El Paseo Central del Campo Grande se ha convertido en cerámica por unos días. Y la causa no es otra que la celebración de la 44 Feria de Cerámica y Alfarería de Valladolid, que se tiene lugar desde el pasado 7 de septiembre hasta mañana, 11 de septiembre. Un evento que ya es ineludible para los amantes de este arte y para creadores de toda la provincia, de otros puntos de Castilla y León y de España, e incluso de países como Francia y Portugal. Artistas que reconocen la acogida del público ante una actividad que solo puede desarrollarse con mucho esfuerzo y dedicación. La feria es el escaparate ideal para que estos creadores puedan darse a conocer, pero también es una cita entre estos y los "incondicionales que todos los años acuden y que tienen como único objetivo llevarse algo de la Feria de Cerámica, algo que se agradece muchísimo porque es colaborar con quienes nos dedicamos a ello, que es muy difícil". 

Así lo reconoce la ceramista vallisoletana Laura Castrillo, una de las expositoras que estos días se encuentran en el Paseo Central del Campo Grande. Entre sus creaciones, es posible observar todo tipo de figuras, desde personajes como Charles Chaplin o Marilyn Monroe hasta jaboneras que son todo un éxito entre sus clientes. Es posible ver varias de estas piezas, pero ninguna es igual: "Cada pieza es única", señala, y esa es, precisamente, la esencia de la Feria de Cerámica.

Con diez años de experiencia en el mundo de la cerámica, Laura Castrillo tiene su taller en la Plaza Porticada de Valladolid, y se dedica, sobre todo, a la escultura, "principalmente hago figuras de decoración, pero también cuencos laneros o jaboneras", señala. Castrillo se inició en la cerámica cuando era adolescente, tras entrar en contacto con otra ceramista, "estuve yendo a aprender a su taller y esto, una vez que te pica el bicho, ya no se va", recuerda. De hecho, aunque su carrera, en un principio, iba por otro lado, acabó por retomar la cerámica.

Desde la irrupción de la COVID-19, la artista reconoce que ha acudido cada vez a menos ferias, pero la de Valladolid no se la pierde, "tengo que estar aquí, es mi ciudad y es donde la gente viene a buscarme. La página web y la tienda online están abiertas al mundo, pero a la gente le gusta mucho verlo físicamente", reconoce. La Feria de Cerámica de Valladolid es, para ella y otros ceramistas, una cita anual.

Un toque de humor

El puesto de Laura Castrillo en esta feria genera todo tipo de impresiones. Los asistentes "se paran a ver las piezas, porque todas son diferentes, lleva un tiempo ver el puesto con detenimiento y, en general, mis piezas suelen tener un toque de humor con el que la gente se echa unas risas", apunta. Para lograr tales creaciones, la vallisoletana se inspira en "cosas del día a día, muchas veces la escultura figurada la saco de cosas que veo por la calle o que se me ocurren por algo que ha pasado, y para otro tipo de piezas más detalladas, me inspiro en la belleza de las cosas que nos rodean".

Entre sus creaciones, también destacan algunas figuras de personajes del cine, "casi siempre de películas antiguas porque el cine era de otra manera antaño, y con un solo fotograma se reconocía la película". A partir de ahí, viene la interpretación por su parte a la hora de crear, y por parte del público, es el momento de adivinar de qué película se trata. Pero si hay un objeto que realmente cobra éxito entre sus piezas son las jaboneras con vierteaguas, que resultan de gran utilidad. 

Este año, a modo de novedad, la vallisoletana lleva a la feria pájaros para colgar en el techo "y dar un poco de alegría a la parte alta de las casas", comenta. Normalmente, "todos los años traigo cosas distintas, las jaboneras o las películas no faltan, pero cada escultura es diferente, a veces la gente pregunta por una que ha visto ayer, pero es una pieza única, si la he vendido, ya no la tengo", añade.

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