Decir adiós nunca ha sido fácil. Mucho menos si a los 24 años te toca hacerlo en algo a lo que has dedicado 19 años, es decir, casi un 80% de tu vida. Es por eso por lo que Ignacio Manuel Pérez, conocido como Nacho y natural de Valladolid, no dice adiós al C.D Valladolid Tierno Galván, sino que es un "hasta luego". A veces es la propia vida la que te pide parar, cambiar y ya, si eso, regresar, pero ese alto en el camino puede ser el empujón que necesitas.
Nacho es estudiante de Magisterio en la Universidad de Valladolid, ahora se prepara para opositar estos dos próximos años, lo que unido a su trabajo como encargado en un bar de ocio nocturno durante los fines de semana, son los motivos que le han llevado a hacer un alto en su etapa como jugador de fútbol sala en el VTG, club en el que se encuentra en el podio de los futbolistas con más trayectoria en toda la historia. "No me daba la vida y no quiero morir. Es muy duro ir a los partidos los sábados y los domingos después de estar currando por la noche", explica el joven a este periódico.
Ahora bien, este final no es un 'hasta siempre', sino que para Nacho Pérez es un "hasta luego". "Espero volver en el futuro, pero me tengo que centrar en lo que el Tierno nos ha apoyado siempre, los estudios lo primero y luego el fútbol sala", aclara el ya exjugador.
19 temporadas en el club
Estas casi dos décadas han dado para que el cajón de recuerdos de Nacho creciese de manera exponencial. Una vida ligada a un equipo da para mucho, y es que los buenos y malos momentos irán allá donde vaya el joven vallisoletano durante su recorrido. Los primeros pasos comenzaron a darse a los cinco años, momento en el que el exjugador se apuntó con sus amigos a modo de actividad extraescolar.
Sin embargo, para Nacho los peores recuerdos se los lleva como un aprendizaje. "Los peores momentos se saben cuando los estás viviendo en el presente, pero una vez pasado el tiempo y los años... me acuerdo cuando subí al primer equipo, era el más joven, estaba rodeado de las personas que habían sido míticas en el fútbol sala vallisoletano, tenía compañeros que habían jugado en Segunda, Primera y 2B muchos años y es el año que más sufrí pero también el que más aprendí porque estas con los mejores", relata el joven.
En el otro lado de la balanza están los buenos recuerdos, entre los que Nacho destaca la victoria en el Torneo Internacional Villa de Luarca 2012, el campeonato de España universitario, el torneo que organizaba a nivel internacional el Azkar Lugo en el que quedaron terceros o todas las ligas y copas ganadas.
Fidelidad al equipo
Desde que a los cinco años su pasión por Iker Casillas y sus amigos le llevaron a ser portero en el caso del primero y a jugar al fútbol sala en el de los segundos, Nacho ha ido viendo como jugadores, compañeros y entrenadores iban pasando por el club. "En segundo de infantil muchos de mis amigos tuvieron la oportunidad de marchar al fútbol 11, a mí lo que me hizo quedarme fue el sentimiento de club y de familia", recuerda el joven vallisoletano.
Ha sido durante todos estos años en los que el exjugador ha ido viendo como el VTG se ha convertido en "la mejor cantera de la Comunidad" y como en el panorama nacional "es reconocido". "Fíjate lo lejos que ha llegado el club. De ser un club humilde y de barrio a hacer un hueco en la ciudad y en Castilla y León", afirma con rotundidad.
El Valladolid Tierno Galván es algo "muy importante" de la vida y el corazón de Nacho, que valora a los entrenadores que ha tenido como "figuras muy relevantes" para él. "Te ayudan a crecer, te dan lecciones de vida, a superar sus miedos", explica.
Ahora bien, la trayectoria de Nacho no se ha desarrollado únicamente como jugador. El joven vallisoletano siguió "la idea de club" y también fue entrenador de porteros. Precisamente, la escuela de porteros surgió con él, además de haber estado dirigiendo a chavales de la mano de Miguel Martín, que ha sido "entrenador, compañero de equipo y en el banquillo".
Del Tierno al Valladolid Tierno Galván
A la evolución personal de Nacho como jugador y persona en el club, le ha acompañado la de este segundo también. "Gracias a las condiciones del barrio, a Miguel, Toral, Óscar, Ruque, Javi Sacristán, Ego, Alberto Grande que fue mi primer entrenador y todos con los que hemos crecido y no he nombrado, estamos donde estamos", asevera el vallisoletano.
La competencia entre el CD Tierno Galván y el Vecas Covaresa Maristas siempre ha sido el "Barça-Madrid" particular en la ciudad y era "un sueño" que se juntaran. "Al final se consiguió hace unos años y los equipos de todas las categorías tienen a chavales buenísimos en todos los sentidos", aclara Nacho Pérez, que considera esta fusión como "el paso grande" para poder crecer a nivel de fútbol sala.
Eso sí, el vallisoletano cree que todavía "quedan muchos pasos que dar" y espera que a "medio plazo" desde el primer equipo (el UVa) hasta el último puedan "recibir más ayudas". "No sé si de patrocinadores o el Ayuntamiento, incluso no sé si Ronaldo estaría dispuesto a comprar el club, pero sería increíble jugar alguna vez más allá de 2B que es lo que lleva buscando el futsal de esta ciudad desde hace años", matiza.
La importancia de la educación
El deporte no es solo eso, deporte, y más cuando estamos hablando de él en edades tempranas. Los estudios son algo inseparable y están íntegramente unidos al deporte, y eso en el VTG lo saben bien. "Es increíble también el hecho de como está metida la educación en el club", asevera Nacho, que puntualiza que a pesar de que sea una entidad "grande" es "familiar" y se apoya "a todos los chavales a que estudien".
El joven vallisoletano tiene claro que es "increíble" como con el tiempo que hay que "invertir a nivel de cabeza, competir y estar arriba y como los padres y el club apoyan a estos chavales para que crezcan como jugadores, deportistas y estudiantes".
"Yo no he sido el mejor estudiante, pero el apoyo que he recibido es increíble, tanto de compañeros como entrenadores y es algo que en otros clubes no se hace. Deporte y animar a los estudios es lo mejor que hacen en este club y es algo que he valorado siempre", finaliza Nacho Pérez tras una vida bajo palos.