Una valla metálica les separa de la realidad. Pero en este caso una valla momentánea porque lo peor ya ha pasado. Los 183 migrantes que llegaron este miércoles a Medina del Campo (esta madrugada llegarán 67 más) viven ajenos a la polémica que se ha generado en el municipio vallisoletano. Han logrado escapar de la pesadilla que viven en sus países y ahora para ellos este balneario se ha convertido en su liberación para afrontar una vida nueva. Unas instalaciones con más de 5.000 metros cuadrados de instalaciones y 80.000 de jardines. Son por ahí donde caminan y se les ve. La mayoría con sudaderas de diferentes colores con capuchas, chándales oscuros y mirada perdida.
Eso sí, todos dentro del balneario. Las lluvias intensas que han caído este jueves en la provincia vallisoletana evitan verlos por los jardines. Cuando escampe podrán pasear por los cuatro kilómetros de avenidas, de rincones, de bancos donde pueden sentarse a meditar entre la naturaleza y pensar cómo han llegado hasta ahí. Encinas, álamos, chopos han pasado a ser su paisaje dejando atrás el agua del mar. Una mañana en la que solo los medios de comunicación, incluso desde Madrid, se acercan a intentar captar unas imágenes de ellos. No consiguen nada. Solo un aguacero mañanero.
La entrada al balneario tiene una trasera gigante. En uno de los costados, la placa donde se ilustra todos los datos sobre este Palacio de Las Salinas que se ha convertido en el centro de todas las miradas. Debajo una de pertenecer a la zona de Vinos de Rueda. Eso sí, curiosos del pueblo, ninguno. Los tres kilómetros que separan el hotel de la propia Medina del Campo lo evitan. Al fondo solo se ven varias furgonetas blancas, pero ningún movimiento más.
El pueblo divivido, pero sereno
Recorremos estos tres kilómetros hasta el centro del pueblo, y eso ya es otra cosa. Todos tienen su opinión. Aunque como suele pasar en estas cosas, con división. “Si digo lo que pienso me llevan a la cárcel”, relata un medinense de unos 60 años que toma el "vino" en la Plaza Mayor, la más grande de toda España, en concreto en los soportales del bar Continental,. “Los he visto que están jugando al fútbol y no se les ve desmejorados”, argumenta. Isabel tiene otra visión de las cosas: “No molestan a nadie y hay que echarles una mano”, relata mientras lamenta que se ofrezca una imagen de “racismo” del pueblo “cuando no lo es”. Seguridad es la palabra que ha usado el propio alcalde Guzmán Gómez o el vicepresidente García-Gallardo, pero en Medina es algo que no preocupa. “Claro que estamos seguros, son hombres que vienen a ganarse la vida y huyen de sus países”. Ricardo es más equidistante y asegura que esto pasará en unos días y ya no se sabrá nada más. “Tenemos que ayudar y ser humanos, son gente que necesita ayuda y es lo único que hay que mirar, no de dónde vienen”. No faltan tampoco el comentario que compara esta situación con la del volcán de la isla de Palma. “Esa gente todavía no tiene casas y estos viviendo en un balneario”. Y sí, el comodín se usa. “Que se los lleve Pedro Sánchez a La Moncloa”, afirma otro.
Tras la marejada de ayer, la villa vuelve a la tranquilidad. Pocos son los que pasan por la Plaza Mayor en este lluvioso jueves de octubre. En total son 395 inmigrantes los que han llegado a Castilla y León derivados de la presión migratoria en Canarias, en Medina del Campo son 250. 183, que fueron los que llegaron este martes al Balneario Palacio de Las Salinas, y otros 67 que se esperan para esta madrugada y que también serán alojados exclusivamente aquí. En total será 250 plazas las que están disponibles. Todo ello gracias al acuerdo al que han llegado entre el Gobierno, a través del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y la empresa Cheking Hotels. Las condiciones y tarifas han sido pactadas con el Gobierno nacional. Aunque al tratarse de una emergencia, desde el establecimiento reconocen que se trata de “tarifas mínimas”.
El responsable de Accem en la Comunidad, Daniel Duque, cuenta a El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León cómo es el día a día de estas personas en el balneario de Medina del Campo. “Aquí dentro es todo más tranquilo que fuera”, reconoce. Con un perfil de hombres africanos, procedentes desde Senegal, Costa de Marfil y Malí, y de entre 18 y 30 años, están disfrutando de desayuno, comida y cena para cubrir sus necesidades básicas. Una ayuda de emergencia básica inicial para posteriormente ponerse en contacto con familiares o conocidos que son quienes finalmente los acogerán. Algunos buscarán en Francia su salida, otros en otras ciudades españolas. En el caso de que reciban el estatus de “protección Internacional” se abre un periodo de seis meses en la que el Gobierno estudia el caso.
Su estancia en el balneario de Medina del Campo se espera que sea de entre 15-30 días, por eso se insiste en que será algo “temporal”. Aunque todos tienen libertad de movimiento de momento no han salido del balneario, el tiempo no acompaña y la distancia tampoco. El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha solicitado permiso para poder entrar dentro y narrar el día a día, pero ha sido gentilmente rechazado. “De momento necesitamos tranquilidad para poner todo en situación, quizás en los próximos días se pueda hacer”, aventuran.
El establecimiento hostelero, que estaba cerrado de manera estacional para modernizar sus instalaciones, es el que se está encargando de comidas y de las infraestructuras para que se sientan cómodos. La llamada del Gobierno agilizó su apertura que estaba prevista para el próximo 1 de noviembre. Ahora esos clientes que tenían reservados han sido derivados a otros lugares. Por su parte, Accem presta apoyo social y jurídico. Es el momento de conocer la situación personal de cada migrante llegado. Así, se están realizando entrevistas personales con abogados, psicólogos, trabajadores sociales e intérpretes. Y por supuesto, chequeos médicos para comprobar el estado en el que se encuentran. Aunque Duque deja claro que en las islas Canarias ya se ha realizado uno previo. “No es ningún problema de sanidad ni de seguridad”, tranquiliza.
Duque quiere recordar que no es la primera vez que Medina del Campo se convierte en un municipio solidario. Ya se hizo con la guerra vivida en Ucrania donde fueron acogidos en el Albergue municipal, “y no hubo que lamentar nada. Medina no va a ser inseguro”. Además, en 2006 ya se vivió una crisis migratoria similar. Una llegada masiva que se debe a las condiciones óptimas que vive el mar, “en los próximos días el flujo descenderá”, aventura.
Guzmán: "El pueblo ya está más tranquilo"
El alcalde de Medina del Campo, Guzmán Sánchez, se mostró muy indignado al conocer la noticia, ahora, más en frío, se muestra tranquilo ante la llamada de este medio. Lamenta que nadie le avisara de una operación de la que se tenía conocimiento desde la pasada semana, pero cree que “poco a poco se ha vuelto a la normalidad, aunque es cierto que el pueblo está dividido”. Manda un mensaje de tranquilidad y ofrece todos los servicios para que su estancia aquí sea lo mejor posible. Pero nadie se quita de la cabeza la noticia que arrasó ayer. "Sigue siendo el comentario, pero la gente está más tranquila y esperemos volver a la normalidad”, insiste el regidor que no se atreve a hablar de plazos sobre la estancia de los migrantes. Confirma que esta noche llegaran 60 más y todos ellos alojados en el balneario, desmintiendo los rumores de que pudieran estar en otro hotel de la villa.