“La idea de nuestro pincho surge del incendio que tuvimos el pasado 17 de marzo en el que se nos quemó la campana y se estropeó además el motor de absorción de la azotea. Al final es el 'Ave Fénix' que renace de sus cenizas”, nos explica Palmira Soler, la propietaria del Restaurante 5 Gustos que se ubica en pleno centro de la ciudad del Pisuerga, en la calle Torrecilla.
La dueña, de 39 años y nacida en Castellón, llegó a Valladolid en el año 2009. Empezó a estudiar hostelería cuando tenía 13 años y a los 16, a trabajar. Suma seis primaveras y media al frente de un establecimiento hostelero que el pasado lunes, 6 de junio, consiguió el Pincho de Oro dentro del XXIV Concurso Provincial de Pinchos de Valladolid.
Ingredientes y elaboración
Palmira abre las puertas de su cocina a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León para elaborar su ‘Ave Fénix’, una delicia para el paladar que “se compone de los ingredientes que tiene una paella” ya que el mismo día del incendio “tenía todo para elaborar una que le habían pedido por encargo” y ahí surgió la idea de este manjar en miniatura.
“Utilizamos conejo, pollo, costilla de cerdo, judía verde, pimiento rojo, azafrán, tomate rallado y agua. La albóndiga la hacemos con el conejo”, nos explica en cuanto a todo lo que hay que tener para prepararlo.
La elaboración consta de “una base del jugo de paella con el caldito meloso” que “se vierte sobre un vaso de chupito” y “encima la albóndiga” que “lleva un hummus de garrofón, alioli de azafrán y puré de pimiento rojo asado”. “Abajo se coloca el jugo y arriba la albóndiga. Te lo comes de dos o tres bocados acompañado por el jugo”, añade Palmira.
Sorpresa
“Recibimos la consecución del Pincho de Oro con sorpresa. Es cierto que pensaba que podríamos lograr algún premio porque la reacción del jurado cuando lo probó fue muy buena pero nunca sabes”, asegura la creadora, que en 2017 consiguió idéntico galardón: “Si gano, gano el de oro”, añade orgullosa.
Apunta que en la fase final, cuando trabajas en la Escuela de Cocina, puedes “cometer errores porque no juegas en tu cocina” y explica que “un cocinero cocina en su cocina, donde domina todo” y ese día, jugando a domicilio como se diría en el argot futbolístico, “no sabes si lo has clavado o no”.
“El fin de semana hemos trabajado muy bien. El público me ha dicho que le ha gustado mucho y es algo que me llena y me anima para seguir trabajando”, asegura esta maestra de la cocina en miniatura.
Ahora, el Concurso Nacional de Pinchos
El pasado año, el restaurante vallisoletano ‘Habanero Taquería’, consiguió ganar el Concurso Nacional de Pinchos que se celebra en noviembre en la Cúpula del Milenio de Valladolid, con Alejandro San José y su ‘Salbut Criollo’. Hace dos años lo hizo el Suite 22, también vallisoletano, con su ‘Corchifrito’ y con Emilio Martín a la cabeza. Dicen que no hay dos sin tres. ¿Será Palmira Soler la que no rompa el dicho?
“Voy sin presión y sin ninguna ambición de ganar. Si cae, cae. Si no, no pasa nada. Estoy tranquila. Vamos a presentar el mismo pincho porque está muy bueno. Estudiaremos la presentación, pero si el jurado dijo que es un pincho redondo, ¿Para qué vamos a cambiar?”, asegura la creadora del manjar, quitándose presión.
El único objetivo y deseo que se marca la hostelera pasa por conseguir que “su gente y equipo estén bien y que la gente que llegue hasta su bar pruebe el pincho y guste”.
Un pincho que quita el sentido y que es ya leyenda en Valladolid.