El arzobispo de Valladolid habla en su homilía de Carlos III, China y las elecciones municipales
Argüello recuerda a los candidatos que “tienen que servir a todos” y a los ciudadanos que “no pueden desentenderse del bien común”
13 mayo, 2023 17:53Noticias relacionadas
Valladolid celebra durante este sábado la festividad de su patrón San Pedro Regalado y como es tradición se ha realizado en la plaza del Salvador la tradicional ofrenda floral por parte de representantes de la Cofradía de San Pedro Regalado, la de las Siete Palabras, representantes institucionales como el equipo de Gobierno del Ayuntamiento, los grupos municipales del PP y Vox, la Diputación Provincial, las casas regionales y la Asociación Cultural Conde Ansúrez. Y por supuesto, la misa del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello.
En su homilía de San Pedro Regalado, Argüello ha aprovechado para hablar de temas de actualidad, y entre ellos, ha hablado de las próximas elecciones municipales y ha mandado un mensaje a los candidatos. “Se hace imprescindible que estos futuros responsables de la acción política caigan en la cuenta de que tienen que servir a todos”. Tras reconocer que durante la presente campaña electoral “es lógico que propongan criterios y actividades diferentes y se exageren los enfrentamientos”, ha reclamado que una vez que asuman sus cargos y su responsabilidad sean “conscientes de que representan y sirven a todos”.
“Nuestra responsabilidad como ciudadanos no se agota depositando la papeleta en la urna en las próximas elecciones municipales, sino que estamos llamados a lo largo de toda la legislatura a comprometernos también por el bien común en el ejercicio de la caridad política”, ha añadido.
Otro tema de actualidad que ha comentado ha sido la propuesta del presidente chino a representantes de 500 partidos políticos de 150 Estados, de una Iniciativa por una Civilización global, “que no cuenta entre sus referencias ni con la dignidad humana ni con el bien común, sí con un aroma de armonía confuciana en la que la democracia es reivindicada, pero no tal como la entiende Occidente. EE. UU. quiere responder con la Cumbre por la democracia, un ejercicio de geopolítica semejante al chino, pero abonando el relativismo ético impuesto, aunque suene contradictorio”.
Asimismo, ha comentado la coronación del Rey Carlos III del Reino Unido, “un impresionante espectáculo que nos ha mostrado una manera de entender la tradición –dejando en el pasado y en el boato formal, con indudable valor simbólico y político, lo que se dice que se entrega: un príncipe cristiano, pero que ya no tiene consistencia– y una representación de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la que los ministros de la Iglesia son funcionarios de la Corona”.