Esta semana, la brillante artista vallisoletana, Laura Serrano, compartía con sus seguidores de las distintas redes sociales uno de sus espectaculares y realistas dibujos. “Este es el ojito de Jorge, hijo de mi amiga Susana. Gracias a esta imagen le pudieron diagnosticar un retinoblastoma de forma precoz cuando tenía apenas cuatro meses y darle el tratamiento adecuado”, aseguraba la dibujante vallisoletana.
También, compartía a través de la red de redes que la madre del pequeño, Susana Alonso Méndez, daría a conocer esta enfermedad rara a la población vallisoletana en un stand ubicado en Río Shopping. Finalmente, y tras organizar el evento, la madre del pequeño Jorge no pudo acudir por problemas de salud pero estuvo en el lugar otro miembro de la asociación "dando lo mejor sí" y con el dibujo de Laura del ojo de Jorge, muy presente en el lugar.
“Éramos compañeras de trabajo. Seguía a Laura a través de las redes sociales y veía sus dibujos. Se me ocurrió preguntarle si podía hacer un dibujo del ojo de Jorge para ponerlo en el stand y aceptó encantada. Es una gran artista y mejor persona”, confiesa la madre del pequeño Jorge, sumamente agradecida, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Esta vallisoletana nos cuenta la desgarradora historia de su hijo, tras recibir el pequeño, con solo cuatro meses, la noticia de que padecía retinoblastoma en sus dos ojos.
De 17 a 25 casos de retinoblastoma al año en España
El retinoblastoma pasa por ser un cáncer ocular, no muy frecuente, que se forma en la retina, concretamente en el tejido sensible a la luz, en la parte de atrás del ojo. Suele ser más común en los niños menores de cinco años, pero en contados casos puede desarrollarse en niños mayores y adultos. Además, puede afectar sólo a uno o a ambos ojos, como es el caso de nuestro protagonista.
Esta enfermedad puede causar ceguera. Incluso, puede poner en peligro la vida de la persona que lo padece. Como en todas las enfermedades malignas, resulta clave un diagnóstico y tratamientos tempranos que puedan ayudar a prevenir la pérdida de visión y detener la propagación del cáncer.
En España, se diagnostican, al año, entre 17 y 25 casos de retinoblastoma al año, según los datos de la Asociación Española de Retinoblastoma que se ubica en Madrid, pero que cuenta con socios a lo largo y ancho de toda la geografía española. En cuanto a los socios son un total de 120 los padres y madres afectados adultos y 80 amigos de afectados los que están dentro de la organización. Entre ellos Susana y el pequeño Jorge.
Un palo para Jorge, cuando solo tenía cuatro meses de vida
“Jorge nace en el mes de marzo del año 2022. Es un campeón. Un niño muy valiente que nos ha dado una lección de vida increíble. Un día estaba cambiándole y vi un brillo extraño en su ojo. Le hice una foto con flash ese día. Fue el 2 de julio de ese año. Un ojo salía normal, pero en el otro se apreciaba un destello blanco. Me asusté y acudí a los profesionales”, confiesa a este periódico Susana.
La madre de Jorge no es oftalmóloga, pero da la casualidad de que trabaja en el IOBA (Instituto de Oftalmobiología Aplicada) que se sitúa en Valladolid, concretamente en el Campus Miguel Delibes. Ella está en el servicio de Atención al Paciente y, quizás por ello, tiene una concienciación mayor de la importancia de cuidar nuestros ojos. Por lo que tomó rápidamente cartas en el asunto.
Como era domingo, acudió a las Urgencias del Hospital Río Hortega de Valladolid. De allí derivaron al pequeño hasta el Centro de Especialidades de Arturo Eyries. Un día después los oftalmólogos especialistas del lugar apuntaban ya al retinoblastoma, pero tenían que confirmarlo, al cien por cien, en el Hospital de La Paz de la capital de España.
“Llegamos a Madrid el jueves. Le miró el especialista y nos confirmó que Jorge sufría retinoblastoma. Nos comunicaron que le tenían que dar quimioterapia. Nos comunicaron todos los efectos y se nos cayó el mundo encima”, asegura Susana.
El tratamiento
Tras confirmarse la peor de las noticas, el pequeño vallisoletano padecía cáncer de retina en ambos ojos, siendo el tumor del izquierdo bastante grande, por lo que tenía que ser sometido a quimioterapia y el del del derecho algo menor, pero había que tratarlo con otros métodos, se comenzó con el tratamiento.
“Todo pasó muy rápido. A los pocos días nos volvieron a llamar de Madrid para comenzar con la quimio. Se la ponían bajo anestesia para que no se enterara de nada. Lo hacían forma intraarterial, a través de la arteria femoral. Así la medicación va más directa al ojo y provoca menos efectos secundarios. Le dieron, en total, tres sesione de quimioterapia entre julio y septiembre del año 2022”, explica nuestra entrevistada.
Con esas sesiones sirvieron para controlar el tumor del ojo izquierdo, que era el que más avanzado estaba. En el derecho, Jorge fue sometido a sesiones de crioterapia. Un tratamiento en el que se emplea un frío intenso para destruir células cancerosas. Un tratamiento mensual desde agosto del 2022 hasta enero del 23.
“Desde enero y hasta junio hemos acudido a revisiones mensuales. Todo en el Hospital de La Paz. Desde junio nos citan cada tres meses. Jorge tiene ahora los tumores controlados y lleva una vida feliz. Él siempre está contento”, asegura su madre.
El pequeño vallisoletano de 18 meses, tras las intervenciones, no puede ver por su ojo izquierdo. Solo algún destello. Por el derecho los médicos creen que sí, pero habrá que esperar a que el pequeño crezca para confirmarlo.
La fuerza de Jorge
“Si se detecta a tiempo, el retinoblastoma tiene un 95% de supervivencia. Si se coge tarde, el tumor se expande más y es más complicado de atajar. Gracias a Dios, con Jorge lo vimos a tiempo. Puede llevar una vida normal, dentro del problema que tiene. Va a la guardería, juega en casa y es feliz”, añade Susana.
Todo el tratamiento se está cubriendo por la Seguridad Social y, además, la familia está recibiendo ayudas económicas y sociales para afrontar los desplazamientos a Madrid y también por parte de la ONCE. También se les facilita, desde esta entidad, ayuda psicológica.
“Es algo muy duro. Cuando eres padre primerizo y, a los 4 meses, te dan esta noticia, se te cae el mundo al suelo y te quedas en estado de shock. Hemos recibido ayuda psicológica pero la fuerza de Jorge nos salva la vida”, apunta la madre.
Su único deseo pasa por conseguir que su pequeño “esté bien” y “sea feliz”. Que el retinoblastoma no le suponga a Jorge ningún obstáculo para conseguir todo lo que quiera en la vida.