Valladolid puede presumir de muchas cosas: gastronomía, deporte, arte, cine, conciertos…pero hay aspectos más importantes en la vida que siempre quedan en un segundo plano cuando son esenciales, por ejemplo, la investigación. Y es aquí donde la ciudad del Pisuerga puede sacar pecho y decir que cuenta con una de las científicas más importantes del mundo. Elena Gacía Armada (Valladolid, 1971) lidera el grupo del CSIC que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal, enfermedad degenerativa que afecta a cerca de 2.000 menores en España. Ella inventó un traje ajustable de titanio conectado a una batería y una red de pequeños motores con sensores, software y maquinaria para facilitar la movilidad de los más pequeños. Algo que ha puesto cambiar la vida de muchas personas.
Este exoesqueleto permite a los niños que usan sillas de ruedas caminar durante las sesiones de rehabilitación, y así se reduce la degradación muscular y las complicaciones médicas, y también mejoran el bienestar mental y la sociabilidad.
La vallisoletana estaba especializada en el diseño de robots orientados a la industria. Sin embargo, en el año 2009, todo cambió. El encuentro con la pequeña Daniela, una niña que quedó tetrapéjica después de sufrir un accidente de tráfico, provocó un giro de 180 grados en su vida. Así es cómo comenzó con un proyecto pionero que le ha servido para ganar el pasado año el Premio al Inventor Europeo 2022, concedido por la Oficina Europea de Patentes (European Patents Office). La última en recibirlo fue Margarita Salas, para hacernos una idea de la magnitud del galardón. Además, la Universidad Miguel de Cervantes (UEMC) le concederá el próximo 10 de febrero su primer Honoris Causa coincidiendo con la celebración del XX Aniversario de su fundación, se trata de la más alta dignidad académica de la Universidad, que ha querido otorgar por su “sobresaliente trayectoria científica”.
Creció en un ambiente científico y no podía ser de otra manera su camino. Su madre es doctora en Física y profesora de Universidad y su padre era catedrático de Electromagnetismo, creador de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones en Santander.
García Armada es también fundadora de Marsi Bionics, empresa derivada del CSIC y la UPM, cuyo objetivo es la investigación y creación de exoesqueletos pediátricos, estructuras basadas en soportes que se ajustan a las piernas y al tronco del niño, y que al incorporar motores que imitan el funcionamiento del músculo, le aportan fuerza para caminar y mantenerse en pie. Entre sus números reconocimientos, Elena García Armada ha recibido la Medalla de Oro de la Cruz Roja (2022), el Premio a la "Mejor Emprendedora" de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria el Premio Talgo a la Excelencia Profesional de la Mujer en la Ingeniería edición (2019), etc.
Una vallisoletana que intenta hacer más fácil la vida de las personas y que abre su apretada agenda para conceder esta entrevista exclusiva a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León donde insistir en reivindicar más inversión para la ciencia.
P. ¿Qué supone para usted ser la primera honoris causa de la Universidad Miguel de Cervantes?
R. Es un inmenso honor del que estaré siempre agradecida a la Universidad, al Rector y a todo su equipo. Es muy especial volver a la tierra en la que nací para algo tan bonito que reconoce el trabajo de toda una vida dedicada a la investigación y a dar solución a un problema que afecta a millones de familias en el mundo.
Creo, además, que no sólo se trata de un reconocimiento sino de una apuesta de más largo recorrido: con la UEMC me puedo sentir muy identificada por la excelencia con la abordan la formación y la investigación y prometo corresponder aportando a los alumnos y al claustro mi conocimiento y mi experiencia.
P. La ceremonia de investidura de este doctorado tendrá lugar el 10 de febrero, víspera del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿Qué le viene a la cabeza si le digo: Mujer, Niña y Ciencia?
R. Mucho por hacer. Ha habido importantes avances, pero tenemos que seguir trabajando para que la ciencia esté representada y construida por toda la sociedad, hombres y mujeres. Es vital que hagamos pedagogía con las nuevas generaciones.
El objetivo es que los niños de Castilla y León puedan tener acceso como ya hacen en otras Comunidades Autónomas
P. ¿Qué recuerda de cuando era niña y quería ser científica?
R. La verdad es que mi vocación inicial era hacia el arte. Desde pequeña siempre he sido muy creativa. Pero como dijo Ramón y Cajal “a la ciencia no van más que los artistas”. La robótica es una forma extraordinaria de solucionar problemas desde la creatividad que es, por definición, la capacidad o facilidad para inventar o crear. Eso hacemos en el campo de la robótica, creamos algo desde la nada, lo programamos y lo ponemos a funcionar.
P. ¿Qué le diría a una niña de 10 años que quiere ser científica?
R. A mí me gusta siempre poner el acento en dos ideas: la normalidad de ser científico y la utilidad social. Primero, a la niñas, especialmente en la adolescencia donde prestan atención a modelos muy diversos, tenemos que demostrarles que las mujeres que hacemos ciencia somos mujeres normales. Investigar es divertido, es explotar la curiosidad, descubrir, crear…. Y está al alcance de cualquiera.
Y, en segundo lugar, que la ciencia y la tecnología no es meterse en un laboratorio y ya está sino tener la capacidad para cambiar la vida de las personas. Es generar conocimiento para el mundo que resuelve grandes problemas sociales. El verdadero progreso se logra gracias a la investigación y su aplicación práctica.
La ciencia y la tecnología no es meterse en un laboratorio y ya está sino tener la capacidad para cambiar la vida de las personas.
