El sueño de una ‘muchachita’ de Valladolid. El sueño de una joven que con 23 años sueña con ser actriz y triunfar. Y dicen que los sueños, sueños son…pero en el caso de Ana Garcés su promesa se ha convertido en una realidad. La vallisoletana se ha convertido en la última semana en uno de los rostros más conocidos de la televisión.
Es Jana Expósito, la protagonista de La Promesa, la nueva serie de las sobremesas de TVE con la que intenta hacer frente a las manidas telenovelas turcas. Una apuesta por las producciones nacionales de calidad que ha servido para dar su primera oportunidad a una vallisoletana, de la zona del Camino Viejo de Simancas. Ahora comparte escena con actores y actrices consagrados como Eva Martín (también con raices pucelanas), Andrea del Río, Antonio Velázquez, María Castro y Joaquín Climent. Ambientada en el año 1913 en la que una mujer, una venganza y una historia de amor son los ingredientes esenciales de esta ficción.
Como muchas jóvenes de su edad, aunque se licenció en Arte Dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, era consciente de que para triunfar hay que irse a Madrid. “No tenía plan B, era esto o nada”, asegura Garcés en una entrevista concedida a El ESPAÑOL Noticias de Castila y León entre ensayo y ensayo. La capital sigue dando oportunidades y así lo hizo. Pero la vida no es barata y hay que costeársela. Por eso, tuvo que ponerse a trabajar en una tienda de ropa. Y es ahí donde llegó la llamada que cambiará su vida. Un castin, (ya había hecho unos cuantos) para un personaje de una nueva serie. Ana no fue consciente de que esa tal Jana iba a ser la protagonista.
Ana había nacido para ser Jana. Y algo tienen en común, porque como ella reconoce tienen un concepto de la “justicia social” que es “muy parecido”. “Yo también soy muy cabezota, nos gusta defender lo que pensamos. Somos viscerales pero fieles”, asegura. Se muestra muy contenta con las críticas recibidas, “todas buenas, valorando la serie y mi personaje”.
“Como Jana, yo también soy muy cabezota, nos gusta defender lo que pensamos. Somos viscerales pero fieles”
Pero las oportunidades no surgen de la casualidad. Ella se ha estado formando continuamente, realizando un curso de interpretación en la Academy of Performing Arts de Bratislava y un Bachillerato artístico en la Escuela de Arte de Valladolid. Ha participado en cortometrajes (el año pasado recibió un premio a su interpretación en ‘Quizás Mañana’, y en teatro. Y entre sus habilidades destacan las acrobacias y tocar el ukelele. Asegura que no tiene un referente claro en el mundo de la actuación porque “de todos aprendo siempre algo”, aunque recuerda la interpretación de Amaya Aberasturi en Akelarre.
Una gran oportunidad
Un tren como el que ha pasado por su vida no se puede dejar escapar, y aunque reconoce que es una profesión “muy sacrificada”, es para ella “toda una oportunidad que no puedo dejar escapar”. No quiere hacer castillos en el aire, como Jana Expósito es realista y tiene las ideas claras; lo que quiere hacer es “disfrutar de este proceso, valorar donde estoy y lo que tenga que venir llegará con el esfuerzo”.
La Promesa, con unos más que aceptables datos de audiencia, ha demostrado que se puede hacer televisión de calidad en España. Aunque es cierto que detrás de una hora de emisión hay mucho trabajo y esfuerzo de rodaje. “Es muy intenso”, reconoce. Se rueda de lunes a viernes, y se logra rodar diez capítulos por cada nueve. Esto provoca que la pucelana tenga que levantarse muy pronto, la recojan a las 7:30 de la mañana y se vaya a rodar hasta por la tarde.
"Echo de menos el frío de Valladolid, el tomar algo en las terrazas en pleno invierno"
Ahora sabe que su futuro se encuentra en la capital, pero no se olvida de su Valladolid. Una ciudad donde le encanta tomarse algo “en una terraza en invierno”. Porque a Ana le gusta el invierno y el frío pucelano. De ahí que tenga un aguante que sorprende a sus compañeros. Sigue pensando en pasear por el Canal de Castilla y por el Pasaje Gutiérrez, pero sobre todo estar en la calle, aunque haga frío.
Esa es su promesa, y damos fe de que ella cumple lo que promete.