El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, junto con el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, y los técnicos municipales, han visitado las obras de reurbanización de la Plaza de la Trinidad, ubicada en un “entorno histórico de la ciudad”, como lo ha calificado el regidor, ya que allí se encuentran el Palacio de los Condes de Benavente, el convento de San Quirce y la iglesia de San Nicolás.
La plaza ha sido reurbanizada de un modo “más acorde a los usos de los vecinos y visitantes de esa zona, entre ellos los usuarios de la biblioteca pública”, contando con una inversión de 230.000 euros que se ha fijado tras la propuesta aprobada en los Presupuestos Participativos, asignada al Servicio de Espacio Público e Infraestructuras.
La idea perseguía una mejora y modernización de la plaza en varios aspectos. Sobre todo “cambiar el pavimento que estaba muy deteriorado”, modernizando las zonas peatonales en las que había problemas de accesibilidad, así como reformando las zonas “muy levantadas por las raíces de los grandes plátanos existentes”. Además, se ha cambiado el “alumbrado escaso y obsoleto, mobiliario muy antiguo, arbolado envejecido y en ciertas zonas incompleto y parterres en mal estado y otros hormigonados desde hace ya bastantes años”.
Con todo, la principal petición de los vecinos consistía en la necesidad de crear un espacio estancial de dimensiones suficientes en el entorno de la calle San Quirce para posibilitar otro tipo de usos o eventos.
Otro de los condicionantes a la hora de acometer la reforma, es el propio entorno B.I.C. del Casco Histórico en el que está enclavada la plaza, rodeada a su vez por edificios notables como el Palacio de los Condes de Benavente -actual Biblioteca de Castilla y León-, el convento de San Quirce y la iglesia de San Nicolás. Esa circunstancia ha provocado que “la obra haya sido muy complicada”.
Por tanto, además del preceptivo control arqueológico, resultaba obligado el empleo de materiales nobles en particular en la pavimentación. Lo que sí que se ha mantenido es la acera de caliza contigua a la biblioteca, dado su buen estado, y se han recuperado al máximo y recolocado los bordillos y albardillas calizos en los perímetros de parterres. Además, también se ha cambiado la fuente que había en la plaza.
Diseño muy vistoso
Con estos criterios, y tras una serie de bocetos previos, se ha realizado un diseño más vistoso que el existente anteriormente y se ha ganado un nuevo espacio estancial en la zona solicitada de aproximadamente 660 metros cuadrados. También se ha ganado zona verde.
En cuanto al mobiliario, se ha sustituido completamente la red de alumbrado con nuevas luminarias acordes con el entorno y la fuente de agua potable. Otros elementos como los bancos de piedra caliza y forja se han mantenido allí donde ha sido posible, y serán reforzados en breve con más bancos de madera y patas de fundición.