Esta semana Valladolid acogía la 59 Asamblea de la Red de Fundaciones Universidad-Empresa. Un encuentro que permite poner de relieve los distintos casos de éxito de las instituciones académicas para promocionar el conocimiento entre toda la comunidad. El Palacio de Congresos Conde Ansúrez fue el lugar escogido para que Miguel Maldonado, director del IOBA, perteneciente a la UVa, diese a conocer la pócima secreta del instituto para brillar mundialmente.
Y es que, como cualquier éxito, todo es fruto de una simbiosis de diferentes factores que se funden en un resultado inequívoco y sin fallos. Eso es, precisamente, el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada. “Lo que ha hecho el IOBA es integrar de una manera exitosa las áreas de actividad del instituto, que son la investigación, la docencia y la parte asistencial”, explica el director, Miguel Maldonado, en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.
Un modelo de éxito en el que también tiene mucho que ver la gestión basada en la sostenibilidad. Aquí es donde entra en juego el director gerente del IOBA, Juan Borreguero, que desde que llegase al instituto en 2019 ha logrado el equilibrio perfecto entre la actividad y la parte económica, inseparables una de la otra. “La situación se revierte cuando aplicamos una estrategia de reducción de costes, pero con una fórmula en la que aún así mejoremos el servicio. Básicamente que gastemos menos, pero siendo capaces de tener mejor servicio e incluso generando mayor actividad”, relata Borreguero.
Cabe señalar que la gestión del IOBA no es una cosa sencilla, al tratarse de un instituto que se rige por el marco normativo público pero que ingresa, en su mayor parte, de origen privado. El objetivo no es otro que lograr ese equilibrio para que sea sostenible e, incluso, alcanzando un excedente que permita mejorar los procesos y la transformación digital y modernización del instituto.
Para ello, el IOBA mantiene una relación directa con empresas que colaboran en sus proyectos de investigación o con aseguradoras, ya que la parte asistencial que llega al centro es desde un punto de vista privado. “Nuestros ingresos vienen vía consecución de esos acuerdos y vía de los pacientes, además de conseguir proyectos de investigación”, explica el director gerente.
El camino no es otro, como se ha mencionado anteriormente, que lograr un excedente para que la cadena se retroalimente. “No somos una empresa y por tanto no perseguimos una rentabilidad que dar a unos accionistas o propietarios. El objetivo es tener unos rendimientos positivos para reinvertir en la propia entidad porque el IOBA necesita una modernización tecnológica y de sus instalaciones”, subraya Juan Borreguero.
El triángulo del que se alimenta el instituto (investigación, docencia y parte asistencial), con el paciente como eje central, han llevado a que el IOBA se convierta en un modelo de éxito no solo a nivel nacional, sino también internacional. Prueba de ello es el aumento del número de proyectos de investigación internacionales que han conseguido en los últimos años.
Maldonado asevera que los pacientes que acuden al centro “se benefician de un conocimiento avanzado”. “Tener estos pacientes nos permite hacer investigación clínica y estar al frente del conocimiento, además de que los alumnos vean como lo hacemos”, apostilla el director.
En esta última parte, la docencia, el IOBA es culpable de muchos grandes avances, ya que su formación especializada se traduce en cuatro másteres, un programa de posgrado y varios cursos referentes a nivel nacional e internacional. Entre los másteres que imparten se encuentran el propio de ciencias de la visión, el de subespecialidades oftalmológicas, el de enfermería oftalmológica y el de rehabilitación visual.
Además, entre los cursos no oficiales destaca el del glaucoma, que es el que “más solera tiene de España” en ciencias de la visión. “Es el que más años lleva dándose de forma ininterrumpida”, añade el doctor Maldonado, que también hace referencia al curso de neuroftalmología y al programa de formación continuada, que es “muy completo”.
Volviendo al ámbito de la gestión, Borreguero sitúa uno de los puntos clave la retención del talento, que es “fundamental”. “Para dar un buen servicio es imprescindible esa sostenibilidad económica porque si no la tenemos no tendremos la última tecnología ni a los mejores profesionales”, reitera el directivo.
Pero el IOBA “no sería lo que es” si no fuera por la concepción del fundador, José Carlos Pastor. “Nuestro lema es que investigamos para curar mejor. Es obra del profesor Pastor, que es parte culpable por el desarrollo y el impulso que ha dado al instituto”, admite Miguel Maldonado.
Desde 1994 el IOBA lleva cociendo a fuego lento su avance en conocimiento, asistencia y formación. Ahora, fija sus líneas de trabajo centradas en “dar la mejor docencia posible, la mejor investigación y que la sociedad en su conjunto y la comunidad científica se beneficie”, afirma el director de la entidad.
Unas líneas de investigación que ahora se centran en las terapias avanzadas y de medicina regenerativa. Igualmente, han hecho una apuesta por la telemedicina, con el que buscan “facilitar el diagnóstico oftalmológico”. Otro aspecto a avanzar es la mejora técnica en cuando calidad de visión. Por ejemplo, el propio Maldonado se encuentra desarrollando un sistema para “mejorar la calidad de visión en la conducción nocturna”. También han creado un sistema de entrenamiento para recuperar la calidad de visión lo antes posible después del implante de lentes intraoculares multifocales, que “ahora se hace mucho en la cirugía de cataratas”. “Seguimos al servicio de la sociedad, intentando aplicar la profesionalidad con todos los pacientes y haciéndoles traslados de nuestro conocimiento último, además de estar comprometidos con estar a la última y generar nuevos conocimientos”, sentencia Maldonado.
Por su parte, Borreguero apunta a que el IOBA siga encaminado a esa labor universitaria porque “si no sería otra cosa”. “El eje principal tiene que ser la investigación y la formación, pero desde el punto de vista de la gestión es fundamental que sea un centro que perdure en el tiempo por su capacidad de ser sostenible en el apartado económico”, finaliza el director gerente.