Tarde veraniega en el coso mojadense, que celebra sus fiestas de la Virgen del Rosario. Media plaza cubierta. Se lidiaron cuatro utreros de Núñez de Tarifa; bien presentados excepto el jabonero sucio que bajó el listón. Nobles, manejables y de juego variado. El primero mereció la vuelta al ruedo y el tercero fue un manso de libro.
Y un suspenso como una catedral en la asignatura de la espada para los novilleros: Javier Montalvo y Eusebio Fernández. El madrileño, con diez temporadas con los del castoreño y el segoviano de Sepúlveda con cuatro; y ambos con dos novilladas en su haber en este 2023. Los dos, han estado como “Cagancho” en Almagro.
No podemos obviar la voluntad que ambos han puesto en su empeño de triunfar, pero además de la voluntad hay que poner entusiasmo, ganas y salir de la rutina de pases y pases sin llegar al tendido.
Pero claro, no se puede exigir más a dos novilleros que llegaban a Mojados con el “bagaje” de tan solo una novillada toreada en esta temporada.
Javier Montalvo
Lo más destacable del festejo ha sido el utrero que abrió plaza: serio, magníficamente presentado, con hechuras de toro y bravo hasta su final con el merecimiento de una vuelta al ruedo, ya que cumplió en el capote, empujó en el caballo y en la muleta embistió con dulzura y humillando. Y duró y duró como el anuncio de las pilas. ¿Y de su matador? Pues reguleras, sin más…
Labor silenciada al novillero tras aviso y ovación al buen novillo. Montalvo brindó a Javier García, nuevo empresario del coso de Mojados a través de la mercantil Sotoverde Tradición, S.L.
Su segundo fue un manso de libro al que le enjaretó algún muletazo suelto al hilo de las tablas cuando el animal rehusó de la lucha. Desorden de las cuadrillas cuando el utrero fue al caballo, donde tomó dos varas. El animal se echó durante la lidia. Montalvo tuvo que matar al abrigo de los tableros y pegó otro mitin con los aceros. Otro silencio sepulcral, tras enviar un recado el palco, y algún pito al novillo en el arrastre.
Eusebio Fernández
Precioso el jabonero sucio que salió por chiqueros en segundo lugar, aunque muy cornicorto. Fue un utrero de menos a más, aunque abanto de salida y deslucido en el capote. El de Sepúlveda estuvo entonado, -tiene gusto toreando- y pudo lucirse e incluso haber paseado un trofeo, pero el mitin con la cruceta fue antológico. Sonó un aviso y el graderío manifestó su silencio, aunque sonaron palmas para el de Núñez de Tarifa.
Con el que cerraba festejo, el segoviano se lució en el recibo capotero ante el abanto y flojo utrero, pero con buena condición. Buenos pares del subalterno vallisoletano Jesús Herrero.
Brindó al público, y cuando creíamos que se quedaría en el platillo para citar de lejos, porque el novillo, sujetado con los capotes de los auxiliares se arrancó dos veces, el de Sepúlveda se fue al tercio para trastearlo y sacarle algún derechazo de mérito. Luego, el animal fue a menos y ahí quedó todo. La espada entró tras dos intentos sonando un aviso. Algunas palmas para el novillo. Presidió el festejo Ramón Rey.
Trofeos no hubo, como ya ha quedado dicho. Sin embargo, hubo el detalle, por parte de la comisión de fiestas, de obsequiar a cada uno de los novilleros con un ramo de flores. Porque claro, las reinas de las fiestas, encargadas de ese protocolo, no iban a volver cargadas con las susodichas flores, que debían haber entregado junto a los trofeos. Pero como no los hubo… En fin. Algo es algo.
Homenaje al banderillero Alberto Hernández “Botijo”
Donde sí hubo trofeos, aunque estos fueron simbólicos y de corazón, fue en el rendido homenaje que recibió el veterano banderillero de Sanchidrián y con residencia en Arévalo, conocido popularmente como “Botijo”. Primero el brindis de los dos novilleros, y luego de su familia en el tercio del ruedo.
Un puñado de lágrimas se le escaparon al bueno de “Botijo”, que a partir de ahora deja el toreo en activo al cumplir la edad reglamentaria, pero seguirá vinculado al mundo del toro imaginario con sus carretones y otros artículos taurinos. Suerte, “Botijo” y ¡Enhorabuena!
Les ofrecemos una amplia galería de fotos de Natalia Calvo.