El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León del pasado jueves, 31 de marzo, aprobaba las actuaciones necesarias para la consolidación y rehabilitación del puente sobre el río Pisuerga en Cabezón, por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Todo ello, con una inversión que supera el millón trescientos mil euros, enmarcada dentro de la programación de rehabilitación de las estructuras de la red de titularidad de la Comunidad.
Las obras en la joya de la corona del municipio, que arrancaron hace dos semanas, como cuenta el alcalde de la localidad vallisoletana en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, Sergio García, han dividido el pueblo en dos. Por un lado, el barrio viejo y, por otro, el nuevo. Esto está provocando graves trastornos a los vecinos.
“Las obras nos están ocasionando muchísimos problemas. Las administraciones hemos aunado fuerzas para que estos sean los menores posibles pero los vecinos están viendo alteradas sus vidas. Ahora tienen que hacer un trayecto de 17 kilómetros cuando antes tardaban un minuto en pasar de un lado al otro”, añade el primer edil.
El comienzo del problema
El alcalde nos cuenta que los trabajos se iniciaron “hace dos semanas con el corte del puente”. La estimación es que duren tres meses. Ese plazo estará cortado el puente al tráfico rodado, y dos al caminar de unos peatones que ven como, su día a día, ha cambiado drásticamente desde entonces.
“Hay un estudio de la Junta de Castilla y León sobre el estado de los puentes en la Comunidad del 2019. Se vio que el nuestro tenía desperfectos importantes y había que acometer, a corto plazo, una obra. Ha sido en 2022, después de que apareciera una grieta, cuando se ha tomado la decisión de acelerar las actuaciones porque los técnicos nos informaron de que podría sufrir un colapso y había riesgo de desprendimiento y de que cayera en la zona”, nos explica el alcalde.
Eso ha provocado que se tenga que afrontar una contratación de emergencia. Tras la comunicación del problema, en pocas semanas empezaron los trabajos. Una obra “necesaria” para evitar “problemas futuros” que hagan que el municipio pucelano se quede sin uno de sus tesoros.
“Pese a estas obras, seguimos insistiendo en la construcción de un puente nuevo. Todas las corporaciones y vecinos demandamos su instalación. Por él debe fluir el tráfico rodado para dejar el antiguo al tránsito solo de peatones”, añade Sergio García.
Problemas
El pueblo tiene ahora los servicios “repartidos en dos”, por culpa de las obras. En una parte se encuentran todas las instalaciones deportivas como el campo de fútbol o el polideportivo, además del colegio y, en la otra, el Ayuntamiento, el centro médico, la iglesia y la farmacia. Y, entre medias, el puente. Es decir: un municipio partido en dos.
“Se han habilitado autobuses lanzadera para unir las dos partes, pero no solventan todos los problemas con los que nos encontramos. Hay horas a las que no existe esta opción. Ahora tenemos que dar una vuelta de 17 kilómetros cuando antes lo solventábamos en un paseo o en coche en pocos minutos”, cuenta resignado.
El Ayuntamiento solicitó, en las primeras reuniones con la Junta de Castilla y León y con la empresa que tenía la adjudicación, “habilitar un paso peatonal por el propio puente mientras se realizaban las obras”, lo que se rechazó, como también la idea de “una pasarela” por la “dificultad de acoplar el andamiaje”. Ante una falta de seguridad plena, mejor descartar.
Desde el consistorio también se valoró la posibilidad de “alquilar una plataforma móvil o flotante”, idea que fue también descartada por “seguridad” y debido a “la tipología” del río Pisuerga y “a sus corrientes”.
Búsqueda de soluciones y reivindicaciones
“Solicitamos a la Dirección Provincial de Educación que habilitase autobuses porque 250 niños que viven en el barrio viejo no podían llegar al colegio y tenían que desplazarse hasta él. Conseguimos que se nos concediera”, añade orgulloso el alcalde.
Sin embargo, la cruz llegó cuando al solicitar a la Gerencia de Salud “poner servicios médicos en el Hogar de los Jubilados” que “cuenta con una sala habilitada para establecer atención médica y primaria” esta petición fue “denegada”. “Muestro mi disconformidad porque creo que es algo de fácil solución y necesario y hace que cualquiera que lo precise pueda llegar rápido y no tenga que depender de las lanzaderas o gastar dos horas en un viaje para recibir una atención de diez minutos en el consultorio”, asegura.
Sergio García confiesa que han solicitado a la Subdelegación y Delegación del Gobierno y a Capitanía General “la posibilidad de instalar un apoyo, un puente de los que dispone el ejército”. Asegura que el pasado lunes llegó hasta el lugar el Regimiento Número 11 de Ingenieros de Salamanca para “hacer un reconocimiento en la zona” con el fin de “valorar las posibilidades existentes para hacer ese apoyo”.
“El grupo que vino iba a valorar las posibilidades que hay en el río. Hablamos de mucha distancia. En la zona más corta, de 125 metros. Para ellos, el problema está en que tendrían que establecer un apoyo en el medio que dificultaría más esta posibilidad. Han elaborado el estudio y se lo enviarán al organismo competente dentro del Ejército que tendrá que tomar una decisión. Como Ayuntamiento, tenemos que llamar a todas las puertas y buscar soluciones para estos tres meses”, afirma.
El sueño de un puente nuevo
Cabezón de Pisuerga es un pueblo dividido. En un lapso corto de tiempo ha sufrido este problema en dos ocasiones con el fin de “mantener un puente con historia”. El primer edil explica que la única forma de hacer que no se deteriore más es “convertirlo en peatonal”, evitando así el paso del tráfico rodado por él.
“Los vecinos y la Plataforma en Defensa del Patrimonio de Cabezón, más conocida como Plataforma Cabezón con su Puente, llevamos muchos años reclamando la instalación de un puente nuevo. El antiguo, para peatones, y el nuevo, para que por él circule el tráfico rodado. Creemos que sería la mejor solución”, añade.
Sergio García informa de que “existe un presupuesto en la Junta de Castilla y León para finalizar el proyecto del nuevo puente”. “Nos gustaría que se hubiese ejecutado en un año e intentaremos trabajar para que se haga cuanto antes”, finaliza.
Mientras la localidad vallisoletana sueña con esa nueva construcción sufre la pesadilla del corte vigente. Cabezón busca una solución para que estos tres meses no sean un calvario.