P. Ha sido pionera en el exoesqueleto pediátrico adaptable. Daniela fue su inspiración. ¿Cómo ha evolucionado todo?
R. Estamos hablando de 2009 cuando empezamos a trabajar en las primeras investigaciones de exoesqueletos pediátricos. En estos casi 14 años hemos logrado que una primera idea, una primera visión de algo que era entonces casi una locura sea un producto sanitario que se comercializa a nivel internacional. Hemos pasado de ser una idea de laboratorio a una esperanza real y tangible para millones de familias.
P. Leía en una entrevista que está costando más que llegue a los centros sanitarios de España que a los del extranjero. ¿Por qué?
R. Esto es fácil de entender poniendo un ejemplo. Esta pasada semana, el Presidente de Francia, Emmanuele Macron, anunció una inversión de 10 millones de euros para que cada Departamento tuviera 2 exoesqueletos de adultos. Sin embargo, España, que ha creado el primer y único exoesqueleto pediátrico del mundo, que es un dispositivo que nace de la investigación pública, que tiene patente del CSIC, que el CSIC forma parte de la empresa que lo ha desarrollado…. No ha hecho un esfuerzo comparable.
Estas son las decisiones que nos definen como país. Me gustaría que España fuera más como Francia y apostara por esta tecnología.
Me gustaría que España fuera más como Francia y apostara por esta tecnología
P. ¿Podemos esperar que las familias de Castilla y León tenga acceso pronto a esta tecnología?
R. Ese es el objetivo. Que los niños de Castilla y León puedan tener acceso como ya hacen en otras Comunidades Autónomas como Madrid, Castilla La Mancha, País Vasco… Hace poco más de un año hubo una propuesta aprobada en las Cortes de Castilla y León para introducirlo en la Sanidad Pública pero aún no hay nada concreto. Poniéndolo en relación a lo que comentaba antes, nos hace falta espíritu francés.
P. ¿Cómo está siendo la evolución de los niños que lo están utilizando?
R. Es una evolución a todo nivel. El impacto físico de poner a caminar a un niño que nunca lo ha hecho supone un trabajo que fortalece la musculatura y conlleva importantes beneficios fisiológicos y funcionales: desde la mejora del sistema cardiovascular y pulmonar a la prevención de las contracturas musculares o la mejora de la densidad ósea. Pero más allá de eso, yo pongo mucho el foco en el impacto psicológico: se produce un despertar cognitivo que afecta a su motivación, a su autopercepción, a su confianza, a su participación... Hay un cambio muy relevante que además se entiende muy fácil desde la perspectiva de un niño: pasan de la silla de ruedas a sentirse iron man. Van cogiendo más fuerza y resistencia mientras se dedican a jugar. Es maravilloso poder ser testigo de esta evolución.
P. ¿Y ahora qué? ¿En qué está trabajando?
R. Marsi Bionics es una empresa fundamentalmente de I+D. Seguimos investigando y desarrollando nuevos dispositivos de aplicación de la robótica a la marcha humana y también ampliando las patologías en las que podemos ser eficaces. Pero nuestro principal objetivo es que estás familias puedan borrar la frontera entre un centro de rehabilitación y su vida diaria. Creemos que es posible que está tecnología esté disponible en los domicilios.
P. ¿Cree que puede llegar otra ‘Daniela’ a su vida?
R. Mi día a día está llena de niñas y niños que te recuerdan lo importante del trabajo que estamos haciendo. Son ellos los que hacen que todos los esfuerzos y noches sin dormir merezcan la pena. Hay sonrisas que valen toda una vida de investigación.
P. Me dicen que está pluriempleada. ¿Esto es bueno o malo?
R. Soy investigadora científica del CSIC y también fundadora de Marsi Bionics que es una empresa que nació precisamente como spin off del CSIC. Marsi Bionics es además un caso algo inusual porque el CSIC también participa en la empresa. El objetivo es la transferencia del conocimiento, que llegue a la sociedad los resultados de la investigación como el exoesqueleto pediátrico. Supone muchísimo trabajo pero hubiera sido imperdonable que esta investigación quedara guardada en un cajón. Hemos demostrado que somos capaces de ayudar a millones de niños en el mundo.
P. ¿Sigue siendo muy complicado ser científica en España? ¿Se ha abierto ya el nicho?
R. Para las mujeres hay techo de cristal muy presente en el campo de la investigación. Tenemos más dificultades para ascender en las escalas científicas, cuanto más arriba, menos mujeres. Y en proyectos de transferencia tecnológica como el nuestro nos encontramos con la cruda realidad: proyectos liderados por mujeres reciben menos financiación. Romperlo es complejo. Es cultural y es una transformación social que verá sus frutos en los próximos años. Y lo que tenemos que hacer los que nos lo hemos encontrado es hacer pedagogía para aportar a ese cambio social.
Para las mujeres hay techo de cristal muy presente en el campo de la investigación. Tenemos más dificultades para ascender en las escalas científicas
P. España es el doceavo país del mundo en producción científica, pero el número 30 en inversión de I+D con respecto al PIB. ¿Por qué no se apuesta tanto por la ciencia?
R. Esa es la realidad de la investigación: tenemos una enorme calidad reconocida internacionalmente con organismos públicos de investigación en el top 10 de la ciencia mundial. Pero si uno se pasea por un centro de investigación se encuentra con laboratorios insuficientemente dotados para llevar a cabo una investigación competitiva, equipos de investigación mermados, contratos laborales temporales poco competitivos, y poca estabilidad en la carrera investigadora. Estos peros se deben a más de una década de recortes presupuestarios en la I+D nacional, que aunque se ha ido recuperando paulatinamente en los últimos años, la cadencia no ha sido suficiente como para recuperar el estado de salud de nuestro sistema científico. La inversión en I+D en nuestro país debe duplicarse para que los esfuerzos de un colectivo de investigadores excelentes se materialicen en el progreso de nuestra sociedad.