Pingüinos está cargado de historias emotivas. Mientras recorres los senderos en los que acampan las miles de personas amantes de las motos, te puedes topar con cualquier persona del mundo. Eso supone encontrarte con una aventura extraordinaria. Todos tienen algo que contar y, sobre todo, es muy curioso cómo algunos han llegado hasta allí. El protagonista de esta historia es Jesús Salcedo y, aunque ahora mismo reside en Aranda de Duero (Burgos), es venezolano.
Nunca se hubiera imaginado que formaría parte de la 41 edición del evento invernal motero más importante de Europa, pero así ha sido. "Desde 2009 tengo afición por las motos, ya he ido teniendo varias, y esta última me la compré el año pasado", afirma Salcedo.
Ahora, a sus 35 años quiere disfrutarla en uno de los eventos que le permite lucir, de la mejor forma posible, esta joya de dos ruedas. A la cita con Pingüinos ha ido "completamente solo", pero no es algo que le importe: "Sé que voy a conocer a gente de todo el mundo y eso es lo bonito. Saber de otras personas, hablar con ellos y poder compartir esta afición con el resto". Afirma que "aunque no hablen el mismo idioma, se entienden, abrazan"; para él es "separarte de lo que has vivido durante un año y tener un encunetro con una persona". Y es curioso que sea en este 2023 cuando vaya por primera vez, porque tiempo atrás estuvo viviendo en Valladolid pero en ese momento no tenía moto. "Es cierto que vi el desfile y soñaba con formar parte de él", asegura.
De curiosidades emocionantes está repleto este venezolano. Su moto lleva una imagen de su perro Tyron presidiéndola. Un "compañero de viaje". La relación con él viene de años atrás. En Venezuela era Policía Nacional de Narcotráfico, motivo que le hizo tener que marcharse del país por "amenazas". Él, siempre su compañero. Quien acudía a cada batalla, trabajaba con él y pasaba horas y horas a su lado.
Lo cierto es que -con la voz entrecortada- asegura que el tenerle a su lado no ha sido nada fácil. Uno de los episodios más duros de su vida fue el viaje que tuvo que hacer a Perú, por trabajo. Tyron iba en el maletero del vehículo y rompió el transportín. El conductor se molestó y "le dejó la puerta abierta para que escapara". Cuando Jesús se enteró salió como un loco a buscarle y tardó 2 horas y media en dar con él. Cada minuto era una "agonía".
Más tarde, cuando se vino a España, tuvieron que separarse durante un tiempo. Algo que se le hizo "muy difícil" a Jesús Salcedo. Estuvieron un año y unos meses separados por la pandemia. Su perro estaba en Chile, un lugar en el que trabajó como repartidor al huir de Venezuela, y le cuidaba un amigo al que él "le mandaba dinero para que lo pudiera ir alimentando". Al final, consiguió que este peludo de cuatro patas regresara a sus brazos cuando tuvo el dinero suficiente para pagar el viaje y ahora ya pueden compartir todo el tiempo juntos en esta nueva etapa.
Sin duda, siempre ha sido su "fiel compañero": "Hemos conseguido y podido estar juntos pese a las adversidades, amamos la paz y nos gusta estar tranquilos y solos. Es el mejor de todos mis amigos, mi fiel compañero de aventuras y muchas travesías".
Por eso, también lo lleva en el caso porque así le "acompaña" durante unos días muy bonitos en los que disfrutará sintiendo el rugir de las motos por Valladolid. Y es que, pese a que estos días los tengan que pasar separados, es una forma "de estar juntos ya que siempre me acompaña a todos lados. Por eso, le he querido hacer este guiño tan significativo para mí".
Ahora quiere "disfrutar lo máximo posible" de unos días que seguro serán "inolvidables" y, quien sabe, si se convertirá en una cita habitual en su calendario de ahora en adelante. En referencia a su profesión, le gustaría dedicarse a algo relacionado con Policía Nacional o Guardia Civil en España. Una cosa sí que tiene clara: "No voy a volver a mi país, yo me quedo por aquí. Tengo a mis padres allí pero no entraría a Venezuela. Otros compañeros que han sido policía o militar también se han tenido que ir". Respecto a si sabía qué podía pasar si se dedicaba a ello, responde contundente: "Yo sabía la situación, pero hice el curso de K-9 y es lo que me gustaba".