La contratación de graduados en Medicina sin especialidad en Castilla y León está levantando bastantes ampollas. El rechazo ha sido prácticamente unánime. Ahora han sido los 116 Médicos Internos Residentes (MIR) de Valladolid los que se han sumado a esta corriente, quienes, a través de de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria (Socalemfyc), han enviado una carta a la Consejería de Sanidad para poner de manifiesto sus 10 razones para oponerse a esta medida.

Los MIR de las dos áreas de Salud de Valladolid han mandado el documento a la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Valladolid, a la Gerencia Regional de Salud y a la propia Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.

Se oponen tanto a la contratación de médicos licenciados y graduados sin especialidad como con el título de especialista logrado en estados no miembros de la Unión Europea.

La primera de las razones es que dudan de la legalidad de la medida. Consideran que es ilícito, dado que desde el 1 de enero de 1995, según el Real Decreto 853/1993 del 4 de junio, para ejercer como médico en el sistema sanitario público, es obligatorio, además del grado o la licenciatura, la especialidad.

La segunda razón es que no hay garantía de una atención sanitaria cualificada, ya que los profesionales sin titulación de especialista "no cumplen" con las competencias de calidad que se garantizan en el sistema MIR. Por eso, consideran que la Consejería ha de responsabilizarse de los problemas derivados de la práctica clínica de aquellos profesionales no acreditados en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.

En su tercer punto aseguran que supone una "devaluación de la especialidad", sentando un precedente para que ocurra en otras especialidades. 

Ponen de manifiesto que la contratación de estos médicos, "sin las competencias necesarias", se traduce en que cualquier error médico se trate de una negligencia propiciando una atención "deficitaria, un incremento del número de consultas y un mal uso de los recursos sanitarios que hay disponibles".

Para los MIR de Valladolid provoca un "detrimento" en la capacidad docente del Sistema Nacional de Salud, dado que la presencia de médicos sin especialidad en centros docentes "no obedece" a los planes formativos de Formación Sanitaria Especializada, pues "no están" preparados para la tutorización ni supervisión de los MIR en el desarrollo de su labor asistencial y formativa.

Denuncian que supone un "menosprecio" a la labor educativa y "desinteresada" de los tutores que son nombrados para ejercer sus funciones.

La sexta razón que dan es que supone un "empeoramiento y perpetuación" de las condiciones del profesional médico en Castilla y León. Esto se debe a que la contratación de estos médicos desemboca en el "aumento de la carga laboral" de los profesionales especialistas por las razones del punto cuatro.

Crea una "falta de equidad y minusvaloración del esfuerzo" que realizan los MIR en ampliar su formación, que afecta a su poder adquisitivo durante los años de Residencia, "equiparando los sueldos del personal médico no especializado al de aquellos que sí han obtenido una especialización".

El penúltimo punto de su carta menciona el "enmascaramiento de puestos de trabajo reales y accesible" para los profesionales con especialidad y "falseamiento de los resultados estándares de calidad y demandas poblacionales en base a sus necesidades sanitarias".

Po último, sentencian que se transmite a los profesionales médicos y a la población "la sensación de que la gestión pública se basa en la improvisación de planes de gestión sanitaria".

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