La nueva vida de un quiosco reconvertido a wine bar: cierra en Valladolid y vuela hasta una bodega de Curiel de Duero
El establecimiento cerró definitivamente el pasado 31 de marzo y ha sido trasladado hasta la localidad pucelana donde cambia su utilidad
27 junio, 2023 07:00Noticias relacionadas
Era el pasado 15 de marzo cuando EL ESPAÑOL de Castilla y León charlaba con Pablo Castaño López, el dueño del quiosco que se ubicaba cerca de la Plaza de San Miguel y San Pablo, al lado de un centro educativo y en la calle Felipe II de la ciudad del Pisuerga. Él mismo era el que nos confirmaba el cierre de un establecimiento que tenía 45 años de historia, ni más ni menos. El 31 de marzo bajaba definitivamente su persiana ante la tristeza de los vecinos.
El dueño del negocio, y de la caseta, recibía unos días después una llamada por parte de Rafael Cuerda, la cabeza visible de Bodegas Comenge, que se ubica en la localidad vallisoletana de Curiel de Duero. Todo para adquirir esa histórica caseta que llegó al lugar el pasado 16 de junio, transportada a través de un camión góndola y con una grúa para colocarla en su nueva ubicación.
“Nos va a servir de wine-bar y como lugar de apoyo para la celebración de fiestas, eventos y diferentes actividades en el jardín de la bodega”, explica Rafael Cuerda García-Junceda, el director de la citada bodega.
Adiós a un quiosco emblemático del centro de Valladolid y venta de la caseta
“Cerramos definitivamente el pasado 31 de marzo. Después de estar casi seis años al frente de un quiosco cuyas riendas cogí el pasado 17 de mayo de 2017. Era el medio de vida de mi mujer y también el mío”, asegura unos meses después del cierre anunciado por este periódico a mediados de marzo.
El vallisoletano Pablo Castaño López, de 39 años cedía el terreno de su quiosco ubicado en Felipe II a un conocido hospital que se situaba a escasos metros para acometer obras.
“Semanas después de cerrar se puso en contacto conmigo Rafa de Bodegas Comenge. Me hizo una oferta para comprar la caseta del quiosco. Tanto a mí como a mi mujer nos pareció bien que se reconvirtiera a wine-bar y no terminara en la chatarra”, añade nuestro entrevistado.
Un nuevo uso para su quiosco, a unos cuántos kilómetros de donde estaba ubicado, mientras Pablo sigue buscando trabajo.
Como wine-bar
“La caseta del quiosco llegó el pasado 16 de junio. Se ubica en el jardín de las Bodegas Comenge, La idea que tenemos pasa por conseguir que sirva como wine-bar en esa ubicación y como apoyo para la celebración de fiestas, eventos, y diferentes actividades que desarrollemos en dicho jardín”, asegura Rafael Cuerda, en declaraciones a este periódico.
Una bodega ubicada en Curiel de Duero, dentro de la comarca que comprende a los pueblos del Valle del Cuco, siendo también el Duero el que surca su territorio, a unos 61 kilómetros de la capital vallisoletana. Unos terrenos que fueron adquiridos en el año 1999 para que en el 2001 se procediera a la construcción de dicha bodega.
“De momento, la caseta del quiosco como wine-bar no está operativa. Hay que acondicionarla para su nueva función. En Curiel de Duero ha causado bastante expectación. La gente se ha acercado a verla y nos han preguntado lo que vamos a hacer con ella”, explica el dueño de la bodega.
Una bodega con más de 20 años de historia
Bodegas Comenge debe su inicio a Miguel Comenge que transmitió su pasión por el mundo del vino e inspiró a su hijo Jaime para fundarla en el año 1999. Desde el año 2000 se dedican al cultivo de la vid y a la elaboración de vinos de calidad donde tanto la investigación, como la innovación, han jugado un importante papel.
“En todos estos años hemos trabajado con cuidado las tierras sobre las que se asientan nuestros viñedos, creando espacios buenos para las cepas y bellos y saludables para el hombre. En 2015 obtuvimos la certificación ecológica de nuestros viñedos y vinos”, añade nuestro entrevistado.
En el año 2011 fueron también reconocidos por Rutas del Vino de España con una mención especial como ‘Mejor establecimiento enológico’. Además, a lo largo de todo el año, organizan actividades en sus jardines, viñedos y terrazas que están destinadas al disfrute y contacto con la naturaleza. Degustaciones, conciertos, parrilladas, etc. Ideal para el funcionamiento de la caseta del histórico quiosco.
“Esperamos que durante muchos años se pueda utilizar la caseta del quiosco. Nos encantaría poder atender en ella a clientes y turistas que vengan a conocer Bodegas Comenge y sus vinos”, ha finalizado.