Doce toreros de Valladolid: David Luguillano
Miembro de la popular dinastía torera vallisoletana, formada por su padre Clemente, sus tíos Santiago y Juan Carlos y por su hermano Jorge
10 marzo, 2023 09:27Nombre: David Santiago Castro González. En los carteles: David Luguillano. Nació en Valladolid el 5 de junio de1967.
Miembro de la popular dinastía torera de Valladolid, formada por su padre Clemente, sus tíos Santiago y Juan Carlos y por su hermano Jorge.
Todos apodados con el sobrenombre de Luguillano. David es el más joven de esta saga y también quien más años ha estado en activo. Tras unas campañas sin picadores, su primera aparición vestido de luces es el 7 de julio de 1982, en las que formó pareja por los ruedos castellanos con su hermano Jorge.
Debutó con los del castoreño en Medina del Campo el 1 de septiembre de 1984, junto a su citado hermano y el rejoneador Manuel Vidrié, en la lidia de novillos de Carmen Lorenzo. Su presentación en Madrid es el 4 de junio de 1987 con novillos de Manuel Martín Peñato y teniendo como compañeros de cartel a Rafael de la Viña y Carlos Collado, “Niño de la Taurina”.
La alternativa en 1990
Tras una larga carrera como novillero, llena de altibajos y percances, la alternativa tiene lugar en Valladolid el día de San Pedro Regalado, 13 de mayo de 1990, Roberto Domínguez le cede el toro “Ruiseñor”, astado de capa colorada de la ganadería de Los Guateles, testificando la ceremonia José Ortega Cano.
La confirmación de la alternativa en la plaza de las Ventas de Madrid se produce el 1 de octubre de 1991 con toros de Sepúlveda y José María Manzanares como padrino y el colombiano César Rincón como testigo. Esa tarde logra una de sus mejores actuaciones. Una gran faena al toro de la ceremonia, “Taquillero” de nombre, que impresiona y emociona a todos los aficionados. La suerte no le acompañó a la hora de matar y no pudo rematar su actuación con una buena estocada, perdiendo un gran triunfo.
Sus temporadas en estos primeros años como matador de toros suelen ser cortas, con pocos festejos, donde la irregularidad marcaba su trayectoria con tardes de apoteosis y otras más grises, pero siempre con el sello de ser un torero que interpreta las suertes con una peculiar manera de entender el toreo.
La plaza de Valladolid es el reducto más importante de David durante esos años. Ha logrado también importantes actuaciones en el continente americano como su confirmación en la plaza de México al cortar una oreja al toro “Alegrías”, de la ganadería de Montecristo o el indulto de un toro de César Rincón en Cali en diciembre de 2001.
El coso del Paseo de Zorrilla, de su Valladolid natal, siempre ha sido talismán para este torero, pues a pesar de la muy grave cornada que le infiere un toro de Juan Pedro Domecq el 19 de septiembre de 1996, cosecha grandes triunfos en las temporadas de 1990, 1996, 1997 y 1999. El 21 de mayo de 2000 logra una destacada actuación en la feria de San Isidro de Madrid, a la que llegaba con poco cartel tras varios años de atonía, cortando una oreja a un bravo toro de Javier Pérez Tabernero, después de una brillante actuación.
Este día a punto estuvo de salir a hombros por la puerta grande tras dos faenas intensas y cortas, pero a pesar de la petición de las orejas que hizo el público, el presidente no consideró oportuno concederle la segunda. Esa actuación la refrenda en la feria de 2001 al lograr dar una vuelta al ruedo en una de sus actuaciones.
Parece que en los dos últimos años se ha empeñado en dar un giro a su carrera y las campañas 2000 y 2001 han sido mucho más regulares, demostrando que ha madurado todo su arte y lo ha revestido de la determinación necesaria para triunfar.
David es un diestro capaz de lo mejor y de lo peor en la misma tarde. Ante todo, se trata de un torero al que mueve la pasión y el sentimiento, tanto dentro como fuera de los ruedos. Un torero de personalidad contrastada y que posee unas grandes cualidades para llegar a ser figura del toreo.
Si bien los aficionados saben de lo dosificado que ofrecen el arte este tipo de toreros, se sienten compensados con alguna esporádica faena profunda, con su sello personal. Luguillano ha demostrado sobradamente ser un torero tocado por la varita mágica de la personalidad, la sensibilidad y el arte, aditamentos que hacen de estos toreros artistas necesarios para la Fiesta.
Son toreros que nunca pasan de moda y a los que el público siempre espera con interés. Toreros que los aficionados siempre quieren ver por ser un aire distinto en la Fiesta.
Fuente: José Luis Lera y Miguel Angel Soria (del libro “Valladolid Ciudad Taurina” 2011)
Nota aclaratoria: En los últimos años, David ha toreado numerosos festivales donde era bien acogido por su pasado esplendoroso.