A 58 kilómetros de Valladolid, más cerca de tierras zamoranas y salmantinas que de la propia capital del Pisuerga, en un territorio inmensamente llano, se ubica el municipio de Alaejos. Con una población de 1.380 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística que atienden al padrón del 1 de enero de 2021. En el lugar se levantan dos esbeltas torres de sus edificios más emblemáticos: las iglesias de San Pedro y la de Santa María, cuya belleza se puede apreciar desde más allá de los límites del pueblo.
A miles de kilómetros de allí, y a casi 18 horas de vuelo si nuestro avión parte desde Madrid, llegamos hasta San Miguel de Tucumán, a veces llamada simplemente Tucumán, que pasa por ser la capital de la provincia de Tucumán, situada al noroeste de la República Argentina. A 1.311 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Desde esta ubicación argentina Fermín Pérez, argentino también de nacimiento, de 56 años de edad y secretario judicial, se puso en contacto con EL ESPAÑOL de Castilla y León, gracias a un amigo especialista en redes redes sociales, expresando su “ferviente deseo” de “lograr establecer contacto con la rama familiar descendiente de sus antepasados” teniendo “indicios” de que “pudieran encontrarse en Alaejos”.
“Estaría muy feliz de conocerlos y profundizar el vínculo. Más, desde luego, les invitaría a visitar Argentina y a recibirles cual digno y proverbial anfitrión”, señala Fermín, que persigue, a raíz de esta publicación, dar con el paradero de estos familiares.
Su abuelo e indicios
“Mi abuelo, Fermín Pérez González, nacido en Alaejos dentro de la provincia de Valladolid, vino a la República Argentina donde, por razones laborales, debió renunciar a su nacionalidad española. Trabajó como empleado del ferrocarril argentino y llego a ser jefe de estación. En segundas nupcias se casó con mi abuela, Carmen Felipa Aguirre, y tuvieron, entre sus hijos, a mi padre Reyes Severiano, que consiguió en el año 2007, y por la Ley de Hijos, que le fuera reconocida la nacionalidad española”, nos explica el argentino.
Reyes Severiano falleció en el año 2011. Desde entonces y “en base a relatos familiares” nuestro entrevistado se propuso “dar con el paradero de la rama familiar” que “según su tía Esther conoció durante un viaje a España”. “Lamentablemente, mi tía murió en 2003 sin haber brindado los datos precisos de los vínculos por ella logrados”, confiesa.
Fermín Pérez busca desde hace 11 años, a los familiares descendientes por parte del abuelo paterno y explica que “no parará hasta encontrarlos” en una tarea que se antoja ardua pero no imposible y que afronta con mucha ilusión a tenor de la fuerza mostrada en la conversación con este periódico.
Una “sorpresa” para su familia cercana y preguntas en busca de respuestas
“La partida de nacimiento de mi abuelo y los comentarios de mi tía son los que me hacen ubicar a estos familiares en Alaejos. No tengo datos fehacientes de que se encuentren allí, pero son sospechas. Desconozco el número total de descendientes que podría haber, pero pido, por favor, que si alguien se da por aludido se ponga en contacto conmigo”, añade.
La madre de Fermín, nuestro entrevistado, falleció por COVID-19 en el año 2020. Su núcleo familiar más estrecho es el que está formado por su hermano Sergio Reyes, de 53 años, y por su esposa, tres hijos y cuatro nietos.
Su familia no sabe que él está inmiscuido en esta búsqueda: “Es una sorpresa que reservo y llegado el momento se lo haré saber”, añade con emoción mientras busca respuestas a sus preguntas.
El sueño de dar con sus familiares
“Mi objetivo pasa por conseguir saber de dónde proceden mis genes y el poder brindar un mayor sentido de identidad a mis descendientes. Por último, proyectarme a un futuro más depurado, rodeado de los afectos familiares de este y del otro lado del Atlántico”, confiesa Fermín, abriendo su corazón.
Nuestro protagonista asegura que “es muy probable que, en un tiempo no muy lejano, viaje a España” y, sobre todo, “camine por la histórica Alaejos”. No se cierra, además, a en caso de que logre dar con el paradero de sus familiares quedarse a vivir en la provincia de Valladolid: “No lo he pensado, pero siempre me considero un hombre de mundo”, señala.
“Deseo conocerlos y compartir largas charlas con ellos. Es mi sueño”, finaliza.
Esperemos que pronto lo consiga.