El rey del hielo: cuando el cubito cotiza al alza en tiempos de escasez y olas de calor
Roberto Alonso, gerente de ‘La Hieloneta’, afirma que este verano (los meses de julio y agosto) han vendido 120.000 kilos de hielo por los 80.000 de un año normal
27 agosto, 2022 07:00Noticias relacionadas
Como ya ocurriera con el papel higiénico en tiempos de pandemia, o con el aceite de girasol en el comienzo de la guerra de Ucrania, los diferentes supermercados de toda España colocaron a finales del mes de julio y en agosto el cartel de: “máximo cinco bolsas de hielo por persona”. Una recomendación que caía en saco roto, nunca mejor dicho, porque no había ni rastro del saco de hielo en las estanterías de los diferentes establecimientos.
A nivel global, en toda España. Da igual que estuvieras en Denia, pasando las vacaciones, que en Burgos disfrutando del Sonorama, que, en Valladolid, pensando en ese refresquito cargado de hielos, refrescante, para disfrutar en la terraza con el fin de combatir las olas de calor que han golpeado a todo el territorio nacional en estos meses veraniegos.
Una escasez que también ha notado Roberto Alonso, gerente de ‘La Hieloneta’, de 51 años. Un negocio ubicado en el Polígono de Santovenia de Pisuerga, concretamente en la calle Esparragal. Roberto suma 30 años con las riendas del negocio, desde 2014 en la localidad vallisoletana. Antes, en el Polígono de San Cristóbal de la ciudad del Pisuerga.
“Comenzamos para ganarnos un poco la vida y compaginarlo con nuestros trabajos. Tenía, con mi padre y mi hermano, una tienda de congelados. Empecé a vender saquitos de hielo. Primero con un Renault 12 que tenía. Crecí, cada vez vendía más y aquí estamos después de casi 30 años”, confiesa el propietario de la empresa en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
El teléfono de nuestro entrevistado ardía en julio y agosto, y no por las olas de calor, por las llamadas. “Han llamado bares y negocios de toda España porque nadie tenía hielos. También mayoristas para preguntar si podíamos venderles. En definitiva, mucha gente. Ahora vienen las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo y el trabajo no para”, explica.
Unos meses “agobiantes”
“Estos dos últimos meses han sido agobiantes. El peor tramo es el que ha ido del 1 al 17 de agosto. La demanda de hielo ha aumentado debido, en parte, a la psicosis que se ha generado en el potencial consumidor. Ha sido un espacio de tiempo muy duro para nosotros”, nos cuenta la cabeza visible del negocio.
Sin vacaciones, las cogen en los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero, cuando la actividad baja, el alto volumen de trabajo ha hecho que la empresa haya tenido que ampliar la plantilla, pasando de los cinco empleados a los siete. Todo en las cuatro peculiares y famosas furgonetas con las que se desplazan motivados por el eslogan de la compañía: “El vehículo más famoso del mundo después del Papamóvil”.
“Nos han llamado de todas las partes de España. Recuerdo que vinieron desde Zamora, de un pueblo porque eran las fiestas en pasado 8 o 9 de agosto, y se llevaron en dos coches 300 kilos de hielo. Hemos atendido estos casos excepcionales cuando podíamos evitar una escasez también nosotros”, añade nuestro entrevistado.
La mayoría de los clientes de Roberto están dentro del sector de la hostelería en Valladolid. Cafeterías, bares de copas, discotecas, restaurantes… Esos clientes han sido la prioridad, en todo momento, de Roberto. “No me la podía jugar vendiendo a clientes no habituales para que los habituales no tuvieran”, afirma, y añade que en la actualidad “los negocios no tienen máquina de hielo” y lo compran porque “les sale más rentable que fabricarlo”.
Causas de la escasez de hielo
A ‘La Hieloneta’ no le ha faltado hielo en ningún momento. Ha servido durante estos dos duros meses a los más fieles con premura. Todo cuando los supermercados temblaban. Cuando el consumidor se acercaba a la máquina frigorífica y veía el espacio habilitado para este producto totalmente vacía. Pero, la pregunta es: ¿A qué se debe esta falta de un producto tan sencillo como el hielo?
“Principalmente a la subida del precio de la energía. Normalmente, entre marzo y abril se almacena el hielo que se gasta, a mayores, en los meses de julio y agosto. Este año no se ha almacenado y nos ha pillado el toro a todos. Las fiestas han llegado con mucha más demanda y está siendo un año de temperaturas muy altas con muchas olas de calor. Acababa una y empezaba otra”, asegura respondiendo a nuestra pregunta Roberto Alonso.
El precio de la energía ha impedido que su negocio haya obtenido más ganancias que otros años, al revés. “Hemos ganado menos porque el precio de la luz, lo que pagamos, en nuestro caso se ha triplicado y el de la gasolina lo hemos duplicado”. Combustible que precisan para las cuatro “hielonetas” que han transportado el oro sólido y escaso que todo el mundo quería en estos meses de verano.
120.000 kilos de hielo en un verano de récord
En un año normal, este negocio vendía 80.000 kilos de hielo. En este 120.000. Nuestro protagonista asegura que “lo peor ha pasado” pero mira ya con cautela a las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid. Otro momento del año en el que los cubitos no pueden faltar en los establecimientos hosteleros de la ciudad del Pisuerga.
“A mí, personalmente, no me parece mal que los bares o las discotecas cobren por el hielo. Ellos echan sus cuentas. Si un cubito vale tres céntimos, la Coca-Cola tendrían que cobrarla tres céntimos más cara. También tienen palillos, en su local, que no los cobran. Son gastos que pienso que deberían de ser contabilizados a nivel general”, afirma sobre la polémica por el cobro en distintos puntos de encuentro con la hostelería como protagonista.
El objetivo del gerente de ‘La Hieloneta’ pasa por “seguir trabajando como hasta ahora”. Afirma además que “no le gusta el agobio que han vivido” porque “no se pasa bien” y añade que espera vivir, los próximos meses, algo “más normal”. Como antes.
El rey del hielo en Valladolid que ha sabido administrarse para no sufrir la escasez del cubito.