ver los ‘juegos de tronos’ de la política con lo que he vivido antes. Es complicada y me ha tocado aprender deprisa. Mi formación no es jurídica y he tenido que ponerme al día en todo.
- Más aún siendo el único concejal de su grupo.
- Estoy de representante en todas las comisiones, consejos municipales, rectores, en las cinco empresas municipales… Ha sido como un máster acelerado. Pese a todo, estoy muy satisfecho, personalmente, de todo ello.
- ¿Por qué dio el paso de entrar en política?
- Fue a principios de 2018. Me afilié a Vox por el golpe de estado de los independentistas en Cataluña. Tuve el sentimiento de decir que se nos va al carajo el país y busqué los partidos que proponían algo y vi que Vox era el único que apostaba por unas medidas para revertir la situación. Me afilié, comencé a ayudar en todo lo que pude y me propusieron entrar en la ejecutiva como vocal ese mismo año y en 2019, antes de las elecciones, me pusieron encima de la mesa la opción de ser candidato a la Alcaldía de Valladolid.
- ¿Decisión complicada?
- (Risas) Lo consulté en casa, porque es causa de divorcio y me dieron todo el apoyo para hacerlo. Me presenté y aquí estoy. Lamentablemente solo con un concejal porque nos quedamos a 200 votos del segundo y quitar el once al PSOE, una circunstancia que hubiera significado un cambio de relación de fuerzas.
- Y el 14 de junio de 2019 toma posesión como concejal. ¿Qué recuerda de aquel día?
- Preparar el primer discurso, pensar bien lo que quería decir y saber que comienza la exposición pública.
- Tres años después ¿cómo ve Valladolid?
- La legislatura está marcada por los dos años de pandemia porque ha condicionado todas las políticas. Se ha permitido una política de ‘barra libre’, de gastarnos los ahorros del Ayuntamiento que antes, con la regla de gasto, estaba limitado. En mi opinión no se han usado para construir un futuro para la ciudad.
- Quizá era más prioritario solucionar el presente.
- Es verdad que se pusieron en marchas ayudas bien dirigidas como el Plan Reactiva, las ayudas a autónomos o a hosteleros. Nosotros hemos apoyado todo eso, tanto en el Grupo COVID como en los plenos. Pero es verdad que también se han perdido oportunidades importantes para Valladolid.
- ¿Entonces el resultado es bueno o malo?
- Valladolid es ahora una ciudad peor mantenida, más sucia y con muchos problemas de tráfico que antes no había. Valladolid era una ciudad, hace tres años, mucho más alegre y atractiva que ahora. Además, en los grandes proyectos no se ha avanzado nada. La Ciudad de la Justica, el Parque Agroalimentario, el bypass de mercancías, su estación… todo está parado y no se dan pasos.
- ¿Pero es para tanto el problema de movilidad?
- Hemos sufrido una regresión gratuita. Ahora los problemas de tráfico son sistemáticos por mucho que diga el alcalde que si no son dos ciclos semafóricos no se puede considerar atasco. En López Gómez, Plaza Madrid o Isabel La Católica se ha producido una degradación por unas modificaciones que no hacían falta.
- ¿Qué le parecen las medidas del equipo de Gobierno en esta materia?
- La ley dice, en las directivas europeas, que hay que proteger la salud de las personas. Ese es el objetivo. En el último pleno llevamos una moción contra la Zona de Bajas Emisiones que quieren imponer porque es innecesaria y no protege la salud de nadie. Es solo un tema ideológico y de persecución al vehículo privado. Quita a la gente la posibilidad de desplazarse cuando lo necesite y obliga a ira andando o en transporte público. Es una medida prohibicionista que va a provocar unas reducciones mínimas de contaminación.
- ¿Qué alternativas proponen?
- Una Zona de Bajas Emisiones más limitada, con menos calles afectadas. Lo contrario sería una catástrofe para la ciudad.
- ¿Alguna idea más para la movilidad?
- Los carriles bus y bici ¿qué sentido tiene como se han construido? Solo entorpecer la circulación de los vehículos privados. Por ejemplo, en la Avenida de Gijón, que es una arteria principal de entrada a la ciudad, que hayan dejado un carril de 30 kilómetros hora es para estrangular el tráfico. Lo mismo que han hecho en Isabel la Católica. Y nosotros estamos a favor de esos carriles, pero no a costa de destrozar la movilidad de la ciudad.
- Al menos los 30 kilómetros por hora han conseguido que en 2021 no haya habido ningún fallecido por atropello.
- En las calles pequeñas nos parece bien limitar la velocidad, pero hay arterias principales que podrán ser de 50. Nosotros presentamos una moción con un centenar de ellas que entendemos que podría ampliarse la velocidad, como creemos que podría hacerse en el Polígono de San Cristóbal. Además, la mayor parte de los atropellos en ciudad son por imprudencias o despistes no por culpa de la velocidad.
- ¿Echa algo más en falta?
- El soterramiento es una oportunidad histórica perdida. Nosotros lo hemos pedido desde el minuto cero, en el discurso de posesión ya lo dijimos, aunque Pilar del Olmo (presidenta del Grupo Municipal del PP) dijera lo contrario y ahora también lo defienda. El soterramiento es fundamental para la ciudad, no solo para enterrar las vías, sino como proyecto de futuro.
- ¿Pero realmente se puede hacer?
- Hemos demostrado con datos que, con el mismo dinero que se va a malgastar en hacer túneles y una mega estación de trenes que no es necesaria, alrededor de 175 millones de euros, con un poco más en Murcia, 192 millones, han hecho un soterramiento de 5,5 kilómetros incluyendo la estación.
