Los comensales degustamos un delicioso cocido en honor al doctor Mateo

Los comensales degustamos un delicioso cocido en honor al doctor Mateo

Valladolid

Crónicas gastronómicas y de toros por Pucela (y II)

Rematamos esta serie de gastronomía pucelana con un almuerzo ofrecido por el doctor y cirujano taurino Antonio María Mateo

12 septiembre, 2022 09:23

La cosa fue en contraprestación a su amigo Santoyo por el trato recibido en Palencia durante las ferias y fiestas pasadas, donde coincidimos para compartir mesa y mantel con ellos. Ya escribí en su momento las delicias que Santoyo nos ofreció con generosidad.

Y ayer, Mateo quiso devolver el gesto dadivoso con un espectacular cocido, en el que nos vimos involucrados y nos salió por la patilla, aunque uno estuvo dispuesto siempre a aportar la parte alícuota. Así que, gracias doctor.

Fuimos contados los amigos que asistimos, aprovechando la visita de Carlos Martín Santoyo, mi “jefe” televisivo taurino, a la recién finalizada feria de Valladolid. El doctor Mateo nos citó en la Brassería Molino Rojo, y allí nos esperaba el suculento cocido.

Antes, con Santoyo e Illana, nos tomamos unas cañas por los bares del Paseo de Zorrilla hasta la hora acordada del condumio. Ya en el Molino Rojo se fueron uniendo el resto de los comensales: Juan Carlos Álvarez (anestesista de la enfermería del coso), Manolo Illana y Carmina, su esposa, el doctor Mateo y Coco, su esposa.

Impresionante fuente con los ingredientes del cocido

Impresionante fuente con los ingredientes del cocido

Ángel San Juan, -Perico para los amigos- gerente del emblemático local, nos había preparado una mesa en el comedor de abajo, donde el ambiente era más que fresquito, ya que la calorina exterior rondaba los 35 grados. Y de inmediato nos trajeron un tinto ribereño -para ellas y ellos- mientras que uno pidió su clásico clarete, preparado a modo de tinto de verano.

Un cocido por todo lo alto… y ancho

Si la presentación fue realmente magnífica, nos les quiero ni contar como era su contenido de sabor y de sabrosidad. La sopa de mimo, algunos repetimos cuando llegaron los garbanzos con las verduras, poniendo las legumbres revueltas con los fideos. Y otros degustamos los garbanzos en la forma habitual.

Luego llegarían dos fuentes con la carne, chorizo, su tocino, su morcilla, sus costillas y sus rellenos. Todo un deleite para el paladar que devoramos con fruición. Había también, como es costumbre en Pucela para acompañar al cocido, cebolla picada, pepinillos y guindillas verdes picantonas.

De postre nos sirvieron unas natillas caseras espolvoreadas de canela. Cafés y chupitos de la casa, cuyo nombre callaré para no herir sensibilidades católicas. Y a los toros, que era la última de la feria taurina y se anunciaba, entre otros, Diego Ventura.

Los tappers o antiguas merenderas

Pero resulta que se ha puesto de moda en los restaurantes los tappers para llevar las sobras, lo que antes se llamaba fiambrera y te la llevabas de casa con la comida al tajo. Así que, a alguien de la mesa se le ocurrió sugerir que, ante la ingente cantidad de cocido que había sobrado, lo más aconsejable era llevarlo a casa de cada uno que lo solicitara. De forma que, Perico nos llevó cuatro bolsas magníficamente preparadas y en su interior el cocido sobrante. Mi nieta Lola, a la que le encanta la sopa de su abuela, hoy degustará este manjar del Molino Rojo. Y yo también.

El servicial Periquete prepara el cocido en bolsa

El servicial Periquete prepara el cocido en bolsa