La contaminación del aire tiene graves consecuencias para la salud infantil. Está directamente relacionada con las alergias y el asma infantil. Además, la exposición a altos niveles de ruido, se relaciona con episodios de ansiedad y enfermedades cardiovasculares. Un informe reciente señalaba que casi la mitad de los colegios en Madrid y Barcelona están rodeados de niveles de contaminación superiores a los permitidos por la ley. Esta es la principal razón por la que el próximo viernes 6 de mayo, en toda Europa, varios cientos de iniciativas se unirán al clamor de la semana #StreetsForKids, reclamando Calles Abiertas para la Infancia. En el Estado español, son casi 120 las iniciativas registradas, 17 en Castilla y León, 6 de ellas en Valladolid.
Pero la preocupación por la salud no es la única razón de las movilizaciones. La ocupación del espacio público por los coches, impide acceder a la escuela de forma autónoma y segura, obligando a los niños y niñas a enfrentarse cada día a la amenaza de máquinas que pesan casi dos toneladas.
Asimismo, las ciudades son responsables de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La urgencia de la crisis climática requiere una rápida y profunda transformación. El último informe del IPCC indica que se necesitan acciones urgentes para reducir el tráfico de coches en las ciudades, y promover la movilidad activa y compartida.
En este contexto, se lanza la Semana Europea de Acción #StreetsForKids, Calles Abiertas para la Infancia, con la que se quiere reclamar acciones urgentes y contundentes para conseguir que los niños y niñas puedan respirar un aire limpio, y acceder de forma segura, activa y autónoma al colegio. Esta iniciativa se suma a muchas otras quel llevan tiempo reclamando espacios seguros, sin ruido y sin humos, alrededor de los centros escolares. Las experiencias de caminos escolares, la Revuelta Escolar, los bicibuses, están cogiendo cada vez más fuerza.
Asociaciones de madres y padres, grupos juveniles, asociaciones vecinales y colectivos ciclistas se han unido para reclamar de forma lúdica Calles Abiertas para la Infancia. Estas acciones pretenden llamar la atención de los responsables municipales, y exigir cambios rápidos en el diseño urbano, para conseguir que los centros escolares sean declarados zonas de especial protección en las futuras Zonas de Bajas Emisiones que las ciudades deben implantar antes de 2023.
Las calles abiertas, o "school streets" son un elemento fundamental para la reducción de emisiones en las ciudades, y la disminución de la dependencia del automóvil en las ciudades. Ya hay más de 500 calles sin coches alrededor de los colegios en Londres, 170 en Paris, 120 en Barcelona. También en Bilbao, Vitoria y Logroño se han puesto en marcha medidas para evitar la circulación y estacionamiento de coches alrededor de los colegios. Son medidas efectivas para reducir la contaminación e incrementar la seguridad de niñas y niños en sus trayectos diarios.