Valladolid homenajeó esta tarde al príncipe irlandés Red Hugh O´Donnell, enterrado en la ciudad, con un desfile funeral que estuvo encabezado por una carroza, la cual portaba un simbólico féretro de este héroe, que falleció en Simancas. La comitiva estuvo compuesta por una carroza con dos caballos, acompañada de una banda de gaitas, un gaitero principal irlandés, dos abanderados militares de España e Irlanda, seis franciscanos en recuerdo al Convento en el que se encontraba (de San Francisco), cuatro soldados con antorcha, otros tantos del siglo XVI a caballo, además de soldados de época con perros.
El desfile partió a las 19 horas del Palacio Real, en la Plaza de San Pablo, para continuar por las calles Angustias, Echegaray, Plaza Portugalete, Catedral, Regalado, Cánovas del Castillo, Fuente Dorada, Ferrari, Plaza Mayor, Santiago y Constitución, donde en el número 10, que cuenta con una placa en su honor, se le tributó con coronas de laurel y la actuación de un gaitero, que interpretó los himnos de Irlanda. A continuación, el acto contó con una breve intervención del alcalde, Jesús Julio Carnero, y el embajador del país irlandés en España, Frank Smyth.
El desfile regresó al lugar de salida por las calles Constitución, Duque de la Victoria, Quiñones, Lonja, Plaza Ochavo, Vicente Moliner, Fuente Dorada, Bajada de la Libertad, Leopoldo Cano, Felipe II y Plaza San Pablo. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, tomó la palabra para destacar la importancia de este hecho “histórico” que a su juicio pone en valor la historia de su ciudad, que en el pasado -dijo- fue el “centro del universo”, concidanto a Cervantes, Quevedo o Góngora. Además, apostó por que “muchos” irlandeses visiten la capital en el futuro.
Red Hugh O´Donnell es un personaje legendario, cuya única referencia documental de que su cuerpo se encuentra en la Capilla de las Maravillas del antiguo Convento de San Francisco, es una crónica irlandesa que narra todas sus vivencias. En ella se recoge que murió en Simancas y que en su testamento explicitó que quería ser enterrado en el Capítulo del Monasterio de San Francisco de Valladolid. Ese Capítulo fue el uso que tuvo esa capilla durante la Edad Media, lo que permitió plantear su ubicación en ese punto, según detalló a Ical durante los trabajos de investigación la arqueóloga Olatz Villanueva.
Los dos muros que aparecieron desde que comenzaron los trabajos en mayo de 2020, junto a un importante número de enterramientos, se corresponden a los llamados este y oeste de la Capilla de las Maravillas de este Convento, que fue demolido en 1836 como consecuencia de la desamortización. En él fue enterrado Cristóbal Colón y, al parecer, un siglo más tarde el líder irlandés.
La Asociación Hispano-Irish llegó a equipar la importancia del hallazgo a la posibilidad de que en Estados Unidos se encontraran los restos de Don Pelayo, sin desdeñar las similitudes que se lanzan entre la figura de O’Donnell y William Wallace, el héroe escocés que protagonizaba ‘Bravehearth’ con el rostro de Mel Gibson. No en vano, O’Donnell encabezó la rebelión irlandesa contra el gobierno inglés, que acabaría provocando la Guerra de los Nueve Años, y es todo un icono en un país que ha mantenido el conflicto armado contra la ocupación británica hasta fechas muy recientes.
El Ayuntamiento admitió hace justo un año que las excavaciones no pudieron ampliarse por la existencia de infraestructuras públicas y espacios privados urbanizados que han hecho desaparecer cualquier vestigio de aquella época. Aún así, se realizó una prospección geofísica y unas perforaciones en el interior del local donde se ubica ahora el Banco Santander.
Aunque los trabajos realizados no han permitido localizar por el momento los restos del héroe irlandés, los mismos han contribuido a que se establezca una estrecha relación con la ‘Isla Esmeralda’, la cual se manifiesta en una placa en la calle Constitución que, además, sirve para recordar la importancia de ese hecho histórico que tuvo lugar en la ciudad.
Lazos entre Valladolid e Irlanda
Hugh O’Donnell, ‘el rojo’, lideró la rebelión contra el gobierno inglés que desembocaría en la Guerra de los Nueve Años (1595-1603). Hijo del rey de Tyrconnell, tenía 15 años cuando fue secuestrado y recluido en Dublín como movimiento para evitar una alianza entre los poderosos clanes O’Donnell y O’Neill. Cinco años después logró escapar y regresar para asumir los títulos de su padre.
En 1602 viajó a Valladolid, capital del reino, para entrevistarse con Felipe III y exponer su intención de levantarse contra los ingleses. A la espera de esa audiencia real, O´Donnell enfermó en Simancas, donde fallece el 10 de septiembre. El rey preparó un funeral de carácter real y el cuerpo se trasladó al Palacio Real y posteriormente al Monasterio de San Francisco, donde fue enterrado.