El 4 de enero de 1874, hace ahora 150 años, Valladolid vivió una auténtica batalla campal para derribar la I República, que terminó desembocando en la declaración del estado de guerra. Eulogio González, exministro de la Guerra con Nicolás Salmerón y capitán general de Castilla la Vieja, da cuenta en el diario oficial La Gaceta de Madrid de lo sucedido en Valladolid a raíz del golpe de Estado del general Manuel Pavía, que había tenido lugar el 3 de enero de ese mismo año. Así se desprende de los hechos relatados en el libro 'Tal día como hoy. Calendario histórico de Valladolid', de Roberto Delgado.
Tras la asonada golpista, la mayoría de los 2.000 voluntarios de la República de Valladolid, instigados por el entonces alcalde, Manuel Pérez Terán, optaron por la resistencia, cuya organización se manifestó a primeras horas de la mañana del 4 de enero en la formación de barricadas. Frente a la superioridad de las fuerzas militares en Zaragoza, en Valladolid eran escasas: 80 carabineros, 40 guardias civiles de infantería, unos 140 quintos, una batería de artillería de campaña y unos 200 caballos de distintos cuerpos.
Un densa niebla cubría la ciudad. Los voluntarios tenían como cuartel general el exconvento de los Mostenses, actualmente Colegio García Quintana, y también se habían apoderado de la estación de tren, que fue tomada después por los carabineros para ser, posteriormente, de nuevo ocupada por los voluntarios. Además, defendían sus posiciones desde los ventalanes del céntrico Teatro Lope de Vega.
El cuartel de San Benito fue defendido por los quintos y por parte del regimiento de caballería, y era un lugar estratégico por encontrarse allí el telégrafo. Cuando llegó la noche, la resistencia continuaba y el capitán general aguardó en la Academia a los nuevos refuerzos prometidos, que finalmente no hicieron falta, ya que los voluntarios desistieron de seguir resistiendo.
Un golpe que desembocó en una dictadura
El golpe de Estado del general Pavía tuvo lugar el 3 de enero de 1874, en plena I República Española, y estuvo encabezado por el general Manuel Pavía, capitán general de Castilla la Nueva, cuya jurisdicción, por aquel entonces, incluía Madrid. Consistió en la ocupación del edificio del Congreso de los Diputados por parte de guardias civiles y soldados que desalojaron del mismo a los diputados cuando se estabaprocediendo a la votación de un nuevo presidente, en sustitución de Emilio Castelar.
Castelar acababa de perder la moción de censura que había sido presentada por Francisco Pi y Margall, Estanislao Figueras y Nicolás Salmerón, líderes del sector del Partido Republicano Federal que se oponían al republicano federal derechista Castelar. El objetivo del golpe era impedir que Castelar fuese desalojado del Gobierno, aunque como este tras el golpe no aceptó seguir en el poder por medios antidemocráticos, el general Pavía se vio obligado a reunir a los partidos que se oponían a la república federal y que decidieron poner al frente del Gobierno nacional promovido por Pavía al líder del Partido Constitucional, el general Francisco Serrano.
De este modo, se inició la segunda etapa de la I República, a la que se suele conocer como República Unitaria o Dictadura de Serrano.
El estado de guerra del 5 de enero en Valladolid
La auténtica batalla campal generada en la ciudad a raíz del golpe de Pavía condujo al pánico a los vecinos de Valladolid y la intranquilidad se generalizó, presagiando lo que se avecinaba. Los dos batallones de voluntarios republicanos de la ciudad habían ocupado posiciones durante la mañana del 4 de enero, destacando algunas como las del Campillo de San Andrés, el Museo, el Palacio de Justicia y de Felipe II, el Teatro Calderón y algunas fábricas.
Posteriormente, construyeron barricadas en las calles de la Solanilla, las Angustias, Rosarillo, Baños, Cañuelo, Damas, Cantarranas, Constitución, Victoria, Teresa Gil, barrio de San Andrés, Santa Cruz, Librería, Herradores, Cruz Verde y Longaniza. Las tropas, por su parte, ocuparon el campamento entre el Hospital General y el Colegio de Caballería, la calle de Santiago, el Ayuntamiento y los cuarteles.
En esa situación, alrededor de las 8:30, se rompió el fuego en El Campillo de San Andrés y en el Campo Grande, de fusiles y cañones, y siguió las restantes horas de la mañana y de la tarde. El resultado fue la muerte de seis miembros de la tropa y de 13 paisanos y gran cantidad de heridos en uno y otro bando.
A las 18:00 de la tarde finalizó el fuego y a las 22:00 de la noche comezaron a retirarse de las barricadas los voluntarios. Los vecinos de Valladolid arrojaron hilos, trapos, vendajes y sábanas a la asociación de la Cruz Roja, que prestó un importante servicio durante el combate, dividiendo sus auxilios en los puntos que tenían destinados para los hospitales de sangre.
El 5 de enero de 1874 llegaría la declaración del estado de guerra en la ciudad y la auténtica paralización de la vida en sus calles. Desde las 8:00 de la mañana no transitaron carruajes ni personas, los comercios y las tiendas de toda la población permanecieron cerrados y el pánico más terribles se apoderó de todos los ciudadanos. El capitán general decretó el desarme de los voluntarios de la República y les forzó a entregar todas las armas, municiones y demás útiles de combate. Finalizaban así dos días negros para la ciudad.