Nos había invitado el amigo Santi Morais a pasar una jornada campera por tierras de Alcazarén, más concretamente en la ganadería de Toros de Brazuelas.
Ellos, un grupo de tordesillanos, comandados por Morais entre los que se encuentran la familia del Foro Taurino (Nuria, Mari Carmen, Javi, Jóse y el buen aficionado Valentín Ruiz de Gauna), se reúnen una vez al año para visitar una ganadería de bravo. Y lo hacen con un grupo de amigos vascos, mitad bilbaínos y mitad donostiarras.
En esta ocasión, la ganadería elegida fue la de Jesús Pérez (Toros de Brazuelas). Pero coincidía con que otro grupo de aficionados, (Asociación Taurina “El 7” de Madrid) habían elegido la misma fecha. De ahí el titular del reportaje. Y allí, en la finca “El Refugio”, nos reunimos casi un centenar de gentes para vivir la fiesta de la tauromaquia…y la gastronomía.
Nos centraremos en los tordesillanos y vascos, que era el motivo central de nuestra jornada. Todos juntos presenciamos el tentadero realizado por el novillero abulense Sergio Rodríguez ante unas excelentes eralas del hierro del ganadero vallisoletano, quien dirigió la tienta libreta en mano y tomando notas. Luego, tras el tentadero, dio algunas explicaciones y opiniones sobre el juego de los animales. También comentó el ganadero que esta temporada lidiará una novillada en una plaza de primera.
A partir de aquí “cada mochuelo a su olivo”; unos, los madrileños, junto al novillero y su cuadrilla, al comedor de la finca para degustar lo que habían preparado en las cocinas de “El Refugio”. Los otros, vascos y tordesillanos, a dar cuenta de su manduca, amplia y variada, como suele ser habitual en este grupo. Y lo hicieron -lo hicimos- en la hermosa zona de pinada que hay frente al porche de la finca.
Al término del almuerzo, (bien, pero bien regados los gaznates) se realizó la visita a los cercados donde pastan los animales. Y se realizó en un remolque bien preparado, donde apenas se hace esfuerzo para acceder y está debidamente protegido ante el acoso de algún toro, aunque no es lo normal. Y guiando el camino del tractor va delante un todo terreno conducido por Jesús Pérez hijo y Luis, el mayoral de la casa.
Fue un auténtico disfrute ver la vacada con sus crías, -los novillos de saca están en cuarteles distintos-. Y triste también ver el campo en qué condiciones está por la “pertinaz sequía”, frase que se nombraba antaño (años 40 y 50) y qué ha vuelto a la realidad más palpable.
Antes de emprender la visita a los cercados, Santi Morais llamó la atención del grupo porque quería transmitir la tradicional noticia anual sobre la concesión de azulejos taurinos a personajes que lo merecen por su apoyo constante a la tauromaquia. En esta ocasión fue al propio ganadero, Jesús Pérez y, a título póstumo a Clemente Castro “Luguillano”, fallecido el pasado año.
Y llegada la fecha, (el día del Toro de la Vega) los azulejos se entregarán a los premiados. El ganadero estaba presente y Morais llamó por teléfono a David Luguillano para que él y su familia reciban este simpático galardón que, año tras año, la familia Morais entrega en su pequeña finquita de Tordesillas. Es un acto cordial y ameno donde se reúnen caballistas y amigos para este evento, que no está exento de exquisitos bocados y bebidas. Es, de alguna forma, un rito tradicional de esta familia para honrar a la tauromaquia.
En los actos que organiza este bien unido grupo, se incluyen visitas a bodegas cercanas a las ganaderías, y en esta ocasión los acompañamos a la de Viñas Murillo; una bodega de reciente creación, justo enfrente de “El Refugio”, donde elaboran blancos de la DO Rueda. La finca, de unas 120 hectáreas de viñedo, está muy bien cuidada, con instalaciones modernas que fueron mostradas a los visitantes para, después, hacer una breve cata de los buenos verdejos que elaboran.
El grupo se había dividido en cuanto a las visitas, y los del Foro Taurino Tordesillano optaron por acudir a la suelta del Toro del Sarmiento de La Seca que se celebraba esta fin de semana. Nuria Prieto, una de las fundadoras del Foro, además de una excelente pintora que borda el realismo en retratos de toreros, nos envió unas fotos de la suelta para unirlas a la de nuestra gráfica Natalia Calvo.
La generosidad de Morais no tiene límites, hasta el punto que, tras la salida de la bodega, nos ofreció continuar con ellos para girar otra visita a una moderna vaquería en Villanueva de Duero, (entre el grupo vasco hay varios ganaderos y carniceros) y, posteriormente, en su finquita tordesillana, volver a la cena con los extraordinarios chuletones que los vascos habían traído de su tierra.
No aceptamos la cariñosa invitación, porque dos días seguidos de marcha, -la noche anterior cena en La Pedraja con la asociación La Aldaba- es demasiado para nosotros. Y ahí entró de nuevo Nuria Prieto al enviarnos otras fotos de estos hermosos chuletones. Y mañana, por hoy domingo, continuarán de visitas; en esta ocasión a una importante quesería de Serrada.
En fin ¡Qué les voy a contar! ¡Viva la tauromaquia, el buen yantar y el vino! Y que no falten los amigos nunca.