El primer viernes de septiembre Valladolid se engalana cada año para celebrar sus fiestas populares durante una semana en la que los habitantes y visitantes de la ciudad dejan de lado sus problemas y se entregan a la diversión. Pero no siempre fue así. Hasta hace 22 años las fiestas de la ciudad se celebraban más de dos semanas después que en la actualidad, iniciándose en torno al 21 de septiembre, coincidiendo con la festividad de San Mateo.
Fue en 1959 cuando el pleno del Ayuntamiento de Valladolid decidió oficializar unas Fiestas de San Mateo que ya venían celebrándose de manera oficiosa varias décadas, por la estrecha vinculación de los vallisoletanos con este apóstol. Para encontrar el motivo, hay que remontarse cuatro siglos atrás.
El 21 de septiembre de 1561, Día de San Mateo, se desató un feroz incendio en Valladolid que se inició en la actual calle de Platerías y se propagó por todo el centro de la ciudad, destruyendo más de 400 viviendas. En cambio, las pérdidas humanas, que no superaron las seis personas, fueron reducidas y se pensó que la acción de San Mateo había impedido un desastre de mayores dimensiones, por lo que comenzó a conmemorarse la fecha.
Las primeras Fiestas en honor a este apóstol, de manera oficial, se celebraron a finales del mes de septiembre de 1960, al año siguiente de su aprobación en el Consistorio vallisoletano.
Unas fiestas muy diferentes
Las Fiestas de San Mateo, sobre todo en esas primeras décadas, eran muy diferentes a las de la Virgen de San Lorenzo actuales. En aquellos primeros años, las tradicionales atracciones del Real de la Feria, para disfrute de los más pequeños, se ubicaban en el Paseo de las Moreras y no sería hasta el año 1969 cuando se trasladarían a la Cañada de Puente Duero y, posteriormente, a los jardines del barrio de La Rubia.
La Plaza Mayor, ahora escenario de conciertos cada vez más multitudinarios y de mayor renombre internacional, fue en aquellos años testigo de desfiles de carrozas y de espectáculos de majoretes y equilibristas, como los famosos Hermanos Bordini, que hacían estremecerse al público en una de las representaciones más esperadas por los vallisoletanos en aquellas Fiestas de San Mateo.
Otros actos de los que se podía disfrutar en aquellos años eran el tradicional saludo de la reina de las Fiestas y de sus damas y los torneos medievales de caballeros. Habría que esperar a la entrada de la década de los 80 para ver el nacimiento de uno de los iconos de los días grandes vallisoletanos, la Feria de Folklore y Gastronomía. Su primera edición tuvo lugar en 1982 y consistió en cinco casetas instalada en la Plaza del Poniente.
Las primeras que se instalaron fueron el Centro Asturiano, la Casa de Navarra, Galicia, Andalucía y la Casa de Segovia y la ubicación en Poniente solo duraría dos años ya que en 1984 se trasladaron al Campo Grande. Habría que esperar a entrada la década de los años 90 para su traslado definitivo a su ubicación actual, el Paraje del Caño Hondo, al que acababan de trasladarse las atracciones del Real de la Feria desde su anterior ubicación en La Rubia. El aparcamiento del Nuevo Estadio José Zorrilla se convertiría entonces en un punto estratégico de las fiestas vallisoletanas.
En esos años Valladolid comenzó a disfrutar también de los primeros conciertos multitudinarios de artistas en la Plaza Mayor. Artistas como Ana Belén y Victor Manuel, grupos como Mecano, que hizo vibrar a los vallisoletanos en septiembre de 1987, o Héroes del Silencio, que hicieron lo propio en 1991, comenzaron a vincular estrechamente las Fiestas con estas actuaciones musicales que hoy se celebran durante todas las jornadas de festejos.
En 1992 se crearon también las primeras peñas en Valladolid. Una tradición que hasta entonces se circunscribía a los pueblos de la provincia y cuyo ejemplo trajeron a la ciudad jóvenes deseosos de actividades alternativas en las calles de la ciudad. En 1994 se creó la Coordinadora de Peñas de Valladolid, formada entonces por 11 peñas y que hoy cuenta con más de un centenar. Poco a poco, las peñas se fueron asentando y configurando alrededor de establecimientos hosteleros, sobre todo bares y discotecas, y hoy en día son las protagonistas del tradicional Desfile de Peñas que se celebrá el primer día de las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo y que desemboca en el pregón en el balcón del Ayuntamiento.
El mes de septiembre del año 2000 sería testigo de la creación de otra de las señas de identidad de las Fiestas de Valladolid, la Feria de Día. Las quejas de los hosteleros de la ciudad por la fuerte competencia que en esas fechas suponía la Feria de Folklore y Gastronomía, ya ubicada en el aparcamiento del Estadio José Zorrilla, y el cierre al que estaban obligados muchos de ellos durante la semana de festejos condujo a esta iniciativa, que sacó la hostelería a las calles del centro de la ciudad. Ese mismo año, las Fiestas de Valladolid se adelantarían más de dos semana y comenzarían a celebrarse en honor a Nuestra Señora de San Lorenzo.
De San Mateo a San Lorenzo
El cambio de fecha de las Fiestas de Valladolid vino propiciado por un motivo fundamental: el clima. Las condiciones climáticas de finales del mes de septiembre, con abundantes lluvias que obligaban a la suspensión de muchos eventos de los días grandes vallisoletanos, llevó al entonces alcalde Javier León de la Riva (1995-2015) a tomar la arriesgada decisión de adelantar los festejos.
Se optó por trasladar la fecha al 8 de septiembre, Día de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid desde 1916. En las segundas Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, celebradas a principios de septiembre de 2001, el pregonero fue el histórico futbolista vallisoletano Eusebio Sacristán y se celebró la primera edición de la Partydance, que llevó la música electrónica y la fiesta a las calles de la ciudad durante varios años.
En 2003 se celebró la tradicional procesión de la Virgen de San Lorenzo por primera vez en 50 años y durante aquella década se celebraron conciertos multitudinarios como el de El Canto del Loco en 2005 o el de La Oreja de Van Gogh en 2006, que reunieron a alrededor de 40.000 personas en la Plaza Mayor en un momento de máximo auge de ambos grupos. Mientras tanto, la Feria de Día se hacía cada vez más popular y las peñas y su tradicional desfile cobraban un papel prioritario en las Fiestas.
En los últimos años, los espectáculos musicales de la Plaza Mayor han comenzado a incorporar a artistas internacionales de renombre como John Newman en 2016 o Franz Ferdinand y Gloria Gaynor en 2019, internacionalizando cada vez más unas Fiestas que más de 60 años después siguen impregnando de alegría y celebración las calles de Valladolid.