Sevilla da un emotivo y multitudinario último adiós al cardenal Carlos Amigo
El arzobispo Saiz Meneses destaca la inteligencia, la humanidad y la entrega a los demás del cardenal riosecano
30 abril, 2022 12:57Noticias relacionadas
La catedral de Sevilla acogió hoy la misa exequial del cardenal Carlos Amigo, eucaristía en la que el actual arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, destacó la inteligencia, la humanidad y la entrega a los demás de la que hizo gala el religioso riosecano durante los 62 años de su vida que dedicó a la Iglesia. Además, en la homilía recordó la “tranquila” conversación que tuvo con Carlos Amigo momentos antes de morir el pasado 27 de abril y “tras la que nos dejo con gran paz y serenidad”.
El emotivo y multitudinario ritual comenzó con el traslado a hombros del féretro por sacerdotes diocesanos, laicos de la diócesis y religiosos Hermanos de la Cruz Blanca hasta la Seo hispalense. El recorrido comenzó en la plaza de la Virgen de los Reyes, para continuar por las calles Cardenal Amigo y Alemanes, para después tomar la Avenida de la Constitución hasta entrar en la Catedral por la Puerta de la Asunción, reservada para acontecimientos muy solemnes de la Archidiócesis.
El cortejo estuvo formado por el turiferario, la cruz entre los ciriales, los seminaristas, acólitos, diáconos, sacerdotes concelebrantes, el Cabildo catedralicio, el Consejo Episcopal y el arzobispo, monseñor Saiz Meneses, que estaba acompañado de otros cardenales como el abulense Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid.
Una vez en el altar del Jubileo, el féretro se colocó en el centro del presbiterio bajo el paño funerario negro, de espaldas al altar y de cara al pueblo. Junto a él estaba colocado el Cirio Pascual encendido y, rodeándolo, cuatro candelabros. Además, en el féretro se colocó el báculo, la casulla y la mitra del cardenal.
Durante la homilía, monseñor Saiz Meneses repasó la trayectoria del religioso que nació en Medina de Rioseco (Valladolid) el 23 de agosto de 1934. Así, recordó que inició sus estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, para después ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos.
Además, recordó su carrera eclesiástica, desde que en 1970 fuera nombrado provincial de la Provincia Franciscana de Santiago y, tres años más tarde, en 1973, arzobispo de Tánger. Después, el 22 de mayo de 1982 se convirtió en arzobispo de Sevilla y en 1984 fue nombrado presidente de la Comisión Episcopal para el V Centenario de la Evangelización de América. Además, desde noviembre de 2009 era arzobispo emérito de Sevilla.
Saiz Meneses aseguró que Carlos Amigo “paso su vida haciendo el bien con la palabra, con sus gestos y con el espíritu de la Bienaventuranzas” y recalcó que además de sus cualidades intelectuales, su principal virtud fue la entrega a los demás sin límites. Inteligencia, cultura, pedagogía, entrega y formación y oración fueron algunas de las cualidades que destacó, a la que vez que definió a Amigo como un “hombre espiritual, pero muy cercano, humano y misericordioso”, que se sabía esperar, escuchar y acompañar y, que desde la alegría y la cercanía, siempre buscó la concordia y la unidad.
A su vez, el arzobispo de Sevilla subrayó que el religioso riosecano siempre tendió puentes para fomentar el diálogo intereligioso y también en seno de la sociedad. “Siempre tenía una palabra amable y una sonrisa pronta con todas las personas con las que se encontraba”, aseveró.
Además, Saiz Meneses destacó que la mejor demostración de su labor pastoral son todos los reconocimientos recibidos a lo largo de su carrera, entre los que destacó los nombramientos como Hijo Predilecto de Andalucía, Hijo Predilecto de la provincia de Sevilla o Hijo Adoptivo de Sevilla. “A lo largo de los 28 años de ministerio episcopal en la Archidiócesis Hispalense entró en todos los hogares y en todos los corazones. La suya ha sido una vida entrega hasta el final”, afirmó.
El arzobispo finalizó su homilía recordando que "no tiene sentido reservarnos para poder vivir muchos años. No se trata de añadir años a nuestra vidas, sino vida a nuestros años y así vivió Carlos Amigo”, sentenció Saiz Meneses.
Tras la eucaristía también se leyó una carta de condolencia enviada por el papa Francisco y otra remitida por los Reyes de España. Después, el féretro con los restos de Carlos Amigo, ante los aplausos de los asistentes, fue trasladado a hombros hasta la capilla de San Pablo, donde se procedió a su inhumación.
Medina de Rioseco
Medina de Rioseco estuvo representada en el funeral por su alcalde, David Esteban, que destacó la emoción vivida durante una multitudinaria ceremonia en la que la sociedad sevillana demostró todo el cariño y la admiración que sentía por la figura de Carlos Amigo.
“Medina de Rioseco no podía faltar en este histórico momento, arropando a la familia y siendo testigo del homenaje rendido por Sevilla a un ilustre riosecano que siempre hizo gala de su pueblo”, recalco.
Además, Esteban reconoció que el momento más emotivo lo vivió cuando, tras la ceremonia, el féretro abandonó la capilla entre la ovación cerrada de los asistentes.
El cardenal Carlos Amigo falleció el pasado día 27 de abril a los 87 años en el Hospital Universitario de Guadalajara, al no poder superar una intervención quirúrgica de los pulmones que es le practicó el lunes, que se sumó a la operación de cadera del 23 de febrero, tras la caída sufrida en la Misa que se celebró en la Catedral de la Almudena en conmemoración del XXV aniversario de la ordenación del cardenal Osoro.