Impresionante aspecto del coso vallisoletano

Impresionante aspecto del coso vallisoletano

Valladolid

Clandestinos en la grada

Mezclados entre el público de la grada, o del tendido, se ven los toros de otra forma

8 septiembre, 2023 22:41

Desde un tiempo a esta parte tengo la buena costumbre de ir a los toros a divertirme, a pasarlo bien, aunque la película (léase la corrida del día sea un tostón). Ya no tengo edad para criticar, y menos a un torero que se juega la vida.

Me gusta mezclarme con el público del graderío, conocer lo que dice, su opinión, sus gestos, sus comentarios, -algunos dispares-, pero sirven para calibrar a las buenas gentes, aficionados o no, que pagan su entrada religiosamente, aunque sea un sacrilegio el esfuerzo que tienen que hacer para presenciar un festejo taurino. 

Y esta tarde, en la corrida de relumbrón de la feria, me subí, con mi amigo Javi Martín, al graderío. Él tenía su pase de palco y yo de callejón, pero buscamos acomodo, con el permiso del personal de la plaza, y nos colocamos como “clandestinos” en una de las gradas de sombra. Fue una auténtica gozada.

Crónica de Santos García Catalán

Crónica de Santos García Catalán

Mezclados entre el público de la grada, o del tendido, se ven los toros de otra forma. Nosotros, los críticos taurinos sabiondos, nos la envainamos cuando oímos al que paga su abono o su entrada decir las verdades del barquero, como decía una pareja de jóvenes: “No entendemos como en un mano a mano de una máxima figura del toreo, con otra en ciernes, no haya habido ni un quite”. Y llevaban más razón que un santo.

O cuando ves a mi vecino Jesús y su amigo con un “bar clandestino”, como nosotros; provistos de sus “trastos de beber” con ginebra de la cara y te invitan a un gintonic. O das con gente tan agradable que llegan de Santander o de Madrid, o vete a saber de dónde, y haces hebra con ellos sin decir que eres crítico taurino, -ni falta que hace- pero que te abre los ojos porque ellos pagan su entrada y tienen derecho a gritar o a aplaudir, dependiendo de lo que se esté cociendo en el albero.

O te encuentras con el personal de plaza, gente encantadora como Marta e Iván y te lías a hablar de toros con ellos con la pasión que suscita el mundo del toro, (Iván es primo carnal de Mario Campillo). O das con un tipo bien vestido, con un veguero cubano en la boca y con un vodka con naranja en la mano; y mi amigo Javi, que se enrolla un montón, se hace amigo y me dice: “Santos, haznos una foto y sácanos en el periódico”. ¿”Ah, pero sois periodistas, y dónde saldremos”? contesta el rubicundo e inesperado amigo. “En El Español -dice Javi Martín- que mi amigo Santos suele escribir de toros y de gastronomía”. “Venga, pues tomaros un cubata a mi cuenta”. En fin…

Crónica de Santos García Catalán

Crónica de Santos García Catalán

Con el llenazo de esta tarde en el coso del Paseo de Zorrilla, -enhorabuena a la empresa porque hacía muchos, muchos años, que no se veía un lleno a rebosar en esta plaza tan emblemática y tan querida por el que esto escribe- los coletudos debían haberse estirado un poco más ante los victorinos, algunos descafeinados y otros de puerta grande. Sobre todo en los quites.

Pero lo cierto es que no hubo competencia entre ambos toreros. El Juli porque se va y De Justo porque le tiene demasiado respeto a un figurón de época, que en la tarde de hoy recibió un homenaje de la empresa por sus 25 años de mandón del toreo.

Y luego las espadas. Ay, los aceros… Cómo recordará esta tarde Emilio de Justo al sexto Victorino, que hubiera sido de triunfo grande si no llega a estar tan fallón. Pero las cosas del toro son así.

Crónica de Santos García Catalán

Crónica de Santos García Catalán

Y mientras, un Juli pletórico salía por la puerta grande cuando el cielo de Pucela se teñía de noche oscura. Prometo volver de vez en cuando a la grada. Mucho mejor y más divertido que en el callejón.

P. D. Mañana habrá amplia crónica de nuestro colaborador Curro Leyes y galería de Natalia Calvo