Es uno de los conjuntos, hablando del patrimonio industrial de Valladolid, más emblemáticos de la ciudad del Pisuerga. Sopla ya 115 velas desde su apertura y su silueta escalonada con la chimenea que reina en lo alto, es un icono en la Plaza de la Danza, lugar en el que se ubica desde el año 1908, muy cerca de la Plaza de Vadillos.
La historia de este barrio no se puede comprender sin el asentamiento de dicha factoría con el recuerdo que dejó uno de los vallisoletanos de adopción más conocidos de la época como fue Eloy Silió. Una zona que fue elegida por diferentes empresarios para instalar factorías que impulsaran el desarrollo de este barrio de Vadillos. Destacan esta, La Cerámica, y también La Cervecera de Cruz Blanca del año 1867.
Era un momento en el que el despegue de la industria lo marcaba todo. Por ello, Silió se labró una gran fama como ingenioso hombre de negocios y como emprendedor de éxito, como apuntan desde el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid.
Silió nació en Santa Cruz de Iguña, en Cantabria, en el año 1833 y llegó a la ciudad del Pisuerga allá por 1871. No solo fundó La Cerámica. También fue accionista de la cervecera El Águila y de la Sociedad Industrial Castellana. Fue miembro también de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Valladolid. Y fundó La Tejera Mecánica.
La destreza que tuvo con los negocios y la experiencia acumulada le llevan a abordar su primera gran inversión en nuestra ciudad. Fue en el Paseo San Vicente y en el año 1884 con la fábrica de tejas y ladrillos: la Tejera Mecánica. Pronto se convertirá en un negocio de éxito.
Sería en 1904 cuando comienza a edificarse La Cerámica. Abrirá sus puertas en 1908 convertida en un motor que impulsará el nuevo barrio de Vadillos y sus alrededores.
Sin embargo, Eloy Silió fallecerá en 1914 cuando el crecimiento de su negocio era imparable. Su empresa adquiere en 1915 La Progresiva de Castilla, en el Paseo San Vicente y en los 70 abre una nueva factoría en La Cistérniga, un municipio a escasos kilómetros de la capital.
Sin embargo, los gases que emite la chimenea de La Cerámica serán fuente de disputa y preocupación vecinal. Pedían el traslado de la actividad fabril.
La reivindicación de los vecinos de Vadillos acabará con el fin del uso industrial de La Cerámica allá por el año 1993. Todo tras largas y arduas negociaciones con los propietarios de la planta que tenían en la mente dar un uso residencial al inmueble. Los vecinos lograrán la rehabilitación del edificio y la transformación del entorno.
Un edificio con más de 100 años de historia que sobrevive en Valladolid.