Enrique Serrano es un profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid. Vive a caballo entre la ciudad del Pisuerga y Cantabria. A sus 61 años, atesora una gran experiencia de vida. Un investigador al que, como confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, le apasiona la naturaleza y, en particular, las montañas. Y esto es lo que investiga en su día a día, precisamente.
Nació en Madrid. Estudió en la universidad de la capital de España. Después, pasó otros diez en la institución académica de Cantabria hasta que llegó, hace 23 años, a la UVa. Acumula, ni más ni menos, que 35 años dentro de su labor investigadora y muchos de sus estudios han servido para saber más del mundo que nos rodea y al que, tan a menudo, maltratamos inconscientemente, o conscientemente, lo que tiene aún más delito.
Él forma parte de la expedición española que se encarga de estudiar la deglaciación en la Groenlandia occidental. Un equipo formado por cinco geógrafos de las universidades de Barcelona, Valladolid, Complutense de Madrid, con la colaboración del CSIC, y acompañados por un biólogo de la Universidad de Santiago de Compostela, han completado, durante el mes de septiembre, un trabajo de campo en la península del Nugssuaq, en la costa occidental de Groenlandia.
El objetivo, conseguir nuevas muestras para conocer los ritmos de la deglaciación en el pasado reciente y hasta la actualidad para conocer la respuesta actual y el comportamiento futuro de estos glaciares.
Nuestro entrevistado ha centrado, a lo largo de su carrera, su línea de actuación en la investigación polar. En concreto, en la evolución glaciar en el permafrost, la capa de suelo bajo la superficie terrestre que permanece congelada desde hace cientos de miles de años. En este proyecto, que lleva el nombre de NeoGreen se ha encargado de la cartografía geomorfológica y de la reconstrucción relativa de la evolución glaciar.
Enrique no duda en asegurar que el cambio climático existe. Que es uno de los factores principales que afectan a la descongelación más rápida del hielo en lugares como Groenlandia y apunta también al “cambio global” que a nivel planetario “es un peligro para los seres humanos” y asegura que “pagaremos sus consecuencias”.
La expedición a Groenlandia
“La expedición a Groenlandia es producto de nuestra investigación a través de un proyecto del ministerio. Tenemos dos años de campañas de campo con pequeñas expediciones y, después, trabajamos durante tres años en el tema que propusimos y que nos es financiado”, asegura nuestro entrevistado.
Se trata de la segunda campaña hasta el lugar. El año pasado nuestro protagonista ya estuvo allí. En esta ocasión, el viaje ha durado durante casi un mes. Desde el 20 de agosto que partieron, hasta el 18 de septiembre que emprendieron el camino de vuelta.
Allí, han estudiado la capa de hielo que recubre Groenlandia y que lleva el nombre de inlandsis. Un indicador que resulta significativo para apuntar el avance del cambio climático. Y es que el aumento de las temperaturas en el conjunto del planeta acaba por favorecer el retroceso de las capas de hielo polares.
“Lo que hemos hecho, básicamente, es tomar muestras de rocas para poder datarlas, como hicimos en el viaje anterior. También hemos tomado muestras con el fin de analizar el suelo y ver la alteración que ha sufrido. Se aprecia un retroceso muy rápido de la capa de hielo. Las morrenas, que es el conjunto de materiales arrastrados por el glaciar durante su desplazamiento, que pensábamos que eran del siglo XVIII, son de los años 50 y 60, cuando se ha iniciado un rápido retroceso que se ha acelerado más recientemente”, nos explica Enrique Serrano.
El cambio climático
Sabemos que los casquetes polares se ven reducidos en la actualidad. No se conoce, es cierto, la velocidad a la que está ocurriendo. Tampoco si esta disminución tiene precedentes en el cuaternario. Este proyecto, llamado NeoGreen busca estudiar dos áreas libes de hielo en la zona Occidental de Groenlandia que pueden dar datos importantes para el avance o retroceso temporal y espacial de los glaciares en la neoglaciación.
“Está demostrado que existe el cambio climático. También, que la aceleración en los glaciares, como otras tantas cosas que están pasando en el mundo, son producto del cambio climático que está causado por los humanos. El cambio climático está ahí y genera problemas de suma importancia para la humanidad”, apunta nuestro protagonista.
Añade que “no podemos saber” lo que va a pasar en el futuro, pero sí que podemos “analizar lo que sucede en el presente” y vuelve a alertar de que “estamos alterando la atmósfera” lo que provoca una subida de las temperaturas y que los hielos desaparezcan a un ritmo más rápido.
Una expedición a bajo cero y el cambio global
“Hemos trabajado a temperaturas bajo cero. A -6 o -7 grados por la noche y -3 o -4 por el día. Por la noche siempre helaba y los ríos y arroyos se congelaban. Estoy acostumbrado. He visitado La Antártida en siete ocasiones y es la cuarta vez que voy al Ártico. Estamos especializados en el campo polar”, explica el investigador.
Ahora toca esperar, tras el regreso de la expedición, para analizar las más de 40 muestras que se han tomado en este viaje. En el anterior se llegó, incluso, a las 60. Cabe señalar que el acceso a la zona de estudio se realizó mediante helicóptero desde Uummannaq, un pequeño pueblo ártico en la costa noroeste de la isla.
“Como conclusión, me gustaría finalizar asegurando que hay una parte más agresiva que el cambio climático que es el cambio global. Es un peligro parra los humanos y pagaremos sus consecuencias. Lo que pasa, por ejemplo, en el Amazonas, afecta a todo el mundo. Debemos ser conscientes de ello”, finaliza nuestro protagonista.