"Soy muy muy forofo del Real Valladolid". Este fue el primer mensaje que recibió este medio cuando se puso en contacto con Gerardo Gallego, un vallisoletano afincado en Vancouver, Canadá, a más de 9.000 kilómetros de distancia de la ciudad del Pisuerga y que ha iniciado ahora los trámites para crear la primera peña del Pucela de la historia fuera de las fronteras de España. Unas palabras que evidencian el amor que profesa este aficionado de 42 años por su equipo y que tiene muy claro cual es su objetivo: "Hay que pucelanizar el mundo".

Cuando vivía en Valladolid, Gerardo decidió dar "un cambio de aire" a su vida y apostó por marcharse a Nueva Zelanda. "Quería ir a estudiar inglés, limpiarme la cabeza y volverme para España otra vez. Todo cambió un poquito, ya que conseguí una visa de trabajo y empecé a conocer nuevo mundo y en España empezó a saco la crisis. Fue en el momento que dije si aquí estoy bien para que me voy a ir para allí a estar mal", recuerda en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.

Tras unos años en Nueva Zelanda, a Gerardo le surgió la oportunidad de lograr la visa de Canadá, hasta acabar finalmente en Vancouver, su hogar desde hace "10 u 11 años". Desde allí, a más de 9.000 kilómetros de distancia de la ciudad del Pisuerga, ha comenzado ahora los trámites para crear la primera peña del Real Valladolid fuera de España. Su amor por el Pucela es incuestionable, tanto que el club blanquivioleta es un "elemento básico" en su núcleo familiar.

"El amor viene por mi familia. Mis abuelos eran socios y yo he crecido yendo con mis tíos al campo, que me llevaban de chiquito... es un paso de generación en generación. Si una prima o yo tengo un hijo lo que hacen nuestros padres es regalarnos el trajecito del Pucela del niño y este va a bajar al estadio a hacerse las fotos con los jugadores", explica, al tiempo que matiza que incluso en una boda "cantamos el himno", para dejar claro que el club blanquivioleta es algo más para él y su familia.

Al otro lado del teléfono se nota en su voz. Cada vez que la palabra Valladolid o Pucela sale de su boca el tono demuestra que, aunque sea al otro lado del Atlántico, lo que le mantiene unido a esta tierra es aún muy fuerte. Tal es su pasión, que, a pesar de la diferencia horaria (ocho horas), Gerardo no se pierde ni un solo partido, tampoco todos los programas y tertulias deportivas de los distintos medios de comunicación de la ciudad. "El Valladolid gira alrededor de mí y es una conexión que tengo con la ciudad y con mis amigos. Tengo un grupo de Whatsapp de allí también. Aunque yo esté a 9.000 y pico kilómetros el Pucela siempre está ahí", reitera muy orgulloso.

Gerardo dispone de un programa de pago que le permite ver desde su casa los partidos allí (aunque le toque despertarse a las 05:00 horas de la madrugada), ya que LaLiga no es precisamente la competición más seguida, sino que es la Premier. Sin embargo, asevera que antes iba a un bar de portugueses que tenían todos los canales y los dueños le ponían a su Real Valladolid. "Ahí hacíamos patria con los portugueses, animando al Pucela", relata entre risas.

Gerardo admite que a él le encanta el "salseo" de las tertulias, siendo este uno de los motivos que le han llevado a crear esta peña, para "aportar algo a la sociedad del fútbol de Valladolid". "Quiero interactuar con la ciudad, poner mi grano de arena y que se sepa que en el mundo hay más equipos aparte de los trasatlánticos", reivindica.

De la misma manera, se muestra consciente de que en otros países hay gente en Valladolid y quiere que esta peña sea "un impulso en el mundo para que la gente piense más en el Pucela y que se lancen". "Siempre se habla de los más grande, pero los chiquitos tenemos nuestras vidas y nuestros corazones y queremos estar apoyando al equipo siempre. Sería bonito que más gente se uniera", aclara Gerardo.

Precisamente, una de las sensaciones del Real Valladolid este año está siendo Cyle Larin, un canadiense que ha llegado en el mercado de invierno al club del Pisuerga y que ya ha anotado tres goles en apenas cuatro partidos. Para Gerardo sería ideal nombrarle "embajador" de su peña, además de que desea darle las gracias porque vive "muy bien" en su país. 

Para ello, lógicamente, Gerardo tendría que volver y por eso recalca que le "encantaría" poder hacerlo "lo antes posible". "A ver si se da que pueda ir este verano", matiza.

Para la constitución de la peña juega un papel fundamental la Federación de Peñas del Real Valladolid, por supuesto. Su relación con ella para iniciar los trámites ha ido "muy bien", según admite. Tuvo la oportunidad de hablar directamente con Mario Puertas, el presidente de la misma y quien le pareció una persona "muy correcta". "Es como yo, quiere al equipo y se preocupa de hacer las cosas. Yo admiro mucho a la gente que tiene iniciativa. Lo más fácil a veces es estar sentado desde segunda línea, pero yo soy más de primera", bromea Gerardo.

Todo esto es todavía una idea muy prematura, y el vallisoletano de 42 años se encuentra buscando un "logo bonito", además de ir preparando los papeles que piden desde la Federación. "Poco a poco. Además, toda mi familia son socios y me han dicho que si la hago se van a unir", anuncia orgulloso. De la misma manera, Gerardo reconoce que "hay varias cosas" ya pensadas, pero todavía "no hay nada concretado", en relación al posible nombre de la futura peña.

Los cimientos ya están puestos y el Real Valladolid podrá tener dentro de poco la primera peña de aficionados fuera de España, además, a nada más y nada menos que a más de 9.000 kilómetros de distancia, en Canadá. Todo ello gracias al amor incondicional de Gerardo, este vallisoletano de 42 años al que le "emociona" ver como las generaciones venideras han ido cambiando y ahora prefieren al Pucela antes que a clubes grandes como el Barcelona o el Real Madrid. "Les cortas la vena y sale blanquivioleta", sentencia orgulloso el impulsor de la primera peña de la historia del Real Valladolid fuera de las fronteras de España.