Ha sido testigo de las más grandes hazañas. Gracias a ella hemos podido ver al hombre pisando la luna, a España ganar un Mundial de fútbol o los atentados del 11-S en directo. Es la televisión. Adorada por muchos, odiada por otros, hoy se celebra su Día Mundial. Y lo celebramos hablando con el que más sabe de ella, el vallisoletano Miguel Herrero, crítico, documentalista y escritor especializado en la historia de la televisión en España.
Colaborador en varios medios de comunicación, es el autor de varios libros sobre la historia de la televisión como ‘Revisitando los 80’, ‘Historia del concurso Un, dos, tres’ y ‘La tele de los 70’. Ahora trabaja en su séptimo libro para el que lleva documentándose durante tres años y donde va a recopilar todos los concursos que se han emitido en la televisión española.
Las audiencias dicen que la televisión generalista ha perdido atracción, el nacimiento de otras plataformas ha provocado que tengan que cambiar el chip. Con Miguel Herrero analizamos el presente y, sobre todo, el futuro de la denominada ‘caja tonta’.
P. Hoy es el Día Mundial de la Televisión. Nos ponemos la bata sanitaria, y le pregunto: ¿Qué salud tiene actualmente?
R. Para muchos críticos, la televisión se encuentra en estado crítico, ven un final para la televisión generalista, la de toda la vida. Sin embargo, por otro lado, están los que piensan que tiene un estado muy saludable porque todavía lo que interesa es lo que se emite en los canales de televisión. Es cierto que han bajado las audiencias, pero hay productos que siguen interesando mucho.
P. Los hábitos han cambiado. Ahora queremos ver la televisión a la carta.
R. Efectivamente. Programas como Tu Cara Me Suena, La Voz o Masterchef tienen mucho éxito y a los espectadores les gusta verlos en el momento. Luego es verdad que detrás de plataformas como Netflix, HBO o Amazon hay muchos productos para ver cómo y cuándo quieres. El hecho de poder ver una serie completa en un mismo día y no esperar varias semanas o ver una película de estreno sin ir al cine es algo bueno. Lo hacemos donde y cuando queremos. Ahora lo hacemos en el coche, en el metro…la televisión hoy en día ha eliminado el concepto de comedor de casa para pasar a cualquier otro estado
P. Cantaba The Buggles que ‘Video Killed the radio Star’…¿quién matará a la televisión?
R. No veo tan claro el final de la televisión clásica. Estamos en 2023 y ya se viene diciendo desde hace tiempo. Hace años llegaron plataformas como Quiero TV, Vía Digital, Canal Satélite y también dijeron lo mismo. Al igual que ocurre con la radio que se podría pensar que con los nuevos formatos iba a desaparecer, y está más viva que nunca. No va a morir, pero va a renunciar a las audiencias masivas. Hay un tope, pero no creo que se baje del millón de espectadores.
"La televisión no va a morir, pero va a renunciar a las audiencias masivas"
P. ¿Qué echa de menos en la programación?
R. Dos cosas. Programas musicales. Nos puede gustar los diferentes estilos, pero al final es música. Cuando se hace bien como con Benidorm Fest, la audiencia responde. Y también apostaría por la programación infantil. Me da pena que en las canales nacionales no haya una sola hora dedicada a ver la televisión en familia. No me sirve la alternativa de un canal de 24 horas, que tampoco tiene lógica que esté durante todo el día, lo que se echa de menos es ver programas en familia donde compartan tiempo padres e hijos.
P.Los datos de audiencia de Telecinco son los peores de su historia ¿Qué debería hacer?
R. Telecinco, como todas las cadenas, vive diferentes épocas, y etapas, y ya ha vivido varias. Una primera con Valerio Lazarov, sobre todo se tiene en el recuerdo a las Mamachicho, pero fue mucho más con programas como Vip, Su Media Naranja, Hablando se entiende la Gente… luego llegó otra etapa con series como Médico de Familia, Periodistas, y en los últimos 15 años se han centrado en el corazón. Por eso necesitaría una reformulación y cambiar la etapa, con menos corazón y más productos de calidad como hizo Antena 3 hace años, y ahora es líder con los mejores números.
P. ¿El formato salseo y del corazón ha dicho basta?
R. Ni antes había tanto interés ni ahora tan poco. Cuando en 1999 empezaron los programas de corazón, con Tómbola, antes con Bla, Bla, Bla y Corazón Corazón pero en formato diferente, luego se abrió una veda para el mundo del colorín. Y en este caso también dijeron que acabaría. Recuerdo que un conocido crítico se preguntaba que qué sería de Antonio David y Rociíto dentro de diez años, pues, fíjate, ahora se sigue hablando de ellos y se han sumado sus hijos. Dentro de unos años serán sus nietos.
P. ¿Le ha sorprendido el anuncio de las plataformas de pago de incluir publicidad?
R. Las plataformas tienen que seguir buscando financiación para luego poder hacer proyectos con mucho presupuesto, buen reparto, majestuosos decorados y con la cuota mensual no es suficiente. Ellos mismos se promocionan, por lo tanto, es normal. Un par de anuncios no pasa nada, incluso los vemos en los cines. Otra cosa eran los 15 minutos que hace tiempo padecíamos en las cadenas generalistas.