Las medidas de ahorro energético ya llevan una semana en vigor. Hostelería y comercio comienzan a notar las consecuencias y, sin duda, una de las más polémicas está siendo el aire acondicionado, que se tenía que poner a 27 grados. Asimismo, otro de los temas que más controversia está generando es el apagón de escaparates a las 22:00 horas, un hecho que, desde ambos sectores, aseguran que “genera inseguridad en las calles”.
El sentimiento común, tanto en hostelería como en las tiendas, es de “malestar”. El dueño de La Alborada, Brunelvis, ya anticipaba hace una semana a este medio de comunicación que las medidas le iban a perjudicar y así ha sido: “Ayer mismo se fue una pareja porque decía que hacía mucho calor. La gente se está quejando bastante, pero yo no puedo hacer nada. Ahora mismo, solo pongo un aire en la parte de abajo cuando está ocupada, intento ahorrar lo máximo posible”, asegura el dueño del establecimiento.
Por su parte, uno de los propietarios del bar Masai, Juan Carlos, informa de que en su caso están notando como la gente “prefiere la terraza, dentro casi no hay nadie”. Sin embargo, no han visto “que la gente deje de ir”.
“Tenemos que cuidar la salud de los trabajadores y no podemos ponerles en unas condiciones poco óptimas. No se puede trabajar a más de 25 grados, eso es lo que ha primado”, afirma María José de la Calle, gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid. El sentir general de los hosteleros es que “estas medidas no van a suponer un ahorro de energía a nivel global. No se trata de no consumir, sino que los precios no sean tan sumamente elevados”.
Sin embargo, lamentan que, tras dos años de pandemia, ahora se encuentren con “esta situación”. El tema de las puertas es otro problema con el que tienen que lidiar “por ahora no se van a cambiar y tampoco las podemos cerrar. Si no tengo la puerta abierta afecta psicológicamente a los clientes y no entran”. Asimismo, la gerente de la Asociación de Hostelería de Valladolid ha asegurado que ya tienen un “histórico” con las medidas y que “nos hacen cambiar cosas para que después no sirvan para nada”.
“La hostelería está intentando sobrevivir, nosotros venimos con dos años de crisis por la pandemia. La gente ve las terrazas llenas pero lo que no ven son los costes que hay que pagar y que, en invierno, se vacían completamente. Además, tú puedes ver a muchas personas en el local pero, quizá, lleven tres horas con la misma consumición. No digo que no sea licito, pero no da tantos beneficios”, asegura de la Calle.
Los comercios también se unen a este sentimiento. El presidente de la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva), Jesús Herreras, mantiene que las medidas “fueron precipitadas y deberían haberse consensuado previamente”. Además, informa de que hay “muchas incongruencias y contradicciones”. “Nos decían que mantuviésemos las puertas abiertas por el protocolo Covid y ahora resulta que hay que cerrarlas por el aire, nadie se pone de acuerdo. A mayores, establecían que el aire tenía que estar a 27 grados y la normativa laboral lo establece a 25. Es un caos”, afirma el presidente de Fecosva.
Otro de los temas clave son los escaparates. Por ahora, no se está notando tanto el apagón, sin embargo, en invierno los comercios se podrán ver afectados porque los días son más cortos. “Para nosotros los escaparates son una herramienta de marketing. Es nuestro principal vendedor. Si nos lo van a quitar, perdemos competitividad”, afirmaba Herreras y continuaba con “estos días a partir de las diez de la noche, la ciudad es menos atractiva y más insegura”.
Las valoraciones económicas todavía no se pueden dar porque no han llegado las primeras facturas desde que entraron en vigor las medidas de ahorro energético. “La climatología no ha sido extrema, por eso no se está notando tanto”, afirma el presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), Alejandro García Pellitero. Sin embargo, se suman a las quejas respecto a quitar la luz de los escaparates: “Una ciudad con luces y escaparates apagados, que solo se ilumina por farolas, provoca que sus calles no sean atractivas”. Asimismo, ha informado de que han pedido que se “revise el decreto y se haga una ampliación de horarios, sobre todo en época navideña para mantener esa iluminación por la seguridad que genera”.