Manolo Sánchez en volandas con Ponce en su última actuación en Valladolid en 2017

Manolo Sánchez en volandas con Ponce en su última actuación en Valladolid en 2017 Fermín Rodríguez

Valladolid

Doce toreros de Valladolid: Manolo Sánchez

Su clasicismo, el empaque, la naturalidad, la elegancia y el estilismo le convierten en uno de los más fieles intérpretes del toreo clásico por su verdad, pureza y plasticidad

13 marzo, 2023 10:46

Nombre: Manuel Sánchez Moro. En los carteles: Manolo Sánchez. Nació en Valladolid el 10 de julio de 1971.

Hijo del que fuera novillero y fugaz matador de toros Manolito Sánchez, debuto vestido de luces el 5 de junio de 1988 en Tudela de Duero.

Su presentación con picadores fue el 19 de agosto de 1989 en Sigüenza (Guadalajara), junto a Ramón Escudero y Enrique Ponce con reses de Molero Hermanos.

El punto de inflexión de su carrera novilleril es su presentación en las Ventas el 20 de junio de 1991, junto a José Luis Peralta y Joselito de Vega, con novillos de Caridad Cobaleda. Aquel día dejó su tarjeta de visita en forma de un impresionante manojo de verónicas de una cadencia exquisita que le dieron a conocer ante la afición de Madrid.

En la repetición, el siguiente día 27, logra abrir por primera vez la puerta grande de Las Ventas tras cortar una oreja a cada uno de sus novillos y se gana la confianza del público madrileño, que siempre le empujó hacia delante. Volvería a salir por la ansiada Puerta de Madrid el siguiente San Isidro tras cortar las dos orejas de un novillo de Victoriano del Rio, convirtiéndose en triunfador de aquella feria, figura indiscutible del escalafón novilleril y en una de las más firmes promesas de la torería del momento.

En un ambiente de gran expectación toma una lujosa alternativa el 22 de septiembre de 1992 en Valladolid. Su paisano Roberto Domínguez y como testigo Espartaco. El toro del doctorado, “Currito”, de Joaquín Núñez del Cuvillo. Aquella tarde fue histórica pues si el toricantano desorejó por partida doble a sus dos oponentes, no le fueron a la zaga sus compañeros de cartel que le acompañaron en la apoteósica salida a hombros junto a los propietarios y el mayoral de la ganadería.

Distinto cariz tuvo su confirmación de alternativa en las Ventas el 12 de mayo de 1993.Teniendo como padrino a José María Manzanares, y como testigo a Fernando Cepeda. Con “Rabanero” de la ganadería de González Sánchez Dalp no logra el triunfo y es cogido y herido de gravedad al estoquear a su segundo toro, “Guitarra”, de Manolo González.

A pesar de ello se mantuvo cuatro temporadas en las mejores ferias y carteles, porque luego, entre algunas cornadas a destiempo, como la que le destrozó una mano en Madrid el San Isidro de 1997, que lo tuvo dos meses sin actuar con la consiguiente pérdida de sitio, los cambios de apoderados y, sobre todo, la falta de un triunfo definitivo en alguna plaza transcendente. Manolo Sánchez vio reducida su parcela a plazas y carteles de inferior categoría, en las que todavía perdura, sin que esto impida alguna actuación notable como la alcanzada el 15 de agosto de 2001, al cortar en Madrid una oreja de un toro de Juan Manuel Criado.

El clasicismo, el empaque, la naturalidad, la elegancia y el estilismo de Manolo Sánchez le convierten en uno de los más fieles intérpretes del toreo clásico por su verdad, pureza y plasticidad. Además ha adquirido la técnica de los poderosos tras varias temporadas en las que se ha visto obligado a enfrentarse a todo tipo de toros, incluidos los de las más duras ganaderías.

“Poseedor de una indiscutible calidad y también una evidente irregularidad, puede que por su propia indolencia, se encuentra en una fase crítica de su carrera profesional pero sus inmensas cualidades hacen del rubio vallisoletano un torero por redescubrir. En cualquiera de los casos, el que fuera gran esperanza del toreo, pese a su sequía de triunfos importantes, aún tiene partidarios que lo esperan y cualquier oportunidad es buena para poder auparse a los puestos cimeros que no conoce desde novillero”.

Palabras del maestro Lera cuando escribía sobre el diestro vallisoletano hacia 2010. Al año siguiente, Manolo se retiraría del toreo. Volvió en 2017 para una sola actuación junto a su amigo Ponce en la feria de Valladolid. Su regreso fue triunfal y salió a hombros junto al maestro de Chiva.

En la Monumental Plaza de México confirma la alternativa el 16 de enero de 1994 con el toro Licenciado, número 56, cárdeno oscuro, listón meano y carifosco y con 519 kilos de peso, de manos de Manolo Arruza, en el cartel que completa Adrián Flores.

Fuente: Propia y del libro: “Valladolid Ciudad Taurina”, (2011) de José Luis Lera y Miguel Angel Soria.

Nota aclaratoria: Manolo Sánchez se retiró del toreo en 2011 y volvió a reaparecer en 2017. Ya no se volvió a vestir de luces. En la actualidad continúa en labores taurinas como veedor de Roca Rey, y ayudando en la carrera del novillero vallisoletano Mario Navas.