Un vallisoletano apuesta por la bicicleta como herramienta para cambiar la sociedad
Diego Blas tiene una empresa de reparación de bicis a domicilio además de ser profesor de mecánica de estas máquinas en dos colegios de la ciudad
5 abril, 2022 07:00Hay muchas fórmulas durante la historia que han servido, o al menos lo han intentado, para cambiar la sociedad. El invento de la rueda, la aparición de las máquinas o algunas revoluciones han hecho que la vida no sea como hace siglos. Y aunque parezca difícil hay un vallisoletano, Diego Blas, que apuesta por la bicicleta como herramienta para conseguir que haya cambios culturales.
A sus 40 años, profesor de educación física, utiliza este método, a través de los talleres de reparación de bicis que imparte en dos colegios de Valladolid, el Allúe Morer y el CEIP Cristóbal Colón, con los que pretende no solo enseñar a los más pequeños cómo arreglar una bicicleta, sino a “educarles para que les sirva durante su vida”.
Una vida que a este vallisoletano ya le ha hecho cambiar de trabajo en varias ocasiones. “Yo era profesor hasta la crisis de 2009”. Entonces se tuvo que reinventar y cambiar por la hostelería para, hace seis meses, montar su propio negocio de reparación de bicicletas. Pero no como todos los conocemos, sino que lo ha hecho de una manera completamente distinta.
“No tengo local en el que repare, sino que me muevo en un furgón con el que me desplazo a los domicilios” de quienes necesitan sus servicios. Ha pensado que es mejor porque “la gente, cuando se compra la bici online, en un gran almacén o en un pequeño comercio, se la lleva bien doblada a casa y ocupa poco, pero cuando tienen que llevarla en su vehículo hasta un local, la cosa cambia”. Te manchas, pasas un mal rato hasta que la consigues ubicar en el maletero y el desplazamiento, la ida y la vuelta, es un gran incordio para muchos.
Pero cuando se inició en este mundo de la empresa no lo hizo solo para buscar una forma de ganarse la vida, sino que tuvo muy claro que “hiciera lo que hiciera tenía que ser también con un fin social aunque no sabía de qué manera”. Y parece que alguien le escuchó y le di la respuesta cuando el director del CEIP Cristóbal Colón le propuso impartir una asignatura de mecánica de bicicletas en el centro. “El director del colegio, Alberto Bertoni, que es un auténtico fenómeno al que no se le pone nada por delante, me llamó para ofrecérmelo”.
Y no se lo pensó. Estaba hecho a su medida. Porque Diego Blas, desde pequeño, siempre ha estado ligado a su bicicleta. “Era pequeño y me disfrazaba con los maillots de mi padre, que era aficionado a la bici, para ser Álvaro Pino encima de un triciclo”. Un ciclista gallego profesional de los años 80, especialista en las etapas de montaña.
Sus alumnos son de quinto y sexto de Educación Primaria y en ese taller los peques aprenden a conocer las bicis y a repararlas. Además, son máquinas donadas, que estaban abandonadas en muchos casos, y lo que se ha hecho ha sido repararlas generando un servicio de préstamo de bicicletas para los alumnos. “Ellos mismos se encargan de ello, ponen las normas y se encargan de toda la gestión”.
Adquirir responsabilidades
Fórmula que sirve para que los críos adquieran sus propias responsabilidades y les sirva para realizar deporte, además de recibir clases de educación vial dirigida a que se aprenda a “conocer las normas y que haya un respeto entre peatones, conductores y ciclistas, en definitiva, crear una cultura de la bicicleta que acapare todos estos aspectos y que se empiece desde los colegios porque los niños de ahora serán los usuarios de las bicicletas en el futuro”.
El aspecto deportivo es algo más que importante para él ya que el ejercicio físico siempre ha estado ligado a su vida. Quizá eso le ha hecho una persona para quien el sacrificio y el esfuerzo no son negociables. Así, fundó su empresa en la que no solo repara las averías que puedan aparecer, sino que busca algo más. “Las cuido mucho, las mimo y procuro explicar a la gente que es lo que he hecho y porqué, no solo entregárselas arregladas”.
Porque no entiende el arreglo como un mero servicio, sino que, como sucede en la vida, “detrás hay historias”. La bicicleta del abuelo que quieren mantener, la que tenías de niño y no deseas separarte de ella… Muchas cosas que hacen que su trabajo sea diferente al de un simple mecánico, más bien se convierte en su cuidador durante el tiempo que está entre sus manos.