En el anterior capítulo habíamos cerrado con la muerte de su mentor y maestro principal, su tío Fernando Domínguez.
[Doce toreros de Valladolid: Roberto Domínguez (III)]
1977: cambio de apoderado
En 1977 inicia la temporada con nuevo apoderado. Hubo desavenencias entre el torero y Jumillano. Este discrepa con la forma de actuar de Roberto y, ante el escaso bagaje de trofeos en las plazas importantes, decide romper el compromiso profesional entre ambos.
Es una ruptura amistosa -siempre son amistosas la rupturas entre apoderados y poderdantes- que sin embargo luego demostraría que no fue tal.
Con Pepe Camará, hijo y hermano de importantes apoderados, (su padre lo fue de Manolete) inicia Roberto la temporada en abril y en Barcelona con nuevo apoderado. Es incluido dos tardes en San Isidro; la primera con Curro Romero y Rafael de Paula con ganado de AP. La segunda con toros de Baltasar Ibán y Albaserrada junto a Miguel Márquez y Antonio Rojas. No pasa nada.
Bilbao, cornada en un testículo
Torea en Vic Fezensac, debuta en Badajoz, acude a Segovia (oreja), Palma de Mallorca (oreja) y Vinaroz. Vuelve a Barcelona el día 17 de julio para encabezar el cartel en el que figuran Paco Alcalde y Manili; el encierro es de Sánchez Cobaleda. Casi un mes permanece ayuno de corridas hasta el día 13 de agosto que es contratado en Bilbao para lidiar una corrida de Joaquín Buendía con Ostos y Manolo Cortés de compañeros.
Camará había concertado dos tardes para las corridas generales del "bocho"; la citada de Buendía y otra del Conde de la Corte. Roberto sólo pudo lidiar un toro de los de procedencia más pura Santacoloma. El de Buendía se lo llevó por delante, aunque el puntazo en el testículo no revistió gravedad y pudo continuar una gira de nada menos que cinco días consecutivos toreando.
Domínguez explicaba la cogida: "Me llevó para adentro por esa pretensión de torear con arte y calidad". Dos orejas cortó el vallisoletano en Alfaro, las mismas que en Guijuelo, tres cortó en El Burgo de Osma y vuelta al ruedo en Villarrobledo. Era la segunda temporada que gozaba de cinco contratos consecutivos
El día 20 de agosto actúa de nuevo en Bilbao lidiando la corrida del Conde de la Corte; El Viti y Currillo completan el cartel. Domínguez obtiene dos vueltas al ruedo en una tarde importante, con una faena importante y frente una ganadería importante. Se ganó a Bilbao.
1977. Jumillano lo castiga
Vuelve a Almería tras la ausencia del año anterior; en Tarragona obtiene tres orejas; acude a Tomelloso y en las ferias septembrinas hace el paseíllo en Palencia, Cehegín, Navacerrada (cuatro orejas) y debuta en Albacete con el maestro Paco Camino y Antonio Rojas; el ganado es de Torrestrella. La temporada la finaliza en Logroño con una de Miura.
Finaliza la temporada con veinticuatro corridas de toros y con una gran tristeza al no ser incluido en la feria vallisoletana de San Mateo. Ya ocurrió en otra ocasión cuando tomó la alternativa, pero ahora no había disculpas. Toda la ciudad se convulsionó e incluso se pretendió, por parte del ayuntamiento, montar una plaza portátil para que no se quedase sin torear en la feria de su ciudad.
"No existe razón especial para que yo no esté en la feria de mi tierra". Eran palabras de Roberto y su ausencia causó un gran malestar entre la afición vallisoletana. Jumillano, propietario y empresario del coso del Paseo de Zorrilla, le había pasado factura por cambiar de apoderado.
Roberto está en plenitud de forma y a sus 26 años está convencido de llegar a la cima: "Sigo empeñado y a la espera de poder jugar mi baza con plenitud, por esto tengo fe, entrega y afición". En esos años no hay compensación económica por el esfuerzo que supone ir de segundón y con ganado denominado duro.
Era una época en la que seguía los consejos de su tío Fernando, cuando aún estaba reciente su recuerdo: "No te aburras, cuidado que te puedes entretener mentalmente en otras cosas y ese será tu alejamiento de los toros". Era un martilleo constante que Roberto siempre recordaba. Aquello le impedía mirar hacia atrás, él sabía -su tío se lo había dicho- que con unos cuantos muletazos era capaz de despertar el entusiasmo de los públicos, mientras que a otros les costaría toda una trayectoria. Era un torero para mandar y con ese pensamiento se preparaba día tras día.
