El pasado Viernes Santo, EL ESPAÑOL de Castilla y León les informaba de la apertura del Bar Los Molinos, en la calle que lleva el mismo nombre, en Valladolid. En esta ocasión, volvemos a hablar de una apertura de un negocio hostelero, en este caso donde se ubicaba otro mítico como es el Restaurante Cuberito.
La Casa Lete abrió sus puertas el pasado 6 de abril en la calle José María Lacort número 8. Todo gracias a José Carlos Armendia Cimiano, un vallisoletano de nacimiento, que vive en Laguna de Duero, y que pone en marcha su nuevo negocio con el fin de conquistar a los comensales que hasta allí se acerquen
Más de 12 años de experiencia
“Trabajé hace años en la banca. También en una inmobiliaria. Empecé en la hostelería debido a la crisis inmobiliaria del año 2008. En 2010 arranqué en la Cafetería Mantería hasta el 2012. En 2013, en noviembre, abrí la Cafetería Lete’s en Las Francesas, en la calle Santiago 22, que aún sigue funcionando”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, José Carlos Armendia.
Suma más de 12 años de experiencia en el sector a sus 55 años de edad. Y ahora, desde el 6 de abril, ha abierto La Casa Lete que se ubica en la calle José María Lacort y que ya sirve los mejores platos a sus comensales.
“Fui a ver el local y era muy bonito. Se puso a tiro y ese fue el motivo. Me gustaba mucho la idea de abrir un restaurante de comidas y acabé por abril, a principios de este mes, Casa Lete. Trabajamos de lunes a sábado de nueve y media a seis de la tarde de lunes a sábado”, añade nuestro entrevistado.
El antiguo Cuberito
El nuevo negocio de José Carlos Armendia se ubica en el mismo lugar en el que se situaba el Restaurante Cuberito que cerró sus puertas hace años en la ciudad del Pisuerga. Un restaurante “mítico” por el que “pasaban toreros, jugadores de baloncesto y de fútbol y actores”. Un local emblemático de Valladolid, vaya.
“Nosotros ofrecemos cocina de alta gama y una carta económica”, asegura el dueño de Casa Lete, que continúa llevando también la Cafeterías Lete’s. Son cinco personas en plantilla dentro de un local con 165 metros cuadrados y que puede llegar a acoger a 40 comensales.
De momento, están dando entre “15 y 16 comidas diarias” y, pese a no haber completado una inauguración por todo lo alto, la gente se para en el lugar.
Con precaución
“La máquina se va engrasando, poco a poco. Veo bien el futuro. Creo que nos podremos reponer a todos los problemas que vayan surgiendo y lo que pretendemos es que el comensal se vaya contento de nuestro restaurante”, asegura nuestro protagonista.
José Carlos Armendia, sobre la situación de la hostelería en general y sobre el aumento de los precios y las materias primas no duda en asegurar que “le afecta” y añade que “tiene miedo”. “Los precios suben y el margen es menor. Todo cuenta”, afirma.
Un hostelero vallisoletano con años de experiencia que ha abierto su nuevo local en un lugar con mucha historia de Valladolid.