El escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte, invitó hoy a los “artesanos del lenguaje a oponerse con gallardía” a quienes “envenenan” las palabras. “Es nuestra obligación, incluso arriesgando a que te tachen de fascista. Me indigna que quienes manejamos la lengua como herramienta permitamos, como servidumbre, cómo la atacan, y permitirnos que la envenene, quitando su limpieza, en una especie de guirigay confuso. Van a ganar, no solo España, en Europa también, pero hay que intentar es que no ganen ya”, sostuvo, durante su participación en una mesa redonda, junto al argentino Jorge Fernández Díaz, en el marco del encuentro internacional ‘Valladolid en la lengua’ que se celebra entre ayer y hoy en el Teatro Zorrilla.
En una cita organizada por la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio, con el apoyo de la Diputación de Valladolid y la colaboración de la editorial Zenda – Edhasa, Pérez-Reverte utilizó una metáfora para describir el uso actual del lenguaje, principalmente entre la clase política, dijo: “El silencio de los corderos solo beneficia a los lobos; y hay demasiados corderos callados en España en este momento”.
El escritor, periodista, académico y corresponsal de guerra, expuso que las palabras son “muy utilizadas en política y se contaminan con los intereses que otros grupos se llevan a su territorio”. “Debemos ser intolerante con esto. Hay mucho cobarde manejando el lenguaje”, sentenció, para alentar a ser “radicalmente duros con eso”. “La lengua es una herramienta de trabajo y debe ser eficaz, limpia y neutra. No podemos permitir que se contamine con giros, venenos, deformaciones que la alejan de su objetivo, que es comunicar con limpieza a alguien que lo va a leer”, determinó.
El autor de la saga ‘Las aventuras del capitán Alatriste’ y la trilogía ‘Falcó’, entre muchas otras obras, participó en el Congreso, en una mesa redonda moderada por el jefe de Cultura de ABC, Jesús Calero, junto al bonaerense Jorge Fernández Díaz, quien incidió en cada vez más las “personas o ciudadanos comunes ven que es tan importante que se extienda la lengua”, más allá de los nacionalismos y regionalismos en España, “un asunto extremadamente grave”, En todo caso, no dudó de que la lengua española es una “gran alfombra roja por la que pasa la cultura, el comercio y los vínculos” y afeó que la sociedad se dirige hacia “un mundo de bloques regionales”. En este punto, reflexionó que “España ha estado un poco distraída y América Latina, destruida”.
Por ello, subrayó la importancia de que España pertenezca a Europa, pero “también a Iberoamérica”, donde “muchos negocios culturales se basan en la lengua, que permite que las cosas fluyan”. Al respecto, destacó que se trata de un “concepto geopolítico, no solo de erratas o tildes, sino que hoy el lenguaje está en disputa por varias razones”.
La lengua como geopolítica
Fernández Díaz también se introdujo en el lenguaje político y aseveró que en España, por ejemplo, la palabra ‘progresista’ se ha establecido entre personas que “no creen en el progresismo, ni lo sospechan”. “Parece que o eres progresista o facha. En medio parece que no hay nada. Es ingenuo, pero se acepta, los fachas aceptan que los otros sean progresistas. Es el poder del uso de la palabra en la política porque la batalla de las palabras es fundamental”, describió.
Fernández Díaz consideró que la política “genera palabras falsas y el periodismo se convirtió en desenmascarador de la mentira”. “Es como una una película de Tom y Jerry, siempre van delante y por detrás corrigiendo. De eso trata el periodismo lúcido de hoy”, afirmó el autor de novelas como ‘La Logia de Cádiz’ (2008), ‘La segunda vida de las flores’ (2009), ‘El Puñal (2014)’, ‘La Herida’ (2017) y ‘La Traición (2020), entre otros.