Valladolid se vestía de gala y entre nervios, ilusión y sonrisas, los participantes del concurso nacional y mundial de pinchos paseaban las banderas de sus países por la Cúpula del Milenio, donde se realizaba la entrega de premios. Todos se miraban entre sí cada vez que se anunciaba un nuevo premio, deseando que sonara su nombre y alzarse con alguno de los dos galardones más importantes. Este año las nuevas estrellas culinarias llevan el nombre de Ariel Munguía y Lendl Pereira. La cocina es la pasión de ambos y los dos han sido partícipes de un concurso con el que han tocado el cielo. A través de los alimentos se puede transmitir y reflejar tus pensamientos y, mediante sus peculiaridades, ellos han sido los encargados de liderar el ranking en este 2022.
Lo bonito de los premios es saber la historia que se esconde detrás de cada persona porque siempre hay un motivo que los ha hecho querer llegar a lo más alto. En el caso de Ariel Munguía, procede de Álava y con su tapa 'Cochino Bocado' ha conquistado el estómago del jurado. Un galardón que recogía entre lágrimas desbordantes de satisfacción y recuerdos mientras hacia una videollamada a su madre, a quien ha dedicado su éxito. Pero no solo eso, Munguía guarda un motivo detrás de las pequeñas gotas que se caían por su rostro y es que los 10.000 euros que ha ganado le permiten viajar a su país de origen y poder ver a su progenitora, con quien lleva cinco años sin poder estar.
Él se siente como "en un sueño", siendo el concursante más joven de la edición. "En un principio me dijeron que era muy difícil pero parece que ha encantado la receta de la tapa", afirma el ganador del Concurso Nacional de Tapas 2022. Una mezcla que "representa" al restaurante del que procede, en Álava, y con la que ha hecho un guiño a los que le han ayudado a conseguir los papeles para venir a España. Un plato de cochinillo, que es lo que de forma habitual se sirve en el restaurante, pero con una increíble novedad: "la lechuga se bebe en una botella de las bodegas donde trabajan y el cochinillo va como si fuera un taco".
Una mezcla culinaria que ha conseguido enloquecer al jurado y lo ha llevado a lo más alto: "Yo creo que no había pensado que pudiera llegar aquí, un hondureño representando a España". Un ejemplo para Munguía de que los sueños se cumplen. Él afirma que ya "no puede pedir nada más" a este 2022 porque ha conseguido los papeles, se ha proclamado campeón a nivel nacional con un premio de 10.000 euros y ha conseguido una beca de Le Cordon Bleu.
"Si te portas bien con la vida, ella te devuelve un poco de lo que haces", afirma el cocinero. Los sueños está claro que se cumplen y él seguirá peleando por los suyos. Tras muchos meses "escribiendo y haciendo pruebas", ahora toca preparar el reto del próximo año. Ariel Munguía se volverá a subir al escenario en la próxima edición para representar a España en el Campeonato Mundial de Tapas 2023.
El otro nombre de la noche culinaria es el de Lendl Pereira. Sus peculiares camellos cargados de sabor árabe han conquistado a nivel mundial. La elaboración no le ha llevado mucho tiempo, "cerca de dos o tres semanas". Durante esos días ha estado "probando diferentes formas de hacerlo fácil" y, lo más importante, que la tapa tuviera "un coste de cinco euros".
Pese a que su restaurante no es vegetariano, el pincho sí que lo es. Su apuesta es una interpretación del tradicional 'Baba Ganush' repleto de "ingredientes árabes". Distintas texturas, sabor, un poco de comino en polvo y una peculiar figura de un camello han deleitado al jurado que no se ha podido resistir a esta delicia y la ha llevado a lo más alto del pódium.
Pereira afirma que Valladolid le ha "impresionado" y que le ha llamado mucho la atención "el mercado con fruta y verdura fresca" ya que es algo que "no hay en Dubai". Su truco es "cero estrés y amar lo que haces" porque "tú puedes ser el mejor chef del mundo pero si no tienes pasión y no amas tu comida, no sirve de nada".
Un premio con una dedicatoria muy especial a familiares y amigos, pero sobre todo a su prometida, con la que se va a casar en diez días. Ahora sí que Valladolid guardará para siempre un pedacito de Emiratos Árabes en su corazón y en su paladar.