Los jugadores del Real Valladolid regresan a casa con muy mal sabor de boca. Contra todo pronóstico, los de Paulo Pezzolano no han logrado mantener la buena racha que les acompañaba desde hacía varias semanas, pues han sido derrotados en el Stage Front Stadium por el Espanyol.
Aunque han empezado el partido dispuestos luchar lo necesario por su sexta victoria consecutiva, esta finalmente no ha sido posible, de tal manera que el conjunto blanquivioleta ha vuelto a experimentar el desagradable sentimiento que supone una derrota.
El encuentro ya ha comenzado a favor de los catalanes, ya que en el minuto cinco han tirado su primer penalti. Sin suerte, pues John Víctor se ha marcado un auténtico paradón.
Entonces el Pucela ha vuelto a recuperar la calma al comprobar que el equipo rival no había marcado, pero tan solo dos minutos después el miedo ha vuelto a adueñarse de los jugadores al conocer que se había autorizado la repetición de dicho penalti. Ha llegado así el primer tanto del Espanyol, el cual ha precedido a un momento de tensión marcado por las buenas acciones de ambos equipos.
Si bien es cierto que hasta entonces el Espanyol ocupaba un rol dominante, mientras que el conjunto blanquivioleta sudaba la gota gorda para generar ocasiones claras de gol.
El reloj marcaba ya el minuto 35 del partido cuando, de repente, los catalanes, a través de Puado, han celebrado su segundo gol.
Un Real Valladolid escocido, angustiado y un tanto cabreado se armaba entonces de valor para liderar una jugada que ha corrido a cargo de Monchu con remate de Gustavo, pero sin éxito alguno, tras lo cual el arbitro ha añadido tres minutos a una primera parte que ha acabado sin más novedades.
Tras el descanso, los vallisoletanos han conseguido adueñarse del balón tras una falta a favor del Valladolid que finalmente no ha llegado a nada.
El Pucela adoptaba así una actitud luchadora ejerciendo mucha presión a un Espanyol un tanto adormilado que se ha alargado hasta prácticamente el final del partido.
Pese a ello y a la notable mejoría que el Valladolid ha demostrado en una segunda parte en la que no ha logrado recortar distancias, pero sí pelear por el gol con varias oportunidades y grandes jugadas de Sylla sin resistirse ni siquiera en los seis minutos añadidos en este último tiempo, los catalanes han terminado el partido con una gran sonrisa, aunque también con varias amarillas. Frente a ellos caras largas en los jugadores de un Pucela que, a pesar de haber peleado, no ha conseguido anotar un satisfactorio resultado.