Si algo ha dejado claro esta invasión de Rusia a Ucrania es que en los malos momentos, la solidaridad española desborda. Y así está ocurriendo en Castilla y León donde son muchas las iniciativas que están partiendo de diferentes puntos para llevar ayuda humanitaria en forma de material y para recoger refugiados. Se sabe que cuando comienza esta odisea habrá que hacer más de 6.000 kilómetros (ida y vuelta), pero nada les frena.
Así, Jesús y Carlos ya están de vuelta con ucranianos que van a comenzar una nueva vida en Valladolid. Han estado más de dos días conduciendo, cuando partieron el pasado domingo del barrio de Parquesol en dos furgonetas. Y siguen en la carretera. Un grupo de vallisoletanos llegaron a la frontera polaca localizada en la ciudad de Rzeszów para hacer entrega de miles de kilos de material de ayuda que ya han entrado en Ucrania y se hará llegar a las ciudades más dañadas, como Leópolis y Kiev. Ya han cumplido con la primera misión del viaje y ahora acaban de cumplir con la segunda: traer con ellos a 14 personas ucranianas para que puedan viajar hasta Castilla y León y salir de la guerra.
Javier Polanco es una de las personas involucradas en el proyecto de forma voluntaria. Por trabajo no ha podido viajar con su padre, que es uno de los conductores que va volante de la furgoneta cedida por el Seminario de Valladolid. “Nos unimos al convoy organizado por el sacerdote Miguel Ruiz de Zárate en su parroquia de Madrid con quien nos une una gran amistad”, afirma el vallisoletano.
Coordinados con Madrid
Junto a amigos, parroquias, familiares y compañeros, en muy poco tiempo, se ha recopilado ayuda humanitaria para llenar las furgonetas y aprovechar el viaje de ida. Se está priorizando comida en lata y material sanitario para atender a los heridos, así como ropa técnica, linternas, drones, generadores y otro material específico que han ido solicitando desde la frontera.
De esta manera, se viaja en caravana hasta la ciudad de Rzeszów, donde serán recibidos por el alcalde, desde allí se desplazan a la frontera de Ucrania para la entrega de todo el material donado y donde se recogerán hasta siete refugiados por furgoneta antes de retornar a España. “Allí nos acompañaran amigos de Polonia y ONGs que están coordinando la ayuda y acogida a los refugiados como la ONG CESAL”, afirma Polanco. Sin embargo, el viaje no termina cuando lleguen a España, una vez de regreso a Madrid y Valladolid es el momento de buscar familias que acojan a los refugiados. “Ahora es la única forma que les podemos ayudar, hace mucha falta”, reconoce Carlos, uno de los conductores, junto a Jesús. Aquí en Valladolid estará gestionado por Caritas. No ha podido faltar una misa celebrada en el trayecto, concretamente en la República Checa.
La situación de Ucrania no será una huida puntual por lo que los refugiados van a necesitar un hogar siendo conscientes de que no será una acogida temporal ya que seguramente hablamos de años si es que, en el mejor de los casos, pueden llegar a volver a su país. “Desde la distancia queremos ser partícipes dentro. Como dice el Padre Miguel, es un bien responder al mal con el bien y dentro de ese deseo nos unimos al proyecto con el deseo de que estas personas sean tratadas y acogidas con toda la humanidad posible. "Quien salva un hombre, salva el mundo"” comenta.