La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid, Soledad Ortega, que lleva el caso de la desaparición y muerte de Esther López, ha ordenado el cese de la intervención del teléfono de Óscar S, uno de los investigados y amigos de la mujer de Traspinedo, ante la falta de resultados relevantes para la investigación, después de tres meses.
Con esto, la magistrada ha acordado acabar con el secreto de sumario sobre la única parte de las diligencias judiciales que permanecía vigente, la relativa al “pinchazo” del teléfono, que aún permanecía reservada para las partes.
Como señalan fuentes judiciales, la Guardia Civil había pedido la prórroga de la intervención telefónica y el Fiscal se ha opuesto a esta medida. Con esto, y de conformidad con el criterio del fiscal, pone fin a la intervención telefónica que implica, según afirma, una “injerencia en el derecho constitucional al secreto de las comunicaciones”.
La magistrada concluye que, después de tres meses con el teléfono del investigado "pinchado", "ningún dato de interés se ha desvelado que pueda afectar a la presente investigación ya que el citado sospecha, y así lo manifiesta, que sus comunicaciones se encuentran intervenidas y por tanto sólo habla de los problemas que le está acarreando la causa en el negocio de la inmobiliaria, de las noticias que salen en la prensa sobre las diligencias que se están practicando, manteniendo su inocencia, o de cualquier otra cuestión desvinculada de la causa".
La jueza subraya que los agentes de la Guardia Civil que han estado controlando llamadas y mensajes de dicha línea telefónica concluyen que "el investigado no ha abordado los hechos, incluso ha dado instrucciones "muy precisas" a las personas de su entorno más cercano para que eviten hablar de ellos y está haciendo uso de aplicaciones de mensajería que están fuera del alcance de la interceptación telefónica".