1978. Primera oreja en Madrid
A los toreros ortodoxos les cuesta gran esfuerzo cortar orejas. Y ese es el caso de Roberto Domínguez. En esta época sigue con el toreo barroco; bajo la mano a los toros y deleita a lo públicos, sobre todo al de Madrid. Es también un torero poderoso que le anda muy bien a los toros por la cara.
Con Camará remonta el revuelo y aumenta el número de festejos llegando al máximo número de corridas desde que tomara la alternativa. Suma un total de treinta y siete festejos en España.
Y todo fue debido a Madrid. Porque en Las Ventas cortó su primera oreja a un toro de Lázaro Soria; alternaba esa tarde con Curro Vázquez y Julio Robles. Se había ido a portagayola, el toro le arrancó la chaquetilla y le rompió dos costillas. Pero la oreja cayó. Era el aval que le faltaba al torero en la plaza madrileña. Fue el respaldo definitivo de un público adicto a un Roberto Domínguez que siempre fue esperado en Las Ventas.
Debuta en Sevilla y mata Miuras en Barcelona y Bilbao
Esa temporada, al margen de aumentar el número de corridas y debutar en nuevos cosos, visita La Maestranza por vez primera, mata dos corridas en Madrid y en Bilbao torea tres tardes, una de ellas con Miuras. Antes, en Barcelona había despachado otra corrida de esta legendaria ganadería.
Sobre las denominadas corridas duras, Roberto matizaba: "Sabía que esta era la profesión más difícil del mundo y por ello nunca rehuía a lo que me propusieran. Siempre acepté los Miuras, Conde de la Corte, Pablo Romero, etc., y si un día no estaba bien pensaba que en la siguiente llegaría mi hora".
Las ferias de septiembre fueron pródigas en trofeos y actuaciones para Roberto Domínguez. Hizo doblete en Albacete y Valladolid, volvió a Salamanca, Palencia, Medina del Campo, Logroño y Abarán. Finalizó la temporada española en día 1 de octubre en Guadalajara. Zaragoza no estaba aún en la agenda del apoderado, aunque si en la mente del torero.
Dos tardes en Valladolid y debut en países americanos
Respecto a Valladolid ya no hubo problemas entre Roberto y Jumillano. Dos tardes contrató al vallisoletano para la feria matea; ambas tardes a buen dinero y bien "colocado” en los carteles: Manzanares y Niño de Aranjuez con toros de Manuel Arranz en la primera tarde. En la segunda hizo el paseíllo con El Vi y Galloso, los astados fueron de Molero Hermanos. La espléndida temporada española y los buenos oficios de Camará le llevan a debutar en plazas americanas de Venezuela, Perú, Ecuador y Colombia.
En octubre inicia una gira importante y debuta en Valencia (Venezuela) en Lima actúa dos tardes; otras dos lo hace en la plaza de toros de Quito y allí indulta a un toro de Juan Mari Pérez Tabernero. Le acompañan en esta ocasión Paquirri y el nativo Edgar Peñaherrera. Dos tardes torea en Manizales haciendo su presentación; otra corrida en Armenia y una tarde en Medellín. El debut en Bogotá fue un tanto frustrado ya que sólo pudo lidiar un toro debido al impresionante aguacero que cayó sobre la Santamaría bogotana, debiéndose suspender la corrida en la mitad del festejo. Fue, sin duda, una temporada importante con cuarenta y cinco festejos. Angelita y Félix, sus padres, viajaron a Venezuela para ver el debut de Roberto.
1979: Debuta en Valencia, pero lo dejan fuera de Sevilla y Madrid
Con Camará de empresario en Valencia, Roberto entra en las combinaciones falleras en un cartel de lujo con Manzanares y Capea cante un encierro de Manolo González.
En abril y por Semana Santa vuelve a la tradicional corrida de Málaga. Canorea no cuenta con él para Sevilla y en Madrid se produce un cambio de empresa que deja fuera a Jardón y entra un grupo empresarial formado por el propio Canorea, Berrocal y otros empresarios de mi tierra albaceteña. Roberto Domínguez queda fuera de la feria isidril, aunque si mataría dos corridas en Las Ventas durante el mes de julio.
Para contrarrestar lo de Las Ventas, los “dominguines” montan una feria paralela en el coso carabanchelero de Vista Alegre. A Roberto lo anuncian dos tardes. Las referencias que tenemos es que el vallisoletano pasó de puntillas. Toreó ambos días con Curro Romero y Julio Robles, al que también dejaron fuera de San Isidro.
Fuente: Libro “Roberto a secas” (Santos García Catalán 1992)