- ¿Valladolid está sucia?
- Lo está. En redes sociales vemos como la gente se queja mucho de este asunto. No solo la limpieza, sino que el mantenimiento es deficiente. Vemos como hay muchos bancos rotos o maleza en primavera en mitad de las aceras. ¿Por qué? Porque nos dicen que no hay que usar herbicidas, pues yo creo que habrá que buscar los que procedan sin causar daños en las personas o en el medioambiente.
- ¿Han encontrado más problemas con este asunto?
- Nos hemos reunido con la Asociación de Amigos del Pisuerga y nos dijeron que hay un problema grave con las colonias de gatos que están acabando con la población de pájaros de la ribera del río. Pero claro, como se ha hecho una asociación para cuidar los gatos… Cuando se toma una medida hay que sopesar las consecuencias y este Ayuntamiento toma muchas medidas ideológicas sin pensar en lo que puede provocar.
- Sin embargo, los estudios no colocan a Valladolid entre las más sucias de España, más bien lo contrario.
- Que otras estén peor no quiere decir que no haya habido una degradación en este tema.
- La seguridad ciudadana es otro asunto del que se habla mucho en los plenos…
- Lo primero que quiero aclarar es que este tema no es competencia del Ayuntamiento. La Policía Local colabora, a través de la sala conjunta, con la Nacional y ahí no podemos decir que sea una responsabilidad única de Óscar Puente. Pero sí es cierto que hay sensación que está aumentando esa inseguridad y así nos lo trasladan los vecinos.
- El alcalde ha anunciado la construcción de un centro de refugiados en Valladolid ¿qué le parece?
- En el último pleno del Ayuntamiento hemos aprobado por unanimidad la condena de la invasión rusa a Ucrania. Hay que ayudar en todo lo que haga falta a los desplazados. Respecto a ese centro, no debe de mezclarse con este tema. Este centro es para 2024 y lo va a hacer el Gobierno de España. Y que se presente como uno de los grandes logros de inversiones de los fondos europeos cuando va a dar trabajo a 15 personas de forma directa y 25 indirectas a mí se me queda muy escaso.
- ¿Pero le parece bien que se instale en la ciudad o no?
- No conozco el tema a fondo por lo que no me parece ni bien ni mal. Lo que sea ayudar y crear empleo, bien porque hay que hacer políticas sociales. Cuando sepamos el contenido exacto opinaremos.
- Las políticas de turismo que hace el Ayuntamiento ¿cree que son suficientes?
- No están mal, pero se podrían hacer muchas más cosas. Los datos son buenos, pero lejos de ser un referente turístico en la región y menos a nivel nacional o internacional.
- ¿Cómo se podría conseguir?
- Hay cosas que funcionan bien, como es el turismo ligado al deporte. Ahí hay que alabar el trabajo del gerente de la Fundación Municipal de Deportes, Borja Lara. Se hacen eventos todos los fines de semana y están funcionando muy bien. El turismo de congresos, sin embargo, es un sector que debemos explotar porque tenemos Madrid a una hora y no somos capaces de vendernos como destino de este tipo de eventos.
- Para eso estaría bien aumentar el número de vuelos desde el aeropuerto de Villanubla.
- No es competencia del Ayuntamiento, pero sí. La Junta y el Ayuntamiento tenían convenios para favorecer a algunas empresas que traían vuelos, pero ahora mismo son escasos. Habría que repensar cómo mejorar ese aspecto.
- Piense por un momento que es usted alcalde ¿qué gran proyecto haría para Valladolid?
- El soterramiento, acabar infraestructuras que son muy necesarias. No es competencia municipal, pero temas como las autovías a León o Soria son necesarias. Ir a esas dos ciudades, por ejemplo, es un suplicio. O los proyectos de Adif. Yo iría a Madrid, como alcalde, a exigir que esos proyectos se hagan y que a Valladolid se la trate adecuadamente. La forma de ser castellana es ser estoico y no quejarse y eso nos perjudica.
- Usted en los plenos califica al equipo de Gobierno como social comunista y Óscar Puente y Manuel Saravia dicen que nos les molesta. A Vox, a veces, también lo califican como partido fascista ¿qué le parece?
- Me hierve la sangre porque es falso. Vox es un partido absolutamente democrático. Yo soy también presidente del partido en Valladolid. Para ello nos presentamos, en unas primarias, tres candidaturas y de ellas la nuestra ganó con una participación por encima del 65%. ¿Dónde no está el comportamiento de un partido democrático? Y todas las políticas que proponemos son legales y dentro de la Constitución. Por todo ello, lo considero un insulto y me enfada.
- ¿Qué tal es su relación personal con Óscar Puente?
- Formal y cordial. Apenas le vemos y nuestros únicos contactos con él son en Junta de Portavoces antes de los plenos, en algún acto institucional que coincidimos y en los plenos del Ayuntamiento. El alcalde hace su vida, su agenda y con los concejales de a pie de la oposición no tiene mucho contacto.
- ¿Y en lo privado?
- Creo que todos nos tenemos mucho respeto en cuanto a nuestra vida privada. Yo tengo claro que jamás me meteré en su vida personal a no ser que afecte a su puesto de alcalde como sucedió en el tema del yate o del Mercedes que le prestó un empresario. En el resto, respeto absoluto.
- Al margen de ideologías, si pudiera ¿a qué concejal se llevaría usted a su equipo?
- Buena pregunta. Le podría decir mucha gente que no me llevaría (risas). La parte de deportes, por ejemplo, se lleva bien, pero porque se deja trabajar a los funcionarios que conocen el tema y el concejal está rodeado de un buen equipo.