El TSJCyL ha condenado a un hombre a tres años y tres meses de prisión y a cinco años de libertad vigilada al desestimar el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia del 31 de julio de 2023 dictada por la Sección 2ª de la Audiencia provincia de Valladolid, que le acusaba de dos delitos de abuso sexual, uno de ellos continuado, a dos jóvenes a las que tampoco puede acercarse a menos de 300 metros durante tres años. Además, tendrá que abonarlas una indemnización de 3.000 y 2.000 euros respectivamente.
El acusado las contrató por 10 euros la hora a una y 60 euros la hora a la otra para cuidar de su madre y limpiar su casa, aclarándoles, además, que debían dejarle su espalda para que este les diese masajes, con la excusa de que estaba estudiando Fisioterapia y debía practicar.
Con ambas contactó a través de páginas webs haciéndose pasar primero por un hombre llamado Hugo y después por otro llamado Daniel. De la primera, nacida en 1999, abusó entre los meses de abril y mayo de 2019. Los primeros días aprovechaba el masaje para tocarle los pechos hasta que ella le ordenaba que parara, en días posteriores pasó a palpar sus glúteos, sus genitales y nuevamente sus pechos, y acabó desnudándose él mismo para pedirle a su empleada que le hiciera una felación y para aproximar su pene a su zona genital, a lo que ella se negó. Cada vez que ella le ordenaba parar, este lo hacía, pero también le ofrecía más dinero para intentar convencerla.
Según recoge la sentencia, el tiempo en el que la joven estuvo trabajando en casa del acusado, se dedicaba casi de forma exclusiva a los masajes, sin llegar a limpiar ni a conocer a la madre de este. Ella, además, estaba incómoda y no se atrevía a dejar el trabajo porque necesitaba el dinero y porque su padre no iba a entender que lo dejara. Pero finalmente llegó un día en el que dejó de ir a trabajar.
Pasado un tiempo, concretamente, en septiembre de 2022, el acusado contactó con la segunda escribiéndole el siguiente mensaje: "Busco chica para hacer compañía a mi madre, dos horas al día, dos días a la semana. Pago 60 euros al día. Estoy estudiando Fisio, me dejas tu espalda media hora y así practico".
Cuando quedaron para decidir si la joven en cuestión empezaba o no a trabajar en la casa, ya habían intercambiado mensajes en los que él la llegó a decir que no buscaba novia porque ya tenía y que para los masajes no era necesario que se quitara toda la ropa y que se podía poner una toalla. Una vez llegado el momento de verse, el acusado llevó a la joven a una casa en la que terminó dándole un masaje que también aprovechó para tocarle los glúteos, los pechos y los genitales.
Al parecer, ella no se atrevió a decirle nada por miedo a su reacción, hasta que encontró el momento de coger su móvil y, tras contactar con sus familiares, marcharse del lugar.