Funko es una empresa de juguetes de Estados Unidos que se ha hecho famosa, principalmente, por sus figuras coleccionables de vinilo en forma de muñecos cabezones. Hacen las delicias de muchos y son fáciles de ver en la actualidad en los escaparates de diversas tiendas. Incluso en Navidad, en la zona centro de Valladolid, los integrantes de algún que otro belén eran estas curiosas figuras.

Tienen un diseño peculiar y están basados en el concepto japonés chibi. De estilo aniñado. Tienen cuerpos reducidos y cabezas de una dimensión más grande que si lo comparamos con su cuerpo. Muñecos cabezones que pueden llegar a representar personajes de Disney, de cómic, o de series, como ‘La Casa del Dragón’. También de películas. Hulk o Spiderman están recreados en forma de estas pequeñas figuras.

Jesús Herrera García es un joven de 24 años que nació accidentalmente en Salamanca, pero que lleva viviendo en Valladolid desde que era un bebé de un año. Es autónomo y amante de los coches, de los videojuegos y de desconectar del trabajo en el gimnasio. Cuenta, en la actualidad, con una colección de 40 Funkos y piensa en ampliar la misma.

Una colección que arrancó hace cuatro años

El primer Funko que compré fue en el año 2019. El joker 334 de diez pulgadas de tamaño o high size. Lo hice porque lo vi y me gustó. Tanto por el tamaño como por como estaba pintado. Ahí empezó todo y poco a poco he ido agrandando mi colección”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Jesús, amante de estas curiosas figuras.

De ahí hasta las 40, ni más ni menos. Su favorito, como confiesa, es la pieza que conserva como oro de Deadpool. Ese mercenario mentalmente inestable de Marvel que ha protagonizado varias películas y que ha llenado los cines. Aunque cabe indicar que primero apareció en los cómics, como algún otro personaje de la editorial de Estados Unidos.

La colección de Funkos de Jesús

Este joven se define como una persona “agradable, sociable y divertida” y apunta que coleccionar estas figuras le hace “feliz”. Ahora, piensa en ampliar su colección con otra figura de Deadpool. En este caso tumbado. “El número 320”, asegura en declaraciones a este periódico y es que cada pieza está numerada.

“Un hobby”

Este autónomo, más en concreto ‘closer de ventas’, que ayuda a que una empresa cierre sus operaciones con el fin de facilitar que la compañía pueda aumentar su facturación, con la importancia que tiene en estos tiempos que corren de inestabilidad, afirma que el coleccionar estas figuras es para él “un hobby”.

Además, explica que para alcanzar la cifra de esos 40 Funkos con los que cuenta en la actualidad se ha gastado “unos 2.000 euros”. Aunque duele menos cuando ese dinero se invierte en algo que te gusta, eso está claro, y para este salmantino de nacimiento, aunque vallisoletano de adopción, coleccionar Funkos es su pasión.

No me pongo límites a la hora de ampliar mi colección ni de llegar a una cifra determinada. Tengo claro que si veo un Funko que me gusta o me llama la atención lo voy a comprar”, añade Jesús sin ningún tipo de titubeo.

La colección de Funkos de Jesús para EL ESPAÑOL de Castilla y León

Un mercado paralelo

Además de los LEGO, que encabezan las plataformas de compraventa y de subastas, los Funkos, una marca que facturó más de 1.000 millones de euros en el año 2021, están alcanzando precios astronómicos. Alguna de las piezas ha llegado a casi los 70.000 euros. Algunos las adquieren para posteriormente venderlas a precios desorbitados.

“Si que existe un mercado paralelo de personas que revenden estas piezas pero creo que hay muy pocos Funkos que pueda decirse que su valor llegue a aumentar de forma exponencial en unos años”, confiesa nuestro entrevistado que añade que el precio de las figuras “es razonable” comparado con otros elementos coleccionables.

Reventas a un lado, Jesús amplia cada mes la colección de unas figuras que cada vez tienen más compradores. Curioso en un juguete con el que no se juega.

 

 

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