Medina de Rioseco vive su Semana Santa como el momento más importante dentro de su vida cotidiana. Durante todo el año se prepara la Ciudad de los Almirantes para vivir con emoción y sobriedad unos desfiles procesionales únicos que se están desarrollando ya por las calles del municipio vallisoletano. Es el principal signo de identidad para sus habitantes actuales, como lo serían, en el pasado, tanto para sus padres como, también, para sus abuelos.

Su antigüedad, tradición, y también su riqueza patrimonial, le han permitido conseguir la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional. De sus 4.493 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 4.138 son cofrades.

EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León se cita en el pueblo vallisoletano con Jorge García e Ignacio García, de 35 y 37 años, hermanos y que han nacido y crecido en la Ciudad de los Almirantes. Llevan saliendo de procesión desde muy pequeños y pertenecen a la Cofradía de La Crucifixión. Como su padre, también llamado Ignacio y que es, este año, el mayordomo. Un claro ejemplo de cómo la acción de padres a hijos mantiene viva la llama de la Semana Santa en el lugar.

De padres a hijos

Jorge tiene 35 años. A los seis entró en la Cofradía de la Crucifixión. Trabaja en Renault y disfruta haciendo deporte, saliendo con los amigos y, sobre todo, con la familia. Ignacio es empleado en PPG, una fábrica de pintura de coches. A ambos les une, como no podía ser de otra forma viviendo en Medina de Rioseco, su pasión por la Semana Santa. Ambos saldrán este Viernes Santo en la Procesión de la Soledad con su cofradía.

Ignacio tiene dos hijos. Uno de ellos saldrá también este viernes en procesión por primera vez. Ambos son hijos de Ignacio García Vélez, su padre, de 67 años. Suma 51 en la hermandad, está jubilado, y va a participar, en esta edición, en la procesión del Viernes Santo como mayordomo. Portará la vara con el símbolo de la hermandad y dará el refresco antes de que los pasos partan. Es algo único. Solo se puede dar una vez en la vida.

Tanto Jorge como Ignacio se definen como “personas normales”. “Llevamos toda la vida en la Cofradía de la Crucifixión de Medina de Rioseco. Ha sido por herencia, De padres a hijos. Si eres hijo o nieto de hermano, entras directamente cuando desees apuntarte. Si no, tienes que aguardar a una lista de espera”, explican en declaraciones a este periódico.

Participan en las procesiones desde que Jorge tenía dos años e Ignacio cuatro. En la Cofradía, el primero entrará a los seis y el segundo a los ocho. A la vez, vaya. 

Jorge en la Semana Santa de Medina de Rioseco Cedida

Un sentimiento desde pequeños

Es un sentimiento que se vive desde que eres pequeño. Durante toda la vida como tradición y algo muy especial. Es sobriedad y religiosidad nuestra Semana Santa. Los cofrades lo llevamos muy dentro”, asegura Ignacio.

Participarán, este Viernes Santo en la procesión que lleva el mismo nombre que su cofradía, la de ‘La Crucifixión’. Este año cargarán el paso entre los dos mientras son guiados por su padre, el mayordomo, que irá delante. Estarán custodiados por los dos hijos de Ignacio.

Primero tendrá lugar el refresco, en un local de Medina de Rioseco en el que se comerán pasteles y se tomará un café. Esto será a eso de las 16.00 horas. Posteriormente se procederá a la recogida de gremios que comenzará a las 16.15 horas. Después, se celebrará la misa de los oficios para todos los gremios.

Destaca que la hermandad en la que están tanto Ignacio como Jorge se juntarán en otro local para comer aceitunas, y tomar un refresco. Todo antes de que a las 20.00 horas comience la procesión, con Ignacio padre, como mayordomo, delante y los dos hijos que llevan el paso, detrás. Mateo, de un añito, se estrenará en la procesión, mientras que Valeria, de cuatro, lo hará por segunda vez, acompañando ambos a su padre Ignacio y junto a la esposa que cuidará de los pequeños en el transcurrir procesional.

Ignacio en un momento de la Semana Santa en Medina de Rioseco Cedida

Una tradición de padres a hijos

Mateo tiene solo un año y ya está apuntado a la hermandad. Valeria cuatro, e igual. Nos hace mucha ilusión que participen ya, de forma activa, en la Semana Santa de Medina de Rioseco. Mateo lo hará de forma simbólica. Es una semana que llevas esperando durante todo el año”, confiesa Ignacio.

Todo dentro de una de las tres Semanas Santas que están declaradas Bien de Interés Turístico Internacional en la provincia, junto a la de Valladolid y a la de Medina del Campo. La de la Ciudad de los Almirantes es única.

Queremos asegurar que la tradición pasa de padres a hijos, que es lo que la mayoría de las familias hace en Medina de Rioseco. Seguir manteniendo la tradición y que la gente joven la conserve para seguir con el paso de los años”, finalizan los hermanos.

Ignacio con Mateo, su hijo

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