El pasado mes de abril EL ESPAÑOL de Castilla y León les informaba sobre varias jornadas de disparos con carabinas de aire comprimido en la barriada de Las Viudas. Una de estas acciones se producía en la noche del martes, 11 de abril, sobre las 23.55 horas. Un autobús que circulaba por la Avenida Segovia recibía dos impactos. Las lunas quedaban destrozadas.
En la noche del miércoles, 12 del mismo mes, un menor de edad de 14 años era identificado tras disparar con una pistola de aire comprimido contra una mujer nacida en el año 1962. El disparo impactaba en el glúteo de dicha mujer, sin herirla, pero presentaba la correspondiente denuncia tras los hechos.
La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virgini Barcones, hablaba en rueda de prensa tras estos hechos y aseguraba que trabajaban “con la sospecha” de que esos disparos podrían haber sido efectuados por “un grupo de personas menores de edad”. A estos dos sucesos hay que añadir la denuncia de un conductor de taxi que afirmaba haber recibido otro disparo en su vehículo con pistolas de aire comprimido.
Medio año después, un conductor de Auvasa ha denunciado hechos similares que se han producido en la noche de este sábado, 14 de octubre, en la Avenida de Segovia de la ciudad del Pisuerga, muy cerca de la barriada de Las Viudas y donde se produjeron los tres incidentes previamente señalados.
“El sábado a las 23. 45, en el coche de personal que nos reparte, a la altura del 167 de la Avenida de Segovia, había un grupo de menores. Al pasar, el conductor se intentó apartar porque los vio en la acera con intenciones de lanzar algo al autobús, porque días antes le habían lanzado algo a la luna. Se produjeron dos impactos de bolas de acero, secos, y partieron una de las lunas laterales”, asegura uno de los trabajadores de Auvasa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Prefiere mantenerse en el anonimato, pero añade que “no pudieron continuar su camino” porque “se destrozó la luna” y tuvieron que “llamar a la policía”. Llegaron dos patrullas. “La Policía Local tiene que tener conocimiento de los hechos porque vinieron a hacer el atestado”.
Cuando estos trabajadores finalizan sus líneas, a eso de las 23.35 se produce el traslado de los trabajadores a la zona Oeste y Este para repartir el personal. En este, iban cuatro personas que se alarmaron ante lo ocurrido.
“Era un grupo de menores. Íbamos charlando y sentimos esos dos impactos secos. Pensamos que eran de pistola de aire comprimido. Se partió la luna a continuación y el susto fue mayúsculo. Estábamos a medio metro de la luna que se partió, por suerte. Si vas ahí sentado, que muchas veces vamos, igual nos da esa bola o un cristal. Podría haber sido una desgracia”, apunta nuestro entrevistado.
El compañero de nuestra fuente, que iba en el autobús, se quedó con los agentes “formalizando el atestado”. Se dio el aviso a la central de Auvasa, se llamó a los agentes, que “llegaron en seguida”, finaliza el trabajador.
Lo hicieron con piedras
La Policía Nacional, en declaraciones a este periódico, ha confirmado los hechos, aunque ha apuntado que, en este caso, el ataque se produjo con piedras. De momento no hay detenidos mientras que se investigan los hechos.