El 19 de diciembre de 1996, hace hoy 27 años, la histórica calle Montero Calvo de la ciudad pasó a ser peatonal tras una ambiciosa reforma en esta arteria clave para entender el centro de Valladolid. El entonces alcalde de Valladolid, el popular Javier León de la Riva, presidió los fastos de inauguración de la renovada calle, en los que los ciudadanos pudieron disfrutar de un espectáculo de dulzainas y quedaron maravillados por las nueva cara de la calle Montero Calvo.
Atrás quedaban casi 100 años de historia como calle abierta a la circulación de vehículos, desde que en marzo de 1897 el Ayuntamiento de Valladolid decidiese nombrar como calle de Montero Calvo a esta céntrica vía. El nombre elegido se debía al pintor Arturo Montero y Calvo, natural de la ciudad y fallecido a los 28 años, que contaba, a fecha de su fallecimiento, con una prometedora carrera.
Un prometedor pintor que murió demasiado joven
Montero Calvo, nacido en la ciudad en 1859, había estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Valladolid, dirigida en aquel entonces por Agapito López de San Román y de Martí y Monsó, y, posteriormente, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde recibió enseñanzas de José Piquer y de Federico de Madrazo, aunque siempre se consideró heredero del pintor Eduardo Rosales.
Comenzó a presentarse a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en el año 1878, con temas cervantinos, y logró un premio con la obra 'Rinconete y Cortadillo' en 1881. En 1887 se trasladó Roma y logró una segunda medalla con el lienzo de historia Nerón ante el cadáver de Agripina, un imponente cuadro que quedó sin concluir y que sería presentado a la Exposición Nacional por sus más cercanos amigos, tras fallecer el 13 de julio de 1887 con tan solo 28 años de edad. Diez años después se pondría su nombre a esta mítica calle vallisoletana.
El Lobo, El Verdugo y Caldereros
La calle, que comienza en la calle Santiago y finaliza en la plaza de España, cuenta con importantes referencias históricas y arquitectónicas y, previamente a recibir el nombre del pintor, se había llamado calle del Verdugo. Y hay quien considera que aún antes se había llamado calle del Lobo, tras presentarse por sorpresa uno de estos animales en cierto momento en la huerta del convento de San Francisco, cuyas tapias daban a la calle. Como calle del Verdugo aparece rotulada en un plano de la ciudad de 1738.
Ya en el plano de los hermanos Ameller, fechado en el año 1844, figura con el nombre de calle de Caldereros, ya que se encontraron en ella diversos talleres y fraguas de herreros, siendo el acuerdo para darle nombre del 17 de febrero de 1843. 54 años después recibiría el nombre de Montero Calvo, que mantiene hasta nuestros días.
Simago y Radio Valdeprado
La calle se extiende entre el edifico del Canónigo y un supermercado Carrefour que ocupa el lugar en el que se estableció durante décadas el histórico Simago. Este fue el primer gran almacén de la ciudad, inaugurado el 3 de mayo de 1967, y el primer establecimiento de Valladolid que contó con escaleras mecánicas y autoservicio. Su inauguración fue un auténtico acontecimiento en la ciudad y congregó a centenares de personas ansiosas de ver las novedades que traía consigo a la ciudad la nueva sociedad de consumo.
Otro histórico local de la calle Montero Calvo es Radio Valdeprado, una tienda de electrónica que aún hoy transmite ecos de otras épocas, y que comenzó su historia en la década de los 40, siendo el primer local que colocó un aparato de televisión encendido en su escaparate que era atracción de los viandantes. Hoy en día se entremezclan en el local aparatos electrónicos de última generación con videoconsolas de los años 1990 y 2000 que se han convertido en objeto para coleccionistas.
El Teatro Carrión
Además, en la calle Montero Calvo se encuentra el mítico Teatro Carrión, que fue inaugurado en el año 1943 con la proyección del filme 'La octava mujer de Barba Azul'. En su momento, fue considerada la más espectacular sala de espectáculos de Valladolid y gue promovida por los hermanos Carrión, habiendo sido su arquitecto Ramón Pérez, que también se encargó del cinema Roxy, casino desde 2015, y del cine Lafuente, que posteriormente cambiaría su nombre a cines Mantería hasta su cierre.
Otros establecimientos de renombre en esta céntrica vía vallisoletana son la Churrería El Castillo, en el número 1 de la calle, inaugurada en 1969 y que ha deleitado con sus churros y porras a los amantes del dulce desde hace más de cinco décadas, y la mítica tienda de ultramarinos de Severo Fraile, al final de la calle, abierta desde el año 1910 y testigo de una historia centenaria. Una icónica calle de Valladolid que se hizo peatonal hace hoy 27 años.