Los quioscos pasan por uno de los momentos más duros de su historia. Son muchos en Valladolid los que han echado el cierre. Lugares que durante años y años han dado a sus clientes el periódico en la mano. O las gominolas en las tardes de domingo, esas de sofá, peli y… dulces para pasar una tarde en compañía de pareja, familiares o amigos.

“Comenzamos con el quiosco con la llegada del euro. Lo cogieron, en un principio, mi marido y su hermano. Cuando este último se jubiló dejé mi actividad familiar y me quedé a ayudar a mi pareja. Es un negocio familiar que durante mucho tiempo ha dado de comer a dos familias”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Pilar San Emeterio.

Ella, junto a su marido: Jesús Palacio, más conocido como ‘Chuchi’, son los dueños del Quiosco ubicado en la calle Santa Lucía que, sin embargo, ahora se vende con el fin de encontrar un comprador que consiga darle una nueva vida. El letrero en naranja de ‘Se vende’, se aprecia a unos cuantos metros del lugar en el que está instalado.

“Lo vendemos porque nos queremos jubilar. Sigue funcionando, no como antes, pero tiene mucho paso y tránsito de gente y, además, contamos con una clientela maja. La zona es magnífica para comenzar una nueva aventura y los clientes con los que nos encontramos y vienen a comprar, cada día, son gente amable y cercana. Llevamos tantos años que es muy familiar”, añade nuestra entrevistada.

La jubilación es la causa principal, claro está, pero el hecho de que sea necesario hacer “muchas horas” y “de lunes a domingo” al final “suma” y el desgaste comienza a ser ya grande, como añade Pilar que apunta que lo que funciona es la venta de periódicos, la carga de móviles y la recarga del bonobús.

Un quiosco lleva existiendo, prácticamente, toda la vida. Antes se encontraba en medio de la Plaza Luis Braille hasta que cambiaron a la actual ubicación, frente a la sede del PSOE en Valladolid.

El quiosco de Santa Lucía

“Lo hemos puesto a la venta hace un par de meses y hemos recibido pocas llamadas. Es un sector complicado. Las nuevas tecnologías también están dañando a los quioscos. Solo espero que se lo pueda quedar alguna familia. Al ser tantas horas, que lo lleve solo una persona es complicado”, cuenta nuestra protagonista.

Pilar finaliza añadiendo que “nos da pena dejarlo” pero matiza que “llevamos toda la vida trabajando” y “ahora toca disfrutar”, como es lógico y con toda la razón del mundo.

El quiosco de Santa Lucía busca nuevo dueño para no acabar con 23 años de historia.