En el día a día estamos sometidos a peligros que muchas veces son invisibles. Es el caso del gas radón, un gas radiactivo que se produce de manera natural, y es el fruto de la desintegración del uranio-238. Lo curioso es que se encuentra en el ambiente de manera natural, y según su concentración, tiene diferentes niveles que varían según la zona donde residas.
Lo más llamativo es que al aire libre no suele estar expuesto a grandes niveles, no así en las viviendas, que es donde se acumula en mayor cantidad o en lugares con suelos muy permeables y con alto contenido en radio-2226. Unas indicaciones que proceden del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que es el encargado de realizar un mapa para conocer los niveles de este gas radón.
Así, el CSN ha elaborado un mapa donde vemos las zonas de nuestro país que más concentración tienen de este gas, identificando aquellas zonas que tienen un porcentaje significativo de los edificios residenciales con concentraciones superiores a 300 Bq/m3. Y en este caso, Castilla y León no sale del todo bien parada. Es la cuarta autonomía con mayor concentración con un 19%, el mismo que Canarias. Eso sí, se encuentra muy lejos de Galicia que tiene un 70%, Extremadura un 47% y Madrid un 36%. Por debajo de nuestra autonomía se encuentra Cataluña con un 16%, Asturias (12%), Ceuta (11%), Castilla La Mancha con un 10%, Andalucía con un 8%, Navarra con un 6%, País Vasco con un 2%, al igual que Aragón, y en Murcia un solo 1%.
En la página web del Consejo de Seguridad se puede consultar el nivel que tiene cada municipio de Castilla y León, si se encuentra en 1 o en 2. Hace un año, la Junta de Castilla y León puso en marcha una campaña para mapear los niveles de radón en la Comunidad. Los 3.091 medidores se distribuyeron por las provincias castellanas y leonesas. En este mapa se representan con color granate los municipios en los que hay población que reside en zonas de actuación prioritaria. De esta manera, la información disponible y los estudios realizados, posicionan algunas zonas de la Comunidad como potencialmente expuestas a niveles más elevados que otras regiones, principalmente el sur de las provincias de Ávila, Salamanca y Segovia, oeste de Zamora y suroeste de León, en El Bierzo.
La Organización Mundial de la Salud ha atribuido a este gas hasta un 14% del cáncer de pulmón. Cuando se inhala aire con alta concentración de radón, se quedan en el tracto respiratorio y, tras sucesivas desintegraciones radiactivas, ocasionan la irradiación de los tejidos provocando lesiones en las células de los bronquios. El nivel de tolerancia de las personas es la que determina el riesgo. Un incremento de 100 Bq en la concentración en una vivienda provoca un incremento del 10% en la probabilidad de padecer el temido cáncer de pulmón.
Si bien no existe un umbral debajo del cual su riesgo para la salud no exista, cuanto menor sea la concentración en una edificación, menor será el peligro y, además, es muy sencillo de detectar y cuantificar su presencia.